Entrevista a fondo con uno de los Soneros más queridos de Puerto Rico

 

 

 

Cheo Felicino y Luisito Marín en el piano, 2004. Foto de Antonio Esquilín

 

 

Entrevista a Cheo Feliciano

 

Por: ©Abel Delgado (Abel_Delgado@descarga.com)

El artículo original fue publicado en ingles en www.descarga.com

 

Fotos Antonio Esquilin

 

Versión al español de Daniel Cruz

Especial para Herencia Latina

 

Fotografías cortesía de los archivos de Izzy Sanabria / Latin Nueva York Magazine

 

 

Nacido en Ponce, Puerto Rico, el 7 de julio de 1935, el sonero Cheo Feliciano es una leyenda viviente. En su canción “El Cantante”, otro gran sonero, Héctor Lavoe, improvisó los siguientes versos: “Mi saludo a Celia, Rivera, Feliciano, esos sí son grandes cantores… escucha bien su cantar, aprende de los mejores”. Le brindó un homenaje a Cheo mientras lo colocaba junto a una gran compañía, particularmente Celia Cruz e Ismael Rivera. Es reconocido como uno de los mejores por varias razones. Escoja la suya: su habilidad para improvisar que lo clasifica como uno de los más ágiles soneros en la historia de la música Afro-Latina; un sabor callejero que lleva al extremo en muchos números, tales como: “Pa’ Que Afinquen” y “Mano Caliente”; su lírica poética que muy pocos cantantes románticos pueden igualar (escuchen “Amada Mía”, “Delirio” y “Franqueza Cruel”); su versatilidad única incluso entre los soneros que le permite cantar ritmos diferentes en diferentes formatos; la creatividad que ha producido a lo mínimo dos clásicos escritos por él: “El Ratón” y “Como Ríen”.

 

Abel Delgado de descarga.com, recientemente se encontró con Cheo y hablaron a cerca de su vida, su carrera artística y su más reciente proyecto: “Una voz… Mil Recuerdos”.

 

Abel Delgado: la primera cosa que me gustaría preguntar son las cosas básicas a cerca de su entorno, su familia y dónde nació. ¿Podrías hablarme un poco a cerca de ello?

 

Cheo Feliciano: Yo nací dentro de una familia bien humilde en Ponce, Puerto Rico. Mi padre era y es todavía carpintero y mi madre una ama de casa. Venimos de una comunidad muy humilde. Pero era muy musical, todo lo que sucedía a nuestro alrededor tenía que ver, de alguna manera, con la música. Yo debía tener alrededor de siete u ocho años de edad cuando establecí mi primer grupo. Lo llamé “El Combo Las Latas” porque teníamos latas, todo era de lata. No teníamos ningún instrumento musical, así que hicimos las barras de una guitarra con una lata, la conga con una lata, el bajo con una lata, todo con una lata, así que por eso lo llamamos así, “El Combo Las Latas”. Todos éramos niños, pero a muy temprana edad entendíamos a cerca de percusión, melodía y canto.

 

AD: ¿Dónde aprendiste eso? ¿Qué música escuchabas que te inspiró a iniciar ese grupo?

 

CF: Muy temprano ―y es muy diferente de lo que ya había dicho― el primer grupo que escuche y que me inspiró hacia lo fuerte de mi vida musical, el bolero, fue el Trío Los Panchos. Esa fue la primera música que escuché y de la que me enamoré ―el bolero. Pero siendo como es, teniendo nuestras raíces viniendo de África, el ritmo estaba dentro de mí y dentro de todos. Así que fue una cosa espontánea que nos adentráramos en la percusión. Nunca pensé, en dicho momento, que me convertiría en cantante. Yo amaba la percusión, quería convertirme en uno de los más grandes percusionistas, lo cual nunca lo logré, aunque posteriormente, me convertí en un profesional de la percusión.  

 

AD: ¿Ahora, de dónde vino la percusión? ¿Escuchaste a personas en tu vecindario, o por los programas de radio?

 

CF: Fue en Ponce. Mi ciudad es conocida por uno de nuestros ritmos nacionales básicos, la plena. Y muchos chicos tocaban las panderetas, y esa es la percusión básica para la plena. Cerca de mi casa, había un chico al que le gustaba tocar las congas y se unía con otros chicos para tener rumbones en el vecindario, todo el tiempo. Así que siendo un niño, acostumbraba a estar cerca de ellos y los escuchaba ensayar. Así que supongo que me fui interesando en aquello, también.

 

AD: Ahora, lo interesante a cerca de los rumbones es que la impresión que siempre he tenido es que ese estilo particular de música, la rumba, es exclusivamente cubana. Pero lo me has dado a entender es que… ¿esta tradición también existe en Puerto Rico? Desde que tú creciste alrededor de ello, ¿supongo entonces que Puerto Rico tenía su propia tradición rumbera?

 

CF: Sí, bueno, siempre ha habido una relación entre Cuba y Puerto Rico, aún desde mi niñez o incluso antes de eso. Siempre ha habido una influencia cubana en la percusión la cual es realmente la más definida en todo esto que llamamos salsa. Así que creo que viene de eso. Pero lo principal a cerca del canto, como mencioné, es que fue por accidente. Debido a que a muchos chicos como yo les gustaba la percusión, tocaban las congas, el bongó, los timbales, la campana, pero ninguno de ellos cantaba. Así que cuando nos juntábamos en un rumbón teníamos  cualquier cantidad de personas a nuestro alrededor para cantar los coros. Pero nunca había un líder. Así que supongo que me comencé a definir como la voz líder o principal y mientras yo estaba tocando congas, yo cantaba y el coro contestaba. Así que por eso digo que fue por accidente.

 

AD: ¿Qué edad tenías cuando hacías eso? ¿Fue esto después de El Combo Las Latas?

 

CF: Sí. Ese fue el camino después de eso. De hecho, fue cuando tenía… debe haber sido alrededor de los 17 años o algo así. Nos encontrábamos ya en ese momento en Nueva York, la familia. Fue un periodo llamado “el éxodo puertorriqueño”. Eran tiempos difíciles para los obreros. Así que mucha gente se fue de Puerto Rico en busca de trabajo. Mi padre fue uno de ellos. Me fui a la temprana edad de alrededor de los 17 años. Me encontraba en mi segundo año de preparatoria y tenía más o menos definido  lo que quería realmente. Y eso era la música. No quería ser otra cosa que ser músico. Así que a unos pocos meses, quizás un año antes de eso, obtuve alguna instrucción musical académica básica.   

 

AD: ¿Dónde fue eso?

 

   

 

CF: En Ponce. Fue la primera “Escuela Libre de Música”. Libre porque los otros niños eran todos de familias pobres, ninguno podía pagar, así que el gobierno auspiciaba el entrenamiento. La escuela la ubicaron cerca de los vestidores  del Teatro La Perla en Ponce. Y allí fue en donde obtuve mi entrenamiento básico y por lo menos aprendí un poco a leer música.

 

AD: ¿Sólo estudiastes la composición básica de música, leer música?, ¿eso fue lo que tú estudiaste?

 

CF: Bueno, yo empecé porque ese es un campo muy complejo y uno necesita gran cantidad de tiempo, no sólo el tiempo que yo tuve. Pero, básicamente, sólo a sincronizar el movimiento de los labios con el sonido de la música, a solfear (sol-fa), para aprender a hacer las escalas hacia arriba y hacia abajo, las cosas básicas, el inicio de todo ese entrenamiento. Quería ser, entre otras cosas, un trombonista. Pero en ese momento la escuela no contaba con trombones. Solamente tenían uno, y había 40 estudiantes asignados a ese trombón. Irónicamente, esto fue lo que sucedió: cerca del tiempo en que nuestra familia se iba a mudar a Nueva York, fue cuando llegaron los trombones. Y debieron ser alrededor de unos 25 trombones… dos días después de eso, nos mudamos. Así que le dije hola y adiós a mis trombones. Ese fue el fin de mi entrenamiento musical básico.      

