Rockeros y Salseros: un conflicto en los gustos musicales
Efren Jiménez
efjmvs7@gmail.com
Doce de febrero de 2010
Artículo publicado previamente en Oasis Salsero.
A lo largo de las décadas, los adolescentes y jóvenes han estado expuestos a las diferentes manifestaciones de la música popular. Por ejemplo, esta música se ha utilizado para alegrar las fiestas y otros eventos, pero también se ha utilizado para incitar a la violencia, y hasta la guerra.
En cada país del mundo se han desarrollado bailes y ritmos que logran establecerse y permanecer entre el público. Así, nos encontramos, por ejemplo, con el vals, el flamenco, la mazurca, la polka, en los países europeos. En Suramérica, Centroamérica y el Caribe, se encuentran la Milonga, el Joropo, la Samba, Cumbia, Tamborito, Ranchera, Rumba, Plena, Calipso, Merengue, etc. Igualmente, en Norteamérica surgieron el ragtime, Blues, y otros. Algunos de estos han salido de su país de origen y se han esparcido alrededor del mundo. Este es el caso de dos de estos ritmos: el Rock n’ Roll (EE.UU.), y los ritmos afrocubanos (Cuba).
En Puerto Rico los jóvenes han disfrutado de dos de estas expresiones desde principios de la década de 1960: la Salsa y el Rock.
Pues bien, ya en la década de 1980 aquellos que preferían escuchar uno de estos ritmos en particular se daban a conocer como salseros o rockeros. Para más conveniencia de estos oyentes, había varias estaciones especializadas en transmitir y difundir estas dos expresiones populares. Por ejemplo, en la banda AM una de estas era Salsa 63. En la banda FM Z93, Alfa Rock 106, o 95x. Estas estaciones tenían sus propios logos que las identificaban. Estos se reprodujeron en “bumper stickers” que se podían pegar en los cristales de los autos. En el verano, en los festivales que se celebraban en las playas, alrededor de la isla, se lanzaban al público camisetas con la promoción del momento de la estación de radio.
El impacto de este movimiento fue bien contundente. Una consecuencia positiva que tuvo esto fue que se comenzó a registrar sobre el tema en torno a los rockeros y salseros. De hecho, a fines de la década de 1970 empezó a publicarse en Puerto Rico una revista dedicada a reseñar todo lo relacionado a la música Salsa. Esta fue la revista Salsa. Como yo era una de estos salseros especiales empecé a comprarla. Todavía conservo 3 volúmenes: uno de 1979 y dos de 1980. Esta no duró mucho en los medios y, poco después, desapareció. En este momento desconozco si existía una revista local dedicada a la música rock en aquel momento. Además de Puerto Rico, ésta se publicaba en Nueva York, Venezuela y Panamá. Debajo de la palabra Salsa aparecía escrito: La primera revista de Salsa en América. Es interesante que hace poco, mientras buscaba información por Internet para una conferencia sobre los orígenes de la música Salsa que estoy preparando, me encontré con la página salsamagazine.com. Pues bien, esta pertenece al Sr. Izzy Sanabria, uno de los fundadores de esta música en Nueva York. Allí me enteré por el propio Sr. Sanabria, que éste publicaba en Nueva York la revista Latin NY, desde 1973. De esta llegaron a referirse como “la Biblia de la Salsa”, por ser la “principal fuente de información” en esta música, según la explicación provista por Mr. Salsa, el título que le dieron a Sanabria desde entonces. Por eso, si se habla de América para referirnos a Norteamérica y Latinoamérica, tenemos que decir que la revista Latin NY fue la pionera en dedicar su contenido a la música y a los exponentes de este nuevo concepto.
De todos modos, el concepto de ambas revistas es básicamente, el mismo. Tal vez, se creó la revista de Puerto Rico inspirada en el modelo de la de Nueva York debido a que ésta no circulaba localmente. Además, esta revista se publicaba en inglés y, por tanto, la información no llegaba a todos los latinos que se interesaban por conocer lo relacionado a este ambiente musical. Además de esto, en 1988, apareció aquí en Puerto Rico, una publicación dedicada también a hablar sobre la música Salsa. La revista tenía un formato de periódico, y su nombre era La Klave. De esta poseo el primer volumen. No recuerdo por qué razón no tengo más de ellos. El propósito según su autor, Francisco A. Rivera (Frankie), era “brindar información […] sobre el ambiente salsero en y fuera de Puerto Rico, así como fomentar estilos y valores positivos entre nuestros lectores.” Por ahora, no circulan revistas locales en estos formatos, dedicadas a difundir esta música. En cualquier caso, estas publicaciones dejaron constancia del impacto de esta música en la décadas del 70 y 80.
