El Señor Agente: Richie Bonilla

 

 

Por Eric E. González©

Fotografía por Eric E. González©

Traducido por Marcelino Rodríguez

 

 

NOTA:    Esta entrevista apareció originalmente escrita en inglés en la edición de mayo de 2002, el portal www.oasissalsero.com.  Fue gentilmente traducida al español por nuestro hermano boricua, Marcelino Rodríguez, asiduo lector y amigo de Herencia Latina.   Este fue un esfuerzo fenomenal y desinteresado de parte de Marcelino, el cual agradezco de todo corazón. El resto de las fotografías se pueden apreciar en la versión original en inglés, visitando nuestra página web, y buscando en las ediciones anteriores.     

Eric

 

Entrevista realizada el 26 de mayo del 2001

 

 

“Richie Bonilla es mi mentor. El es como yo quiero ser cuando crezca. Desdichadamente, la promoción no es un negocio donde uno encuentra mucha gente ética. El hace la diferencia. Richie Bonilla es la persona más ética que he conocido.”

 

Albert Torres, el promotor número uno de la Salsa.

Los Ángeles, California. Abril 15, 2002

 

 

Si usted ha estado leyendo las entrevistas que publicamos, probablemente ha notado que por general los sujetos son cantantes, músicos y/o directores de orquestas. Sin embargo, los trabajos de otros participantes, quienes son igualmente importantes, usualmente pasan sin mención alguna. Ellos son los que en realidad mueven y sacuden la industria, y muchas veces juegan un papel significativo en la evolución de la música. Uno de estos héroes sin canto es Richie Bonilla, quien junto a José Curbelo, Federico Pagani, Ralph Mercado y otros, fueron instrumentales en promover y expandir los feroces sonidos que salían de Nueva York durante el apogeo de la Salsa. Sus historias y su legado vivirán para siempre.

 

Aunque Richie Bonilla se describe como un agente, él, en un tiempo u otro, fue parte del desarrollo y la promoción de conocidos talentos como Ray Barreto, Héctor Lavoe, Ismael Rivera, Monguito El Único, Vitin Avilés, Eddie Santiago y Frankie Ruiz. Durante y después de la era del Boogaloo, él manejó nombres como Joey Pastrana, Kako, Pete Rodríguez, Landy Nova, Orquesta Flamboyán, TNT Band, La Conspiración, Ralph Robles, Ralphie Pagan, Ray Jay, Latin Teens, King Nando, Willie Colón y Héctor Lavoe, Johnny Zamot, Joe Acosta, The New Generation, Sonora Borinquen, Latin Souls y otros. Respetados lectores, ¿recuerdan ustedes estas bandas? Pues, no se deben preocupar. La mayoría de sus grabaciones poco a poco serán emitidas en Disco Compacto.

 

Hoy día, Richie Bonilla ha estado asociado con algunas de las estrellas más candentes de nuestra música, como Cachao, Nettai Tropical Jazz Big Band, Giovanni Hidalgo, Ralph Irizarri, The Bronx Horns, Carlos “Patato” Valdés, Jimmy Delgado, Jimmy Bosch, Los Hermanos Moreno, Richie Ray & Bobby Cruz, Son Boricua, Gilberto Santa Rosa, Willie Colón, Ismael Miranda, Machito Jr., Son Reinas, Lalo Rodríguez, Frankie Morales, Yomo Toro, por sólo mencionar algunos.

 

Según  Bonilla, él fue responsable por sacar las orquestas Afrocubanas fuera de Nueva York a otros estados y ciudades de los Estados Unidos, incluyendo a Chicago, Ohio, Boston, Washington, Philadelphia, Connecticut, Los Ángeles y San Francisco. También, él fue uno de los primeros en sacar el talento fuera de los Estados Unidos, a países como Panamá, Venezuela, Curasao, Aruba, Matinique, Guadalupe, St. Thomas y St. Croix. El recuerda afectuosamente sus viajes a Panamá con Willie Colón y Héctor Lavoe. Yo puedo decir lo afortunado que fui al presenciar parte de eso y lo grandioso que esos tiempos representaron. Todavía recuerdo ver a la Banda TNT tocar el número “Sabré Olvidar” en la Avenida Central en Ciudad Panamá, durante esos gloriosos carnavales.

 

Tuve la oportunidad de hablar con Richie Bonilla durante el Tercer Congreso Anual de la Salsa Costa Oeste en Los Angeles California. Durante ese evento, El Señor Bonilla fue reconocido  por su contribución a la música Afrocubana. Aunque esta entrevista fue improvisada, Richie fue más que generoso y me proporcionó algunos detalles sobre la historia de promoción y contratación de artistas de la Salsa en la Ciudad de Nueva York y algunos conocimientos sobre las vidas de algunos de los más adorados iconos de la Salsa. Como podrán darse cuenta, Richie tiene un millón de cuentos que contar que requieren muchas más entrevistas.

 

Agradecimientos: Esta entrevista no pudo haber sido posible sin el contínuo apoyo del maestro Albert Torres, a quien quedo agradecido. También muchas gracias a mi amiga Cynthia Semon, por ser la mejor en lo que ella hace.