 

La otra parte de lo que dije a cerca de las congas y mi canto ocurrió en Nueva York. Tan pronto como llegué a Nueva York, todavía me encontraba interesado en la música y la percusión. Así que Nueva York, el Barrio, era muy famosa por sus rumbones porque hubo un tiempo cuando todos los chicos tenían una conga, y si íbamos a la playa, al parque, o a dondequiera, todo el mundo cargaba su conga, todos querían ser un conguero. Era algo muy popular; y yo entré en ello. Yo empecé a hacer de voz líder con el objetivo de tener a alguien cantando, no por algún otro propósito. Pero, con el paso del tiempo obtuve mi chance ya que me encontraba muy adentrado en lo que quería. Espontáneamente fui y me encontré con todos los grandes con la suerte de que todos se convirtieron en mis amigos, como Machito, Tito Puente, Tito Rodríguez, y muchos de los muchachos de esa época.

 

AD: ¿Cómo los encontraste? ¿Qué hiciste? ¿Solamente te acercaste y te presentaste tu mismo?

 

CF: Averigüé donde quedaba la unión de músicos. Y estaba, y creo que todavía está, entre la calle 52 y la 8va avenida en Nueva York. Así que fui allí, y primeramente me quería inscribir como un percusionista. Uno hacía una pequeña prueba y si lo pasaba, uno se convertía en percusionista. Y, al mismo tiempo, tuve la oportunidad de encontrarme con todos los muchachos ya que ellos se reunían allí para obtener los trabajos, para hacer los compromisos. Todos los empresarios y músicos acostumbraban ir a ese lugar. Así que me los encontré a todos. Yo desarrollé una amistad con todos ellos. De hecho, me convertí en ayudante de Machito, de Tito Puente, de Tito Rodríguez. Así que al haber desarrollado esas amistades, los chicos que acostumbraban a pasar el rato conmigo en los rumbones, que acostumbraban a hacer los coros y escucharme hacer la voz líder insistieron una vez con Tito Rodríguez para que me diera un chance, para que me dejara cantar. Tito me conocía como Cheo, pero no sabía que ellos se referían a mí. “¿Qué Cheo?” “Cheo, Cheo, tu valet, tu ayudante.” Él dijo: “Cheo, tú cantas?” y tuve la audacia para decir: “¡Soy el mejor cantante de este mundo!” Y él se echo a reír. Y dijo: “Bueno, vas a tener que probarlo ahora mismo.” Así que una vez me presentó con su big band en el famoso Palladium de Nueva York, dijo: “Damas y caballeros, con ustedes, el más reciente descubrimiento de la escuelita.” Él acostumbraba a llamar a su banda la escuela, ya que todos los grandes pasaron por ella. Me dio las maracas y me dijo: “canta; ¡muéstrame que eres el mejor! Y canté. Canté un tema popularizado por él, que después muchos cantantes han cantado, “Changó ‘Ta Vení”. Sarabanda Changó Ta Vení (cantando). Y conseguí el aplauso del público. Me ovacionaron y me pidieron otro número. Así que mire a Tito, y le dije: “Bueno y entonces, ¿qué hago?” Y él me dijo: “Bueno ellos te están pidiendo otro número. Haz otro número.” E hice otro de Tito Rodríguez también. Esa fue mi introducción a todo esto…

 

AD: Ahora, ¿Habías ensayado “Changó ‘Ta Veni” con la banda antes de cantar o fue completamente en frío? ¿Él solamente te dio el micrófono y te dijo “canta”?

 

CF: Eso es. En esos tiempos, yo acostumbraba a imitarlo… como muchos otros chicos. Todos querían ser Tito Rodríguez. Porque tenía estilo, porque él era un símbolo. No sólo era el modelo para cantantes sino también para directores de orquesta. Él tenía una manera tan estricta de dirigir su orquesta, que era un modelo. Él era muy fastidioso con el vestuario y les exigía verse bien todo el tiempo. Ellos acostumbraban a llamarlo “El Pequeño César”. Era como un sargento. Acostumbraba a alinearlos antes del show (a los músicos), y revisaba sus zapatos, sus cordones, todo. Fuera de eso, todos los cantantes eran influenciados por el estilo de Tito.   

 

AD: ¿Qué edad tenías cuando sucedió este evento particular?

 

CF: Debía tener alrededor de 19 años.

 

AD: Así que fue en 1954 quizás, así que tenias sólo un par de años de estar en Nueva York.

 

CF: Correcto.

 

AD: ¿Cuánto tiempo estuviste como ayudante de Tito Rodríguez?  y ¿Esa particular interpretación lanzó tu carrera como cantante?

 

CF: Allí fue donde comencé, en ese momento. Como te mencioné, yo era un cuasi-percusionista, algunos pequeños grupos empezaban a juntarse y yo acostumbraba a tocar congas con todos esos grupos, y fue por insistencia del mismo Tito Rodríguez que el Sexteto de Joe Cuba, que recientemente se había formado y había perdido su cantante… el grupo era bien joven y no tenían contratos, y otra banda escuchó al muchacho cantando [Willie Torres] y les gustó, así que se lo robaron a Joe Cuba . En ese momento, Joe Cuba tenía un quinteto y no tenía cantante. Así que él fue a la unión de músicos y fue Tito Rodríguez quien le dijo: “Mira, allí hay un Cheo que canta chévere. Consíguelo. Y Joe Cuba, a quien conocía levemente de antes, me mando a buscar y me dio una sesión de canto como prueba. Y canté los mismos números que canté con Tito Rodríguez porque los había memorizado. Ese fue el inicio. Fui aceptado en el grupo y vida es… Tengo tantas anécdotas…

 

AD: Y yo quiero conseguir tanto como me sea posible. Pero la primera cosa a cerca de la que tengo curiosidad, es que desde que estuviste con el legendario Tito Rodríguez como ayudante, ¿qué aprendiste de él?

 

CF: Bueno, él era un sonero poderoso. Cuando él cantaba, no había dudas en que era lo que estaba cantando. Él era tan seguro, tan positivo a cerca de cada línea que yo quería ser tan poderoso como él. Sincero… tú podías creer lo que él estaba cantando. Él estaba cantando a cerca de ti. Él cantaba para ti. Él se conectaba contigo y yo quería hacer lo mismo. Yo quería ser capaz de cantar, de hablar con la gente, de mirarlos a los ojos y hacerlos sentir lo que yo sentía. Y yo obtuve eso de Tito.

 

AD: Muchas veces en las grabaciones de Tito uno lo escucha repitiendo lo que el coro decía y no lo escuchabas extenderse e improvisar mucho. En tu experiencia, como improvisador, cuando él se presentaba en vivo, ¿parecía extenderse e improvisar más?

 

CF: No. En ese caso Tito era limitado. Él estaba muy bien dirigido, estaba muy entrenado en lo que hacía. Él lo hacía perfectamente. Pero yo no creo que él realmente era un improvisador sin restricciones. Él podía hacerlo, pero en términos limitados. Yo pienso que aprendí algo de eso de él, tú sabes, la perfección en cualquier cosa que fuera a cantar… él estaba perfectamente ensayado. Ahora, había otros cantantes que realmente improvisaban, como Machito, Beny Moré, y antes de elos, cuando yo era sólo un niño, nombres como Cascarita y muchos otros quienes podían subirse al escenario e improvisar. Creo que fui de alguna manera influenciado por todos ellos.   

 

AD: Así que te fuiste con Joe Cuba. Cuéntame un poco a cerca de los años con Joe Cuba. ¿Cómo fueron, cuál era tú impresión de esa era y de esa música?

 

CF: Bueno, comenzaré con unos de los sucesos más importantes en mi vida. Yo lo recuerdo por dos razones muy importantes. Fue el 5 de  Octubre de 1957. Ese día fue cuando hice mi debut con Joe Cuba. Luego de que estuvimos ensayando por algunas semanas, llegó la primera actuación formal y cuando canté formalmente por primera vez con Joe Cuba, el 5 de Octubre, fue el mismo día en que me casé con mi esposa Cocó, quien todavía es mi esposa.  

 

AD: Así que, ¿te casaste durante el día y tuviste la presentación en la noche?

 

CF: Exactamente. No hubo luna de miel hasta después que terminé la presentación. Luego nos fuimos de luna de miel.

 

AD: ¿Así que tuviste la oportunidad de irte por unos días?

 

CF: Sí. Pero ella tuvo que aguantarse el show. Tuvimos que hacer seis horas, tú sabes, esas presentaciones eran largas. Y fue después de eso que nos fuimos de luna de miel.

 

AD: ¿Y cuánto tiempo estuviste con Joe Cuba en total? ¿Fue hasta mediados de los 60’s?

 

CF: Cerca de 9, 10 años.