Por otro lado, a comienzos de la década, en 1980, yo estudiaba en la escuela Libre de Música de Arecibo. Allí, tocaba el trombón en la banda. Cuando terminé la escuela superior en 1982, me fui a hacer un bachillerato en música a la Interamericana de San Germán. En el departamento de música tenía un amigo de Mayagüez que era bajista, y en 1986, se fue a estudiar a NY. Como nos manteníamos en contacto, me enviaba información y música grabada desde allá. Yo terminé en San Germán en diciembre de 1987, y para 1989 recibí unas copias de un texto sobre la música popular de Puerto Rico. El artículo hablaba sobre la Salsa y las canciones de Rubén Blades, entre otros temas. El tema del escrito era Popular Music in Puerto Rico, y el autor era Jorge Duany. Aunque la información estaba en inglés, mi deseo por conocer lo relacionado a la Salsa y Rubén Blades, me daba la resistencia necesaria para traducirlo. Por fin, con un pequeño diccionario, y la ayuda de unos parientes terminé la traducción en poco tiempo. Con el tiempo, me enteré que Jorge Duany era cubano, y no norteamericano como pensaba. También me enteré que estaba trabajando como profesor en la universidad de Puerto Rico. Pues bien, publiqué un pequeño artículo basado en la información que pude traducir en un periódico local, en abril de 1989. Ahora, después de 20 años, reviví el interés por la información con la idea de publicar algo por internet. Al mismo tiempo, descubrí la dirección de correo electrónico del profesor Duany, y le envié un correo contándole lo sucedido con su artículo. El profesor, de una manera generosa y cordial, me envió el artículo original en formato electrónico. Al mismo tiempo, pudo aclararme que el artículo no era un libro, sino que formaba parte de una revista educativa sobre música latina de la universidad de Texas.
Pues bien, algo sobre lo que se empezó a registrar en aquel momento sobre los salseros y rockeros, es lo que puedo compartir ahora con los lectores y conocedores de la música popular en Puerto Rico.
Bajo el subtitulo Salsa, cocolos y rockeros, el profesor Duany hace una descripción sobre dos estereotipos en lo relacionado con los gustos musicales.
“El estereotipo del Cocolo contemporáneo es un joven que no viste a la moda. Usa camisas floreadas, tenis, y un pick de afro en el pelo. Los cocolos andan con monstruosas radios o cassette players dondequiera que van, y escuchan una estación de Salsa como Z93. Ellos viven en Nemesio Canales u otros de los proyectos de vivienda pública en San Juan.”
A continuación, se describe el estereotipo del rockero:
“La antítesis del Cocolo es el rockero: un joven vestido con mahones ajustados, camisetas Playero, sandalias, lo último en la moda americana, y pelo largo ondulado. Los rockeros pueden ser vistos surfeando en la playa de Isla Verde o escuchando una estación de radio como Alfa Rock 106 en sus carros. Ellos, probablemente, viven en Garden Hills o una de las urbanizaciones más exclusivas”.
Como dice el profesor, “esto es tan sólo una imagen satírica, aspecto físico”.
A estos estereotipos también podría añadirse el del merenguero, y más reciente, el del reguetonero, que no es otra cosa que la imagen del rapero (Hip Hop) desde principios de los 80 en EE.UU. Cabe señalar, que el Reggaetón surge del rap en español que se empezó a desarrollar en Puerto Rico a partir del rap La Escuela por Rubén DJ en 1989, aunque parece ser que todavía no se ha aclarado si fue en Puerto Rico u otro país como menciona el articulo El reguetón, nacido en barrios boricuas, se baila en el mundo entero de Jorge J. Muñiz, que obtuve de terra.com. Esto también sucedió con la música Salsa. Lo que sucede es que aquí hay dos cosas envueltas: una es el concepto, y la otra es el término. Por ejemplo, por la investigación que he hecho en estos últimos años para una conferencia sobre los orígenes de esta expresión, he podido confirmar que el concepto nace en Nueva York. Lo que sucede es que, hasta ahora, no se sabe a ciencia cierta en qué año surgió el término identificando la música, y de qué manera. Un ejemplo de cómo nace un estilo musical es la historia del Rap que se publicó en la revista Time en 1999. Se pudo decir entonces, que el Rap cumplía unos veinte años de existencia. De hecho, ya en 2009 cumplió los 30 años. En el caso de Puerto Rico, no debe ser muy complicado dar con la información exacta, ya que la expresión no lleva tantos años de haber surgido, y por lo general, se puede encontrar en las reseñas que hacen los periodistas sobre los discos y los exponentes de las distintas manifestaciones musicales. En efecto, en el artículo que mencioné sobre el reguetón, explica cómo se originó la expresión. Estoy de acuerdo con la explicación que se da allí, porque esta es una de las maneras más frecuentes en que nacen casi todas estas expresiones de la música popular de cualquier estilo. Con la música Disco ocurrió igual, según un artículo que encontré en Wikipedia. Por cierto, hace poco vi en la sección de espectáculos del noticiero de un canal local al Disc Jockey francés, David Guetta, explicando cómo creó un nuevo ritmo mezclando los sonidos en su estudio. Estas expresiones también pueden surgir por la creación de un baile o ritmo como ocurrió con el Mambo, el Chachachá, la Pachanga y el Boogaloo. Por lo general, el que inventa el baile es un músico. Por lo menos, en el caso del Mambo, el Chachachá y el Boogaloo sé que fue así.