 

 

Eric E. González (EEG): OK, Richie, cuéntame sobre tus inicios.

 

Richie Bonilla (RB):  Yo soy un Nuyorican, tengo 64 años de edad.  Nací el 12 de enero del 1937. Mis padres nacieron en Puerto Rico. Mi hermano mayor, Benny Bonilla, era músico. El tocaba timbales en el tiempo de Vicentico Valdéz. Durante el periodo del Boogaloo, él tocaba timbal para Pete Rodríguez. Yo trataba de hacer lo que mi hermano mayor hacía. Yo empecé a tocar congas, empecé una banda en diferente faceta.

 

EEG: ¿De qué año estamos hablando?

 

RB: Oh, a principios de los cincuenta. Entonces yo siempre parecía ser un organizador. Yo siempre estaba organizando fiestas de casa, bailes, y a través de mi hermano conocí a Eddie Palmieri, Ray Barreto, Johnny Pacheco y todos esos muchachos. Ellos eran desconocidos, todavía no eran famosos. Muchos de los músicos venían del Bronx: Willie Rosario, Orlando Marín... Todos éramos del mismo barrio, así que yo fui afortunado de conocerlos desde que éramos chamacos. Como a mí siempre me gustaba  organizar, empecé a contratar las bandas en las que mi hermano tocaba y, como mis contemporáneos empezaron a casarse (teníamos 20 a 22 años), me pedían que les consiguiera orquestas para sus bodas. Así fue que empecé, contratando bandas para bodas.

 

EEG: ¿Quién fue tu primer cliente “oficial” de nombre?

 

RB: Pete Rodríguez, el del boogaloo, no Pete “Conde” Rodríguez. Ellos tuvieron trabajando por dos años antes de grabar un hit.

 

EEG: ¿Sabes la historia detrás del álbum de Rubén Blades y Pete Rodríguez,  “De Panamá a Nueva York” (1969/1970) ?

 

Pete Rodríguez, el Rey del Boogaloo

 

RB:  Todo en la vida es estar en tiempo. No es sólo talento, es estar en tiempo.  Lo que pasó fue que Pete Rodríguez pegó con “I Like It Like That” y “Micaela” cuando yo era su agente. Viajamos por todo el mundo. La orquesta de Pete Rodríguez era una orquesta de hermanos.  Pete tenía dos hermanos en la orquesta, mi hermano estaba en la orquesta, todos éramos de la misma cuadra... éramos familia y yo no sé que pasó con Pete Rodríguez. Él tuvo como un cambio de personalidad, dijo que él no me necesitaba como agente y que mi hermano era flojo en el timbal y que no necesitaba a nadie. Esto sucedió en Panamá. Cuando regresamos de esa gira, la orquesta se rompió y los muchachos formaron La Protesta de Tony Pavón. Ese fue el comienzo de La Protesta. Después de eso, yo no tuve nada más que ver con Pete Rodríguez. Pero entiendo que el próximo álbum que grabó, fue con Rubén Blades, y no pegó.

 

EEG: ¿Crees tú que él recluta a Rubén Blades en Panamá?

 

RB: Sí, porque yo llevaba tantas orquestas a Panamá. Yo conocí a Rubén cuando él era un muchacho desconocido. Cada vez que yo traía a Pete Rodríguez o a Willie Colón, (Willie Colón empezó conmigo) todos los que yo llevaba, Rubén me pedía si él podía cantar con ellos. Así fue que llegué a conocer mucha gente. Para ese entonces yo no me asociaba con Pete Rodríguez, así que no puedo ayudarte con esa historia.

 

EEG: Vamos a retroceder a cuando tú comenzaste con Pete Rodríguez.

 

RB:  Sí, en el año 1962, yo abrí mi oficina en Broadway. Anteriormente yo trabajaba como agente, pero tenía un trabajo de día también. Me casé en el año 1959, tengo 41 años de casado ahora. Yo tenía un buen empleo. Le dije a mi esposa que yo quería tratar esto y que si no resultaba, volvería a mi trabajo otra vez. Entonces, el boogaloo pegó y yo tenía todas las orquestas: Joe Bataan, Frankie Dante, TNT Band, Joey Pastrana, Ralphie Pagan, Ralph Robles, King Nando, Ernie Agosto y La Conspiración...

 

EEG:  Los Lebron Brothers….

 

RB: Ellos estaban con José Curbelo. Él tuvo unos cuantos.

 

EEG: ¿Richie Ray?

 

RB:  No, ellos eran la competencia, tú sabes, como Tito Puente Y Tito Rodríguez. Cuando yo tenía a Pete Rodríguez en Boogaloo, la competencia principal era Richie Ray. A propósito, hace dos semanas, el 12 de mayo, yo contraté a Richie Ray y Bobby Cruz para El Copacabana en Nueva York. Esta es la primera vez en veinte años que tocan en un club nocturno en Nueva York.  Nos conocíamos, pero nunca fuimos amigos, éramos competidores. Así que tuvimos una reunión y me dijeron que, aunque nunca fuimos verdaderamente amigos, ellos me respetaban por la manera en que yo conducía mis negocios y por lo bien que yo mantenía a la orquesta de Pete Rodríguez por todo lo alto. Ahora somos panas y después de su presentación, yo le admití (a Richie) que yo nunca me había dado cuenta de su gran talento. Yo pienso que él es un pianista menospreciado. Él es un pianista increíble, un arreglista increíble, pero yo no le prestaba atención en esa era. Así que reestablecimos nuestra relación y amistad. Ahora, yo voy a hacer sus contrataciones por doquier.