 

AD: ¿En ese momento eras cantante exclusivo para Joe Cuba, o hacías otras cosas, como la Alegre All Stars? ¿Fue durante ese periodo de tiempo?

 

CF: No, eso vino un poquito más tarde. Aunque acostumbrábamos a hacer algunas cosas pequeñas. Pero yo era formalmente el cantante de Joe Cuba. Yo hice algo de lo de Alegre pero eso fue dentro de ese periodo pero más tarde, debió ser cerca de, no recuerdo, el 62, 63.

 

AD: ¿Cómo la música del periodo de Joe Cuba te ayudo a desarrollarte como artista?

 

CF: Yo me fortifiqué por el hecho de que Joe Cuba se convirtió en uno de los grupos musicales más importantes en Nueva York. La gente respondía a nosotros como si fuéramos los Beatles. Ellos acostumbraban a alternarnos con los grandes, ellos acostumbraban a guardarnos para el cierre. Ellos tenían los nombres que te mencioné, Machito, Tito Rodríguez, Tito Puente, Moncho Leña, Cortijo e Ismael Rivera y todos los grandes, y luego para culminar la noche, el Sexteto de Joe Cuba. Recuerdo una vez que tuvimos un gran, gran baile en invierno en el Manhattan Center en Nueva York y ellos tenían a todas esa gente. Incluso mencionaré más: tenían a Machito, a Puente, a Rodríguez, a Cortijo, tenían a Mario Ortiz que era una banda que acaba de venir de Puerto Rico, y Xavier Cugat con sus cuarenta músicos y su millón de Chihuahuas (se ríe). Y después de todo eso, entonces el Sexteto de Joe Cuba. Yo pensaba que eso significaba nuestra muerte, tú sabes. Pero en vez de eso, ¡los matamos! Cuando empezamos  todo el lugar se transformó en un alboroto y eso fue grandioso. Yo dije: “Bueno, pertenezco a uno de los grupos de salsa más importantes de la historia”.

 

AD: ¿Ahora, quiénes los querían suprimir como un grupo que venía en ascenso? ¿Fueron esos promotores envidiosos quienes los forzaron hacia la posición de seguir luego de esas bandas legendarias?

 

   

 

CF: Bueno, no diría que ellos no querían que tuviéramos éxito, pero lo que ellos querían probar era que nosotros éramos muy jóvenes para tratar de competir con los maestros. Era como darnos una confrontación. Ser humildes, tú sabes, pero ellos mismos obtuvieron la lección. Nosotros dijimos, “Nosotros somos humildes, pero somos poderosos”. Y cuando ellos se convencieron de ello, entonces no trataron de destruirnos sino de reconocer el valor, la atracción del grupo. Ellos no nos podían poner adelante para abrir un balie porque nosotros éramos la gran atracción. Irónicamente, ellos tuvieron que mantenernos para lo último aún cuando eso pudo haber empezado con una idea diferente. Ahora ellos sabían que la inversión era mantener a la estrella para el final. Así que nos convertimos en estrellas. Fue increíble.

 

AD: ¿Qué periodo era cuando esto estaba sucediendo?  

 

CF: Esto debe de haber sido alrededor de 1959, 1960, 1961. Ese fue nuestro mejor momento. Éramos tan poderosos que hicimos un comercial para la Coca Cola con uno de nuestros números que se había convertido en un éxito a nivel nacional. Fue “El Pito”.  (Silba) “Oye ese pito!”. Nosotros utilizamos la melodía de “El Pito” para Coca Cola: “Beba Coca Cola” (cantando). E hicimos nuestro gran video comercial en el Palisades Park y fue a nivel nacional. Así tan grandes éramos y empezamos a recorrer el país. Acostumbrábamos a hacer contratos en Los Angeles, Cleveland, Chicago, Conneticut…

 

AD: “El Pito” fue realmente una canción inusual. Quiero tratar de decir, con todo el coro de “I’ll never go back to Georgia (Nunca regresaré a Georgia)”. ¿Cómo surgieron de pronto con eso?

 

CF: Bueno, eso fue como un híbrido, realmente. Empezamos con “El Pito”, no se quién fue el que empezó a silbar (silba). Y el pianista lo siguió, y todos hicimos entrada y se llegó a ser como una melodía interesante.

 

AD: ¿Fue algo que hicieron en un ensayo y sólo lo llevaron hacia una melodía?

 

CF: No, eso vino dentro de un baile. Hubo un receso y alguien empezó a silbar y algunos de los del público empezaron a hacerlo, así que solamente caímos en ello. Y luego desarrollamos algo con el “I’ll never go back to Georgia”, fue algo que Dizzy Gillespie había dicho antes en una de sus grabaciones de jazz.   “I’ll never go back to Georgia”. Yo creo que fue Jimmy Sabater el que repitió la línea así que la hicimos una línea de coro.

 

AD: ¿Sólo les gustó la manera en que sonó?

 

CF: Sí, fue como una descarga, realmente. No había nada establecido. Solamente lo desarrollamos en ese momento y se convirtió en un gran éxito.

 

AD: ¿Ustedes trataron de hacer intencionalmente el crossover al mercado de habla inglesa en ese particular momento o fue solamente algo que ocurrió de espontáneamente?

 

CF: Esos chicos, aún cuando tenían raíces Puertorriqueñas, la mayoría de ellos, fuera de mí, o habían nacido en Nueva York o habían ido a Nueva York cuando tenían alrededor de un año de vida. Así que ellos crecieron entre el lenguaje inglés y ellos todos hablaban inglés mejor que yo.

 

AD: ¿Así que fue solamente una consecuencia natural del hecho de que eran neoyorkinos de manera tal que hizo que ellos quisieran tratar ese estilo de música?

 

CF: Sí. Cuando ingrese al grupo, ellos habían instituido algunas melodías en inglés. El otro cantante que te había dicho que dejó el grupo porque no había actuaciones para él, Willie Torres, acostumbraba a cantar la mayoría de los temas en inglés aún cuando eran salsa. Pienso que fue el primer crossover fue hecho por el Sexteto de Joe Cuba. Nosotros hicimos todos esos números porque acostumbrábamos a atender a público judío, italiano, afroamericano y latino, también. Así que creo que el crossover empezó realmente con Joe Cuba.

 

AD: Entonces estuviste con ellos hasta la mitad de lo sesentas. Claro, pareciera que eso tuvo un profundo impacto en tu vida profesional. ¿En qué punto dejaste el Sexteto de Joe Cuba y cuáles fueron algunas de las razones detrás de eso?

 

CF: Bueno, empecé realmente a reconsiderar mi vida en cuanto a lo que quería de la música. Yo obtuve la oportunidad del maestro más grande, Tito Rodríguez, tuve su confianza y el apoyo de los fanáticos. Yo pensé que podía alcanzar otro paso en mi vida. No quería gastar el resto de mi vida siendo el cantante del sexteto. Quería ser Cheo Feliciano. Y aún cuando estábamos en un ambiente de mucha amistad, los chicos se sintieron heridos porque estaba abandonando el grupo, pero tenía algunas ofertas. En el momento en que un cantante se destacaba, él conseguiría algunas ofertas. Ellos te sacarían del grupo, algunas veces para lo mejor u otras veces para destruirte. Yo no creo que nadie quería destruirme, yo creo que ellos pensaban que yo podía hacerlo mucho mejor por mi propia cuenta y establecer mi propio nombre. Así que lo hice. Le dije a los chicos que había sido un placer, que habíamos tenido una vida preciosa, pero tenía que continuar.

 

AD: ¿En qué año fue eso?

 

CF: Eso debió ser, déjame ver… Creo que fue en 1967.

 

AD: ¿Fuiste inmediatamente y firmaste un contrato de grabación y sacaste un álbum como solista?

 

CF: No grabé, pero tenía a los empresarios queriendo acompañarme con todos los diferentes grupos con los cuales me había desarrollado. Ahora tenía a Machito acompañándome, a Tito Puente acompañándome, a Eddie Palmieri acompañándome. Ellos me reconocieron como un cantante, como un solista. Además de tener su amistad, yo tenía su respeto. Así que todos esos grupos me acompañaron. Cuando quiera que hubiera un baile con dos o tres grupos, uno de esos grupos me acompañaba, y lentamente pero seriamente me fui estableciendo. Después de eso yo hice algo a lo que originalmente me oponía, transformarme en el cantante de otro grupo. Pero esta vez la oferta que obtuve del líder fue: “No vas a ser mi cantante. Vas a ser presentado en mi banda. Conseguirás todo el respeto y no vas a venir a cantar toda la noche. Vas a venir en momentos, momentos especiales, y serás acompañado por mi orquesta”. Ese fue Eddie Palmieri. Así que estuve con Eddie por alrededor de un año y medio y lo respeto, lo quiero y le doy la gracias por todo lo que me dio.