Pues bien, el trabajo del Sr. Duany se publicó en 1984. Sin embargo, musicalmente hablando, los cambios no son tan radicales. Actualmente, las estaciones como Alfa Rock y Z93 siguen siendo líderes entre los salseros y salseras, y rockeros y rockeras.
Una de las cosas que he podido entender al estar en contacto con los estudiantes y músicos, en mis años de estudiante universitario, y en mi experiencia como músico en una orquesta local en Arecibo a fines de 1980, es que, por lo general, el músico que se inclina hacia el género de Salsa no le atrae tanto la música rock o el pop. A su vez, el músico con inclinación hacia el rock no le atrae mucho la música Salsa u otro ritmo latino, como el Merengue o la Bachata. Entonces, dentro de estas tendencias, surgen críticas o diferencias entre ambos individuos sobre distintos aspectos como el sonido la agrupación, la imagen de ambos músicos, cuán al día está, musical y tecnológicamente, uno de los géneros del otro, y así por el estilo. Claro, esto no significa que estas diferencias impidan que los distintos exponentes compartan y colaboren social y profesionalmente. Siendo así, creo que las diferencias están, mas bien, entre los mismos músicos, y no tanto entre los radioescuchas de ambos estilos musicales. Por esta razón, se debe entender que cada persona tiene un gusto musical distinto. Por supuesto, el gusto musical se puede ampliar de manera que se puedan disfrutar de los distintos géneros, y sin que esto represente una controversia para el individuo.
En vista de lo anterior, surgen unas interesantes preguntas, ¿Dónde estaban las cocolas y las rockeras mientras tanto? ¿Podría aplicarse las descripciones que se hicieron sobre el cocolo y el rockero al sexo femenino? Lógicamente, las salseras y rockeras también formaban parte del grupo debido al hecho de que la música no discrimina entre ambos sexos. Lo que hay que saber es si sería aplicable la descripción del estereotipo del rockero al sexo femenino. Primero, en cuanto al mismo tipo de ropa, la estación que escuchaba el rockero, y lo de surfear en las playas, se puede decir que es igual para el sexo femenino. También el lugar de residencia. Pero, no significa que esto sea estrictamente así. Yo vivo en un barrio, y en aquel momento, también vivía un muchacho (rockero) que sólo escuchaba esta música. Igualmente, en “las urbanizaciones más exclusivas” de Puerto Rico también se pueden encontrar salseros residiendo allí. De ambos sectores han surgido, y surgen, músicos talentosos de Salsa y del Rock. Sucede también que, en el caso de la Salsa, en los barrios tal vez existe una tendencia a inclinarse más hacia esta música. De esto se habla con más detalle en el libro que, por primera vez, se le dedica a esta música, El Libro de la Salsa, del escritor venezolano César M. Rondón. Una de las razones que expone el autor es que, en los barrios, los individuos se identificaban más con la letra y el sonido fuerte de las canciones de Salsa. “Es cierto que toda la música popular que conoció y desarrolló el Caribe, en la primera mitad de nuestro siglo [XX], tuvo su origen fundamental en los barrios”, afirma Rondón.
Por otra parte, han surgido historias románticas en torno a estos estereotipos. Un ejemplo lo fue la canción Ligia Elena, grabada en 1981 por Rubén Blades y Willie Colón.
Rubén Blades - Ligia Elena
Video del YouTube canal de Johann Hincapié