 

AD: ¿Durante ese periodo fue cuando grabaste el álbum Champagne, correcto?

 

CF: Cierto. Fue cuando hice “Busca lo Tuyo” y otros números… de hecho, uno o dos números que yo mismo escribí: “Ay que Rico” y “Mi Palo de Mango”. Fue una etapa bastante formativa de mi vida profesional, porque me establecí como compositor, también. 

 

AD: Así que eso debió ser alrededor de mediados los sesentas. Pero tengo un álbum tuyo llamado Cheo de 1972 con “Anacaona”. Y en las notas del álbum, si no me equivoco, Tite Curet Alonso habla acerca de que el álbum era alguna especie de retorno para ti… como si hubieras tenido una experiencia. No tengo mucha información acerca de eso, me estaba preguntando si podrías llenar el cuadro entre tus actuaciones con Eddie Palmieri y haciendo Champagne y haciendo un álbum que, en 1972 era una especie de retorno. ¿Qué pasó durante ese periodo de tiempo?

 

CF: Esa fue una etapa dañina y destructiva en la música latina. Muchos cantantes y músicos se vieron envueltos con las drogas. Yo fui uno de ellos. Yo estaba usando drogas, pero… Yo no reconocía que las drogas me estaban haciendo daño. Yo estaba usando heroína, y aún cuando yo estaba cantando, cada vez caía más bajo dentro del hábito, en la dependencia de la droga. Así que después de tiempo mientras todavía me encontraba bajo la influencia, todavía estaba cantando con Eddie Palmieri pero reconocía que algo tenía que dar… tuve que hacer algo con mi vida porque esta cosa me hacia retroceder hacia cualquiera cosa que tuve que hacer durante el desarrollo de mi vida personal, mi vida familiar, mi vida profesional… todo. Yo vi. que me estaba yendo por el desagüe. Así ese fue el momento cuando me retiré. Volví a Puerto Rico, en busca de ayuda, y encontré el inicio de una institución que hoy en día es muy importante a nivel mundial, Hogar Crea de Puerto Rico. Es un lugar de rehabilitación de adictos. Así que vine a Puerto Rico por alrededor de finales de 1969, de hecho para la Navidad de 1969. Yo dije, “No más, quería despegarme, tuve que separarme de todo y concentrarme en mi mismo”. Así que pasé voluntariamente tres años en la institución, tratando de conocerme bien, qué estaba mal conmigo, qué tenía que cambiar y que tenía que hacer con mi vida. Así que pasé tres años en la institución, y siempre tenía las visitas de chicos como Tite Curet y algunos de los músicos en Puerto Rico como Tommy Olivencia, Roberto Roena, el Gran Combo. Y Jerry Masucci, él estuvo siempre interesado en mí, pero ellos le dijeron, “No, déjalo que consiga pasar por las drogas y luego cuando salga, si quiere, fírmalo para el sello Fania”.

 

AD: ¿Así que fueron los otros músicos los que le dijeron eso a él, correcto?

 

CF: Sí. Muchos chicos. Tengo que estar especialmente agradecido a una persona que tenía toda la confianza en mí y que le dijo a Jerry: este chico puede ser un monstruo para nosotros, para la Fania All Stars, tienes que firmarlo. Ese fue Ray Barretto. Yo lo adoro por esa confianza. Él creía en mi y si Jerry me ofreció un contrato fue por la sugerencia de Ray Barretto. Eso ocurrió mientras todavía me encontraba en tratamiento. Yo acostumbraba a recibir visitas de Tite Curet, y Jerry Masucci, quienes acostumbraban a venir y me traían cigarrillos o cualquier cosa que necesitara. Y él dijo, “bueno, en el momento en que estés listo, hablaremos de negocios. Y yo le dije a él, “bueno, yo te avisaré cuando”. Y llegó el momento cuando decidí, juntémonos”, y el vino a Puerto Rico y firmamos el contrato, el contrato original con Fania y en ese momento fue cuando ocurrió esa grabación. Fue mi retorno.

 

AD: Ahora, el tiempo en que te encontraste en rehabilitación… ese fue algo voluntario entonces… y viviste allá todo el tiempo. ¿Qué tipo de actividades tenías que hacer mientras te encontrabas en Hogar Crea?

 

CF: Bueno, fue el inicio de un concepto. No era una institución establecida. Fue creada por algunos exadictos que dijeron: “Bueno, si nos unimos, podremos ayudarnos nosotros mismos. Así que unamos nuestras experiencias, veamos qué hicimos mal, qué podemos hacer bien, y establezcamos una filosofía y tratemos de ayudarnos nosotros mismos”. Así que lo cogí desde el inicio.  El tratamiento mismo no estaba definido, fue definido lentamente. Tuvimos que confrontarnos a nosotros mismos, tuvimos grandes batallas, también, tú sabes. Cuando estás allá, si estás buscando la realidad, si deseas ser sincero, tienes que hablar categóricamente. Así que acostumbrábamos a hablar de manera categórica, a tener ciertas luchas y confrontarnos uno al otro. Pero eso fue algo que no habíamos hecho antes. El adicto siempre anda escapando. Siendo un adicto, a cualquier cosa que seas adicto, no es nada más que un escape. Escapar de tus problemas, tratando de esconder la realidad entre la neblina de los narcóticos o lo que sea. Así que tuvimos que hablar a cerca de la realidad, y acostumbrábamos a llamarnos con toda clase de nombres. “Eres un hijo de puta, eres esto, eres veneno, no eres bueno, deberías estar muerto”,  así es cómo el tratamiento realmente funciona… hablando la realidad. Eso nos fortaleció y mientras fuimos a través de este desarrollo establecimos un tipo de tratamiento más formal el cual la ha convertido en la institución de ayuda a los adictos más importante a nivel mundial. Hogar Crea en este momento tiene más de 80 casa en Puerto Rico, tiene casas en toda Latinoamérica, tiene casas en Pennsylvania, en Connecticut, en donde sea. Se ha convertido en el más importante centro de tratamiento para los adictos.

 

AD: ¿En estos momentos todavía te encuentras involucrado en actividades en Hogar Crea?     

 

CF: Sí, yo los visito, nos reunimos, algunas veces nos reunimos en grupos de terapias, y yo los lidero. Algunas veces hago conferencias. Otras veces presento mi testimonio. Todo de lo que te he hablado yo lo cuento en iglesias, universidades, colegíos, en cualquier lugar. Hablamos a cerca de eso… Tenemos que responsabilizarnos en ayudar, dar de lo que recibimos. Así que yo mismo me he comprometido de manera indefinida. Yo siempre estaré allá para tratar de ayudar a la gente joven a entender, a no ser influenciado por eso y a ver el daño… está en contra del desarrollo de cualquier ser humano. 

 

AD: Ahora, está bastante bien documentado que gran cantidad de estrellas de la salsa de tu generación, gente como Héctor Lavoe e Ismael Rivera, tuvieron problemas de abuso de sustancias también. Dado el hecho de tu experiencia con Hogar Crea, ¿trataste de aconsejarlos para que no siguieran el camino de las drogas?

    

 

CF: Bueno, todos vinimos de la misma escuela. Desarrollamos el hábito cerca del mismo tiempo. Todos luchamos al mismo tiempo, así que yo fui uno de los primeros de salir de aquello. Y traté de confrontar a esos chicos, mis fallas, mis amigos, en cuanto “Yo vi la luz. Yo pienso de que es bueno para mi y pienso que es bueno para ti”. Pero cuando eres un adicto tú puedes oír un millón y uno de consejos, como yo lo hice. Ya que estuve unos pocos años en la adicción y la gente acostumbraba a decirme, “Cheo, sal de eso, eso no es bueno para ti”. Y esto, y aquello y lo otro. Pero no los escuché. Yo lo oí pero no los escuche. Ahora, cuando tome la decisión en ese momento fue cuando ese millón de consejos me golpearon a la vez. Y yo dije, “Ellos tienen razón. Tengo que cambiar mi vida”. Esa es una decisión que uno tiene que tomar. Y esos chicos acostumbraban a escuchar lo que les decía, pero decían, “Está bien para ti, pero cuando yo sienta que es mi tiempo entonces lo haré conmigo”.

 

AD: Así que de hecho hablaste y tuviste conversaciones… ¿Hablaste específicamente con Héctor Lavoe e Ismael Rivera?

 

CF: Claro. Nosotros éramos amigos. Héctor, él fue, aparte de la superestrella que fue, yo lo considero mi hijo. Cuando hice el cambio en mi vida, cuando él sentía que sus problemas se estaban llenando su taza, él acostumbraba venir a mi por ayuda, “Cheo, por favor, háblame, ayúdame, ayúdame quiero salir de esto”. Y el acostumbraba a venir a mi oficina en Puerto Rico cuando tenía mi compañía de grabación, Coche Records, acostumbraba a venir, a hablarme, acostumbraba a pasar horas conmigo allí, y las pasé con Ismael Rivera y las pasé con Frankie Ruiz. Traté de darles de lo que había recibido, pero como dije, es una decisión que uno debe tomar personalmente.

 

AD: Y desafortunadamente, especulo que el mensaje nunca logró hacer entender a esos músicos en particular.

 

CF: Bueno… al final Héctor… realmente no estaba ya usando drogas. Él lo estaba compensando con la metadona. En ese momento el realmente quería salir de eso. Pero cuando uno compensa un hábito con otro hábito, lo cual es lo que la metadona hace, uno tiene que acabar con el hábito de la metadona. Y ese era el proceso en el cual Héctor se encontraba. Claro, estaba comportándose de mejor manera, estaba actuando de mejor manera, porque la metadona no te eleva, solo te serena y te deja pensar, te deja actuar. Así que él lo estaba haciendo bastante bien pero el tuvo problemas, tú sabes. Muchos problemas que lo golpearon a la vez y que no desearía a ningún ser humano.

 

AD: Absolutamente. Recuerdo haber leído a cerca de algunas de las tragedias que sufrió en su vida. ¿Fue Ismael Rivera alguna vez capaz enfrentar su problema, o lo persiguió hasta el día de su muerte?

 

CF: Al final él lo superó también. Él, al menos, había abandonado la cosa más fuerte, la heroína. Él acostumbraba a beber un poco. Pero lo que pasó con Ismael es que él tenía todos los conceptos equivocados. Cuando quiera que él deseaba pasar una noche o dos de bohemio, cantando y en el rumbón y vacilando todo eso, al final de uno o dos días de eso, tu cuerpo está cansado. Lo que tu cuerpo te está pidiendo es… dormir… Pero Ismael tenía los conceptos equivocados. Él pensó que corriendo, haciendo ejercicio, se sentiría mejor. ¿Así que cómo puedes hacer eso si tú castigas tu cuerpo por una o dos noches, y en vez de ir a la cama, te vas a la playa y corres 10 millas? Y eso fue lo que lo mató. Él consumió su cuerpo haciendo ejercicio. Él murió en brazos de su madre, limpio, no estaba usando drogas. Él estaba limpio. Pero se consumió. Su corazón le falló en frente de su madre. 

 

AD: Eso fue una terrible tragedia, especialmente considerando su talla como artista. Afortunadamente, tú fuiste capaz de salir de esa situación en 1972 con “Cheo”. ¿Puedes hablarme a cerca de cómo estaba formado el álbum? El cual se reduce probablemente como uno de los álbumes clásicos de todos los tiempos en este estilo de música. 

 

CF: Fue algo que me sorprendió. Cuando fui al tratamiento, yo dije, “Bueno, la gente me había visto, la manera en que actuaba bajo la influencia de las drogas, yo no creo que ellos me sigan queriendo, no creo que yo les importe porque yo no aprecié lo que tenía. Así que no se lo que va a pasar. Pero quiero cantar. Quiero cambiar mi vida y volver a intentarlo”. Y en ese momento fue que obtuve la oportunidad gracias a Jerry Masucci. La gran sorpresa fue que toda esa gente estaba esperando por mí. Ellos dijeron, “Cheo, bienvenido, te necesitamos”. Eso me dio como una inyección, wow, un suero. Yo dije, “Wow, todavía creen en mí. Yo creo que esa grabación es una de las más importantes que he hecho debido a que cada uno de los números en esa grabación se convirtió en un éxito. No sólo un corte, dos cortes, todos los números se convirtieron en éxitos. Ese fue mi retorno. Ese fue realmente mi gran retorno. Lo bastante afortunado, fue durante el tiempo de la primera película de la Fania All Stars, Our Latin Thing (Nuestra Cosa). Eso me dio un doble comienzo cuando hice “Anacaona”, porque se convirtió en un éxito a nivel mundial.   

 

AD: ¿Cómo fu esa era, la era de la Fania All Stars?

 

CF: Bueno, era una reunión. Era una tienda, era el taller, la reunión de los fellas. Fue como en mis inicios cuando iba a la unión de músicos y comencé a encontrarme con esas superestrellas, todos esos músicos famosos, todos los chicos del barrio. Entonces la Faniall All Stars era la reunión. Al principio, algunos de ellos estaban junto a mi, aspirando. luego en ese momento, éramos profesionales. Entonces dondequiera que iba la Fania All Stars junta, era como una familia, tú sabes… era como un intercambio de experiencias, emociones y toda clases de… fue grandioso. Acostumbrábamos a estar juntos y estar de gira por dos, tres o cuatro semanas y esos fueron tiempos fantásticos. Tiempos estupendos.

 

AD: ¿Cuándo ustedes hicieron “Quítate Tú para Ponerme Yo” en el álbum Fania All Stars Live at the Cheetah, fue algo que habían trabajado de antemano o sólo fue actuación en vivo?

 

CF: Esa fue una interpretación en vivo que salió de la película cuando hicimos el concierto en el Cheetah. Fue espontáneo. Cualquiera cosa que dijimos salió de manera natural.  

 

AD: ¿Sentiste cierta presión debido a que tenías que hacerlo: tenías a todas esas personas escuchándote, tenías a tus contemporáneos como Héctor Lavoe y todos esos chicos improvisando antes que tú?

 

CF: No, yo estaba muy feliz. Era un pez en el agua. Estaba de vuelta en mi elemento, muy feliz, no asustado. Al contrario, yo estaba listo para ir con ellos ya que conocía la calidad de esos interpretes y nosotros estábamos retando el uno al otro, “Dame lo mejor que tienes  yo te daré lo mejor de mí”. Fue un placer realmente.

 

AD: ¿Quién piensas que tuvo la mejor participación en ese particular intercambio?

 

CF: Risas. Pienso que todos lo hicimos bien. Porque fue todo interpretación, la manera que cada uno sentía.

 

AD: Eso me recuerda cuando los músicos de jazz acostumbraban a tener competencias de cortes. Alguno tomaría un solo de corneta y otro chico vendría y trataría de cortarlo. Miles Davis se enfrentó cara a cara con Kenny Dorham en varias ocasiones. Hoy en día en Cuba, en clubes como Casa de la Música y El Tropical, hay una tradición en donde los jóvenes soneros intentan cortarse los unos a los otros. ¿Participaste en algo así mientras crecías?    

 

CF: Claro que sí, era una competencia. No podías hacerlo peor que el último chico. Tenías que por lo menos hacerlo igual o mejor. Fue algo de machismo, una actitud como, “Yo soy el más grande, y soy el único que sabe de esto…” Fue interesante. Cuando quiera que un chico venía hacía ti y te daba otra, eso te daba un punto de partida para la próxima línea. Lo cual es bueno, porque demanda creatividad, te mantiene despierto, te mantiene alerta, en contacto.

 

AD: ¿Están allí algunos nombres famosos con los que batallaste? ¿Alguna vez batallaste con Pete “El Conde”?

 

CF: Si, Pete y yo… Héctor, todos esos chicos. Porque nosotros acostumbrábamos… no pelear uno con otro… sino sacar lo mejor de ti dando lo mejor de mí. Así que era un encuentro amistoso, pero era un gran combate porque demandaba que sacaras todo tu talento, tu creatividad. Lo hacíamos cada vez que nos juntábamos y estoy seguro que lo haríamos nuevamente.

 

AD: Para regresar a la era de la Fania, ¿alguna vez tuviste la percepción de que lo que estaban haciendo iba a ser algo histórico y que iba a tener el gran impacto que tuvo?

 

CF: En ese momento, no. Yo vi la reacción. Tan pronto como sacamos las grabaciones, empezamos a tener todas esas presentaciones internacionales, tan lejos como África, Japón, Europa, en todas partes. Nosotros dijimos, “Wow, somos importantes”. Y luego fue la fusión. Jerry Masucci, como el gran hombre de negocios que era, hizo una mezcla de otros ritmos u otras influencias para integrarlas dentro de nuestra cosa llamada salsa. Especialmente en mi número, “El Ratón”, el cual es uno de los números que escribí durante mis inicios. Él incluyó a Jorge Santana con su guitarra y fue una fusión de rock y salsa (vea nota 1). Y eso fue grandioso…

 

AD: Yo recuerdo “El Ratón” siendo parte de un álbum que hiciste con Joe Cuba. ¿Estás hablando de una versión diferente de esta canción?

 

CF: Era una versión diferente. Ese fue el primer número que escribí, “El Ratón”, nunca pensando en que se convertiría en lo que se convirtió. Aún cuando empezamos a cantarlo con Joe Cuba, la gente empezó a reaccionar positivamente. Pero yo pensé en que sería un éxito transitorio, algo que desaparecería después de un tiempo. Y se convirtió en un clásico. Luego hicimos la nueva versión con la Fania All Stars y lo hice un par de veces más…    

 

AD: ¿A cerca de qué trata esa canción? ¿El gato está disgustado porque no puede escabullirse de noche?

 

CF: Es una cosa de doble sentido. Realmente está hablando a cerca de un hombre y una mujer, pero está hablando a cerca de animales-gatos, el gato. Mi gato se está quejando… que probablemente soy yo, yo soy el gato, que no puede vacilar, porque dondequiera que se mete su gata -su mujer- lo va a buscar. Y cada vez que el tipo está guarachando, aparece la mujer: “Óyeme, te cogí”. Pero lo hice como una cosa de tipo graciosa, con doble sentido y pienso que fuera de eso, lo que realmente tiene el atractivo es lo rítmico del coro: “chacuchacuchucuchachucá”. Eso tiene un atractivo para una multitud que entiende español pero que entiende el concepto de “chacuchacuchucuchachucá” con su sonido, el cual es… el ritmo. Y pienso que eso fue lo que realmente lo hizo un éxito a nivel internacional. 

 

AD: ¿Fue eso algo autobiográfico? ¿Fue sacado de tu vida personal?

 

CF: Sucedió con el grupo de Joe Cuba, los seis chicos, todos estábamos casados, yo fui el último en casarme, como te conté cuando comencé con lo de Joe Cuba. El resto de los muchachos estaban todos casados, pero nosotros acostumbrábamos a ir a las presentaciones, a viajar, por nuestra cuenta, y las esposas se juntaron y allí fue cuando los chismes empezaron. “Ey, el marido tuyo, está saliendo con esa chica, y este tipo se está enredando, tienes que tener cuidado”. Así fue cómo obtuve la idea para este tema.

 

AD: ¿Es difícil, basados en esa canción y el tipo de ambiente en el que te encontrabas como músico, es difícil cuidar que un matrimonio siga adelante bajo esas circunstancias?  

 

   

 

CF: Yo pienso que la parte más difícil realmente le toca a la esposa porque nosotros somos los profesionales, tenemos que hacer nuestro trabajo, dado que irónicamente, usualmente el músico tiene un atractivo para el lado femenino, y no tiene nada que ver con que si eres bonito o no. Tú eres un músico, tú eres un cantante, tienes el encanto. Y las mujeres responden a nosotros. Y algunas veces nosotros respondemos a ellas. Y yo pienso que es más difícil para las esposas porque ellas tienen que tolerar todo eso, nosotros tenemos que estar fuera de casa por un largo periodo de tiempo y ellas tienen que cuidar el fuerte. Yo pienso que el efecto más fuerte está en la esposa, realmente.

 

AD: Tú has estado junto a tu esposa por 42 años. ¿Qué te ha ayudado a hacer ese matrimonio un éxito en un tiempo en el cual mucha gente se divorcia?

 

CF: Bueno, yo pienso que realmente es el amor que ella me tiene. Ella ha tenido que aguantarme, realmente me ha hecho parte de su vida. Ella conocía mis defectos pero también conocía mi lado positivo y sobre todo ella me ama mucho. Así que ella ha tenido que aguantarme muchísimo. Y realmente tengo que agradecerle a mi mujer todo el trato, todo el amor que me ha dado por tanto años, toda esa confianza en mi. Y reconociendo que somos débiles y que esos son gajes del negocio. Aún cuando he tratado de nunca hacer como esas obvio, pero hay un concepto que está allí, tú eres un músico, las mujeres van a estar alrededor, y yo pienso que eso es lo que más causa esos divorcios. La esposa no puede tolerar eso. Y mi esposa fue grandiosa, yo pienso. No se cómo lo hizo, porque yo realmente en un tiempo me estaba volviendo loco… aún cuando nunca deje de amarla. Pero ella pudo lidiar con eso, y fue su amor lo que realmente hizo este matrimonio fuerte.       

 

AD: ¿Cuántos hijos tienes?

 

CF: Tengo cuatro.

 

AD: ¿Alguno de ellos es músico?

 

CF: Ellos están relacionados de manera directa o indirecta con el negocio del espectáculo. Por ejemplo, mi hijo, el mayor, José Enrique, es un gran ingeniero de grabación. Mi hijo Richie siempre ha querido ser actor. Mi hija Michelle se graduó de la universidad con una especialidad en producción y comunicaciones y el más joven, es percusionista, él firmó, él es percusionista de rock o reggae pero le gusta cantar su poquito de salsa. Así que todos ellos tienen que ver indirectamente con ello.

 

AD: En términos de su carrera a partir de 1972, ¿cuáles fueron algunas de tus experiencias más significantes para ese tiempo? ¿Qué es lo que más perdura en tu memoria?

 

CF: Bueno, uno de los más importantes, fue mi inicio con Fania, luego de esas dos primeras grabaciones, fue que tuve la oportunidad, en una gran entrada con el amor de mi vida: bolero, el romance. Jerry Masucci, Johnny Pacheco, Santitos Colón y yo fuimos a Argentina a hacer un álbum de boleros. Hice un álbum entero de bolero con una gran banda de cuerdas de Argentina… dirigida por el gran Jorge Calandrelli, el cual ahora es un gran nombre en Hollywood. Y hice 10 boleros. No sólo hice 10 boleros, sino que fui respaldado por 14 violines, un gran cuadro de música detrás de mi. Así que eso me reestableció como un cantante de bolero, lo cual nunca ha cambiado. Todavía amo el bolero y he hecho mucho de ello.

 

AD: ¿Cómo se llamó ese álbum?

 

CF: La voz sensual de Cheo. La melodía destacada fue “Juguete”, la cual se convirtió en la más grande de de esa grabación. Yo he hecho boleros con la Rondalla Venezolana, he hecho boleros con Armando Manzanero, he hecho toda clase de boleros. De hecho, en esta etapa de mi vida quiero concentrarme más en el bolero. 

 

AD: Ahora, es interesante que tengas esa particular inclinación para cantarlo ya que muchos grande soneros no son conocidos particularmente por ser grandes boleristas. ¿Cómo te vino esa particular inclinación hacia cantar boleros? ¿Cuál es la atracción allí?

 

CF: Bueno, como te dije, en mis inicios, yo estaba escuchado al Trío Los Panchos, estaba escuchando el bolero, el verdadero bolero. Lo de la percusión es algo natural en mí, pero yo he preferido siempre el bolero.

 

AD: Tú tienes un acercamiento interesante a los boleros en muchas formas ya que pareces concentrarte más en el fraseo y tú realmente no cambias tu forma para acertar gran cantidad de notas altas o bajas. Tú te barajeas para estar en un rango intermedio, al menos en la mayoría de las grabaciones que he escuchado. ¿Es eso algo con lo que estás de acuerdo? y ¿qué hay detrás de tu acercamiento al bolero?   

 

CF: Reconozco que no soy un tenor. No soy un cantante con una gran voz. Soy un cantante de sentimiento. Yo lo interpreto. Yo pienso de un bolero como cuando le susurras a una mujer al oído, tú hablas, tú ayudas al mensaje. Yo pienso que el bolero debe estar entre cantarlo y hablarlo. Así que cuando quiera que entro palabras como “amor” (con una voz entrecortada), hablo acerca de ello, no sólo “amooooorrrr”. Yo no me considero a mi mismo un cantante. Me considero un intérprete. Y la gente ha dicho esto: “Cheo no canta el bolero. Cheo habla el bolero”.

 

AD: Luis Miguel se ha hecho famoso en años recientes con esa serie de álbumes de bolero. ¿Qué piensas a cerca de su trabajo?

 

CF: A nivel profesional, a nivel de cantante, estoy muy agradecido a la obra de Luis Miguel. Es un gran cantante y un gran intérprete. Lo que él hizo salvó al bolero para las generaciones más jóvenes. Como todos esos chicos antes de Luis Miguel, cuando ellos acostumbraban a escuchar bolero, ellos acostumbraban a decir: “Ah, esa es música de viejos”. Pero cuando Luis Miguel lo hizo, un joven, ellos se interesaron en el bolero. Ellos escucharon esta melodía: (cantando) “En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse”. Inolvidable (nota 2). Y ellos dijeron, “¿Has escuchado ese nuevo tema?”. Ese nuevo tema, tú sabes, ‘Inolvidable’. Ellos no reconocieron que ese tema tiene 50 años. Así que Luis Miguel ha salvado el bolero para los más jóvenes.    

 

AD: Yo supongo que es algo que todavía te interesa mucho, porque recientemente grabaste un álbum de sólo bolero, Un solo beso. ¿Hay algún bolero favorito tuyo a través de los años que todavía te gusta interpretar encima de todos los demás?  

 

CF: Hay uno que siempre ha sido mi favorito. Es uno de los boleros de menor duración, pero el mensaje y la melodía son grandiosos. Desde que escuche este tema muchos, muchos años atrás, quede impresionado. Lo escuche en la voz de un cantautor de Cuba, José Antonio Méndez y aún cuando el tema no era de él, pertenecía a César Portillo de la Luz (nota 3), escuche su interpretación y me enamoré de él. Si hay un favorito, es ese. “Delirio”. “Tú, mi delirio”. (cantando) “Si pudiera  expresarte como es de inmenso, en el fondo de mi corazón, mi amor por ti…” Si. Es mi favorito.   

 

AD: Bueno, tú también has sido parte del movimiento de la salsa y tienes gran experiencia como sonero. ¿Cuáles dirías que son las cualidades de un buen sonero?

 

CF: Lo único es que no hay una escuela para eso. O lo tienes o no lo tienes. Tú puedes ir a una escuela y aprender cómo cantar, cómo controlar tu voz, cómo obtener lo mejor de tus habilidades, a comprimir el aire, hacer las notas altas y todo eso, pero para improvisar tienes que ser natural. Si eres natural, serás espontáneo, escuchando a los naturales, la manera en que ellos llevan sus pensamientos, la manera en que ellos reflejan lo que ellos vean, hablar a cerca de lo que ellos vean y convertirlo en melodía y ritmo. Eso no puede ser aprendido en una escuela. Ser capaz de improvisar es ser privilegiado, es tener suerte de que Dios te haya dado ese talento porque, realmente, no hay escuela para soneros.

 

AD: ¿Estamos perdiendo la tradición del sonero?

 

CF: Hay un peligro de perderla porque la gente joven está siendo influenciada por otros ritmos, otras cosas internacionales como el rap, reggae, rock, y muchas otras cosas que están apareciendo. Y eso está bien. Pero no estoy viendo lo que acostumbraba a ver cuando era joven. Por ejemplo, cuando establecí mi Combo Las Latas, nosotros pensábamos en ritmo y si no teníamos  un instrumento acostumbrábamos a golpear la capota de un carro, o una silla, o un bote de basura y acostumbrábamos a hacerlo espontáneamente. No he visto eso más. Yo acostumbro a ver a los chicos como yo cuando era joven y que fui impresionado por, los cantantes de salsa, y yo trataba de hacer lo que pude lograr después, improvisar. “Ey pero me gusta esta rumba…” (cantando) Yo lo hice espontáneamente. Ya no veo esa espontaneidad.

 

AD: Con tu estilo de música que se basa mucho en la tradición y ser capaz de improvisar, y el cantante siendo más una fuerza en lugar de sólo cantar una balada con cierto ritmo en ella, qué es cómo se puede describir a gran parte de la salsa moderna, dado eso, ¿ha sido difícil para ti presentarse?

 

CF: Ha sido, y hay varias razones para ello. Primero, no estás creando nada cuando haces una balada. Muchos temas que fueron hechos en salsa han sido números populares en otras modalidades. Así que es cómo ganar la mitad de la guerra antes de haber comenzado… Yo creo que ellos explotan un gran tema, una gran melodía, que era una balada y se transforma en salsa. Pero esos chicos no son exponentes de la salsa. Ellos sólo pueden cantar el tema y luego tratar un par de líneas de improvisaciones no reales ya que son líneas escritas. No veo naturalidad en ello. Yo mismo como interprete he tenido especie de tiempos duros para mantenerme con el público que responde a esos chicos. Ellos son las nuevas caras, las caras bonitas, es más importante tener una cara bonita que tener una buena voz. Pero no me quejo porque internacionalmente he mantenido mi estatura y trabajo a lo largo de todo el año bien.

            

 

AD: Yo se que apenas recientemente fuiste a Cuba y que te presentaste en vivo y hay un álbum en vivo que muestra tu presentación allá. ¿Cómo fue tu experiencia allá? ¿Puedes contarme un poquito de aquello?

 

CF: Bueno, era el sueño de mi vida. Yo aprendí mucho de percusión y de soneo de muchos cantantes y músicos cubanos. Ha habido una gran influencia de la música cubana en mi vida. Así que mi deseo era alguna vez ir y ver la mata, la tierra donde nació todo esto. Finalmente luego de 40 años, lo cumplí, y me sorprendió que la gente cubana  estaba muy conciente de mi trabajo, que ellos me apreciaban mucho. Así que quede muy impresionado por la bienvenida de los cubanos, la manera en que me aceptaron como uno de ellos. Fue una gran experiencia.

 

AD: ¿Qué piensas de las bandas que están tocando en Cuba ahora mismo? ¿Existe alguien en particular que este trabajando allá  que te agrade, cuáles álbumes tu comprarías?

 

CF: Claro. Hay un chico, que tuve suerte de trabajar algo junto con él, Isaac Delgado. Él es un buen sonero y dentro de una de sus producciones me incluyó  en uno de los temas. Se llama “Amigo”.

 

AD: Una de las cosas a cerca de las que he leído fue que hubo cierta clase de repercusión negativa contra ti debido al hecho de que fuiste a Cuba. ¿Te está ocurriendo actualmente? ¿Ha sido un problema para ti desde un punto de vista profesional?

 

   

 

CF: No, no. Hasta ahora no ha pasado. Yo quede sorprendido por lo que le pasó a mi colega Andy Montañez cuando recibió uno de nuestros amigos músicos en Puerto Rico y lo abrazó en un abrazo muy amistoso y verdadero. Me entristecí por el hecho de que cuando fui a Cuba, yo esperaba recibir algún tipo reacción como la que él recibió. Pero no recibí ninguna (nota 4). Su única posible, si había alguna, reacción fue en un contrato en el cual querían que fuera a Miami y que hiciera una presentación en un club que trae cubanos, música cubana, y siempre hay una protesta en contra de eso. Yo pensé que tal vez recibiría algo de eso así que le dije al tipo, “No, no creo que sea tiempo para ir allá”. Pero nunca tuve pruebas de que eso era así.

 

AD: ¿Así que tú piensas de que puedes ir y tocar en Miami y no tener ningún problema allá?     

 

CF: No, yo no pienso eso. Como de hecho, muchos cubanos, cuando escucharon mi grabación, dijeron, “Gracias por ir a mi tierra ya que yo no puedo. Pero tú fuiste y nos representaste”. Así que obtuve algunas reacciones positivas a ello. No he obtenido ninguna prueba de que allá hay algo negativo contra mí.

 

AD: Estoy feliz de escuchar eso porque creo de que sería algo ridículo si lo existiera. ¿Podrías hablarme un poco a cerca de este nuevo proyecto tuyo?

 

CF: Este es un concepto que he tenido por muchos años...se llama Una voz… mil recuerdos, la voz siendo mía y los recuerdos, ellos. Varios cantantes han sido parte de mi evolución y yo deseaba cantar en memoria de ellos porque ellos son parte de la química de Cheo Feliciano… Daniel Santos, quien era un romántico bohemio. Beny Moré, Felipe Pirela de Venezuela, un gran cantante romántico… Tito Rodríguez, que tenia todas las partes… uno de los grandes cantantes de boleros de todos los tiempos, Gilberto Monroig de Puerto Rico… Santitos Colón, romántico… Ismael Rivera, quien fue grande en nuestra música folklórica y salsa… Mon Rivera.   

 

… Ellos eran mis amigos personales, todos ellos, y algunos de ellos fueron mis mentores, mis padres, otros fueron mis hijos, como Héctor Lavoe y Frankie Ruiz. Así que todos ellos se convirtieron en parte de mi química y quería honrarlos. Pero no imitarlos. Quería interpretar los temas que ellos hicieron famosos pero cantándolos a mi manera. Y creo que lo logré… 

 

AD: ¿Así que vamos a escuchar una variedad de ritmos diferentes en esta grabación?

 

CF: Si, yo traté de incluir algunos de los elementos que originalmente ellos usaban en sus grabaciones para identificarlos a ellos y traerlos a la música de hoy pero con un poquito de la influencia de lo que ellos hicieron.

 

AD: Cuando hiciste esta grabación, tengo una especie de curiosidad sobre tu método. Muchas veces en la salsa romántica ellos hacen una grabación en donde ellos colocan debajo una pista de conga para todo el álbum y la manipulan en la computadora así que la misma pista básica de conga es usada a lo largo de todo el álbum y la misma cosa con las trompetas, etc. En otras palabras, la banda no graba junta. ¿Qué tipo de método utilizaste para grabar este álbum?

 

CF: Siempre me ha gustado lo original, el método natural. Nunca he apreciado lo de la computadora. Me gusta sentir a la banda directamente allí. Algunas veces lo hacemos en secciones. Algunas veces hacemos la sección del ritmo y luego agregamos las trompetas, por ejemplo. Pero nada computarizado. Todo es arreglado, todo es preparado. Algunas veces tratamos de grabarlo de una sola vez con la banda entera. Pero eso es más complejo.

 

AD: ¿Hiciste eso en esta nueva grabación? ¿Hay alguna pista con toda la banda grabando todo de una sola vez?

 

CF: Realmente no, porque fue diferente. Había diferentes combinaciones. Algunas veces tenias in sexteto, algunas veces un trío, algunas una big band, otras un conjunto. Tuvimos todas estas clases de combinaciones diferentes de instrumentación que… la gente va a apreciar, los diferentes sonidos que tienes en esta grabación en particular.   

 

AD: Cuando grababas en los viejos tiempos, ¿no se grababa a toda la banda junta?

 

CF: Si, así era como lo hacíamos.

 

AD: ¿Cómo era eso durante la era de Fania (en los estudios de grabación)? Yo charlé con Sergio George en una entrevista y estábamos hablando del rol del productor de salsa. Él esta muy involucrado en dirigir el sonido y en decirle a la gente cómo cantar, qué cantar, etc. Pero él dijo que es bien diferente de la salsa en los ’70s. Él dijo que en los ‘60s y ‘70s el rol del productor de salsa era evitar que la gente en el estudio se mataran unos a otros.

 

CF: (Risas).

 

AD: ¿Tuviste alguna experiencia así? ¿Cómo era cuando tenías a todos esos chicos reunidos para grabar?

 

CF: Claro, era como un jam session. No buscábamos la perfección. Lo que buscábamos era la interpretación, el sentimiento, las sensaciones. Así que acostumbrábamos a hacerlo de una sola vez. Si fallábamos de alguna manera, tal vez dos o tres veces. Pero siempre el cuerpo completo. No prestábamos atención a los pequeños errores, pequeñas deformaciones, aquí y allá, si el producto general final era bueno. Esa era la idea, transportar el sentimiento de todo el grupo a la vez, no buscando la perfección, pero sintiéndolo y disfrutándolo muchísimo.

 

AD: ¿Cuándo empezaste a grabar en secciones? ¿Fueron los álbumes clásicos como Cheo y The Singer y Sentimiento Tú grabados con una banda completa a la vez o también fueron en partes?

 

CF: En ese momento yo no tenía una banda, así que fue todo arreglado y ellos estaban buscando acercarse a la perfección (nota 6). Así que grabamos lo básico, bajo, piano, percusión y luego fuimos añadiendo por sección. Así que si alguno cometía un error, ya no tenías que borrar el piano, teníamos eso. Luego fueron las trompetas, y como sólo teníamos trompetas, ellos podían repetirlo algunas veces hasta que les saliera perfecto. Luego hicimos los coros. Así que ellos estaban buscando la perfección. Producción sabia, está bien si tú quieres traer un producto pulido, brillante, al que la gente responda. Pero a veces prefiero lo espontáneo aún cuando pueda que obtengas algún pequeño gallo allí o cualquiera deformidad. Pero si el centro de ello está transportando un verdadero sentimiento de hacer música espontánea, me gusta.  

 

AD: ¿Hay alguna producción con el sonido al natural que deberíamos ir y comprar?   

 

CF: Me parece que todo lo que hicimos con la Alegre All Stars es un buen ejemplo de ello. De hecho, las hicimos sin arreglos. Solamente nos juntábamos, nos daban una línea y vamos. Eso era un verdadero jam session. Yo amo todas las grabaciones de Alegre.

 

AD: Bueno, se está acabando el tiempo aquí. Para cerrar la entrevista, en términos de tu legado como artista, ¿hay de algo en particular por lo que te gustaría ser recordado? ¿Qué te gustaría que la gente pensara cuando ellos piensen en Cheo Feliciano en los años venideros?

 

CF: Bueno, yo soy el amigo, el cantante sentimental… Quiero que ellos sepan que mi manera de cantar es sincera, que no cantaría nada que no sintiera… Todo lo que canto es parte de mí, es parte de mi química, y me siento con mucha suerte de que Dios me hizo un instrumento de su creación.       

 

   

 

 

Notas:

 

1 Cheo se refiere a un álbum de 1974 de la Fania All Stars llamado Latin-Soul-Rock que ofreció algunos experimentos interesantes en la fusión de funk, salsa y rock. Jorge Santana también es conocido como Malo. Él es hermano de Carlos Santana y dirigía de manera exitosa su propio grupo en los 1970s.

 

2 Este es un bolero clásico compuesto por el pianista Julio Gutiérrez, que casualmente también estaba detrás de los legendarios álbumes Cuban Jam Sessions.

 

3 Portillo de la Luz fue uno de los líderes exponentes del movimiento fíllin en Cuba. “Fíllin” es “feeling” con una pronunciación en español. Musicalmente, fíllin era una mezcla de bolero y jazz. A parte de Portillo de la Luz, otros famosos exponentes del fíllin incluyen a Frank Domínguez y a Omara Portuondo.

 

4 Se refiere a un incidente ocurrido en 1997. El compositor y cantante Silvio Rodríguez es amado en Cuba pero injuriado por muchos exiliados ya que apoya activamente el régimen de Castro. Rodríguez fue a Puerto Rico para un concierto y allí se encontró con el sonero Andy Montañez, quien lo abrazó. Esto indignó a muchos cubanos exiliados y Montañez fue dado de baja del festival anual de la Calle Ocho de Miami.

 

5 Cheo iba a presentarse en un club en Miami que trae artistas cubanos de la isla a presentarse, entre ellos Isaac Delgado y NG La Banda. Ocasionalmente estas presentaciones incitan protestas de los cubanos exiliados quienes no quieren al gobierno cubano beneficiarse de traer sus artistas allí. Bastante interesante, ya que tales actos de repudiación musical son comunes en el régimen de Castro. Por ejemplo, la música de Celia Cruz está prohibida. Así como los Beatles durante los ‘60s. La ironía de venir a los Estados Unidos buscando libertad y luego imitar la represión de Castro se ha, a menudo, perdido en aquellos que hacen esas protestas.

 

6 Cheo se refiere específicamente a la grabación de 1972 “Cheo”, cuando recién había salido de Hogar Crea y no tenía su propia banda y por lo tanto grabó el álbum con un reparto de todos estrellas que incluyó a Ray Barreto, Orestes Vilató y Johnny Pacheco, entre otros.   

 

Edición mes de abril de 2005

 

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