 

EEG: OK, tú abriste tu propio negocio con el apoyo de tu esposa.

 

RB: Yo abrí mi oficina en la calle 53 y Broadway, en el edificio Ed Sullivan, un famoso edificio musical. Allí estaba el estudio de grabación Broadway, donde todos grababan en esa época. Toda la gente de la Fania usaba ese estudio para sus grabaciones. Para ese entonces yo tenía un artista desconocido, nadie lo conocía, tenía 19 años y se llamaba Willie Colón. (Con Héctor Lavoe) Yo llevaba las orquestas a Panamá, yo iba a Panamá cinco veces al año, a todos los festivales, los carnavales, para el aniversario de la independencia, para el aniversario de la revolución... El nombre Salsa empezaba a ser reconocido. Así que cuando me llamaban, me pedían dos bandas sin nombre. Pedían dos bandas de Salsa. Así fue que yo llevé a Willie Colón y a Héctor Lavoe a Panamá. Eran desconocidos, pero, después de su primera visita, ellos se convirtieron en Dioses en Panamá. El hijo de Omar Torrijos, quien tenía 15 años para ese entonces, adoraba a la banda de Willie Colón. Cada vez que íbamos a Panamá, nos invitaban a tocar para Torrijos y todos sus Generales, incluyendo a Noriega. Cuando Willie Colón iba a Panamá, siempre nos daban una escolta militar con motocicletas donde quiera que íbamos.

 

EEG: ¿Quién era tú más serio contendiente en Nueva York? ¿José Curbelo?

 

RB: Curbelo era el principal. Yo era un chamaquito. Yo fui el que creó otras avenidas donde ir alrededor del mundo, porque Curbelo tenía todo el control. El era un agente fuerte. El tuvo los grandes artistas. Yo abrí nuevas avenidas para poder llevar orquestas a Venezuela, Panamá... Entonces tenías que tener licencia para ser manejador o agente. Todos los músicos tenían que ser miembros de la unión de músicos, local 802. Cuando tocaban en un club, la unión mandaba a un representante, para chequear las tarjetas de membresía. Si no la tenían, tenían que bajar de la tarima. Si no estaban al día, también. Eran muy estrictos. Eso me ayudó a establecerme. Yo tenía una licencia para manejar y Curbelo trataba de impedírmelo. No tuve mas remedio que denunciarlo con la unión. La unión le advirtió que él podía perder su licencia por tratar de cerrarme las puertas. Esa fue la primera batalla.

 

EEG: ¿ La ganaste?

 

RB:  Sí, yo gané ésa. Y después me ayudó mucho. Como él era un hijo de p--a con la gente, los promotores, las sociedades hispanas...  Todos los que tenían una mala experiencia con él, corrían a mi oficina. El estaba en la calle 52 y yo en la calle 53. Así que venían a mi oficina con quejas. Venían con el rabo entre piernas, llorando, cómo él no les devolvió su deposito, cómo él hizo ésto o hizo eso... Entonces yo los ayudaba, yo siempre cooperaba con ellos, yo les daba un precio justo para que pudieran tener sus bailes. Así fue que conseguí muchos clientes, que no querían bregar más con él. Eso me ayudó en el principio.

 

EEG: ¿Cuáles fueron los lugares más populares de ese tiempo?

 

RB:  En la década de los sesenta todos bailaban Mambo: los Judíos, los Italianos, los Negros...

 

EEG: El mejor siendo el Palladium...

 

RB:  El Palladium era el mejor. Pete Rodríguez era mi orquesta principal allí. Yo tenía una buena relación con el dueño, Max Hyman, y su esposa. Mi esposa y yo somos unos de los pocos que fuimos a su casa a cenar. Yo frecuentaba el Palladium por la tarde porque Tito Rodríguez ensayaba allí por la tarde. Catalino Colón estaba allí, Federico Pagani estaba allí también, éramos buenos amigos.

 

EEG: ¿No era Federico Pagani un feroz agente?

 

RB:  No, él era un promotor. El es el padrino de los promotores. El empezó todo esto. El fue el que hizo el Palladium, porque durante el periodo después de la segunda guerra mundial, hubo un flujo de puertorriqueños en Nueva York. Un gran número de puertorriqueños trabajaba en la industria de la costura. Federico habla con Max Hyman,  y le dijo que él quería desarrollar una idea Latina, y así lo hizo. El imprimió unas hojas de promoción y las distribuyó de mano en mano a los Boricuas que trabajaban en ese distrito. Y así fue que se llenó el Palladium. A el también le gustaba hacer cuentos y adoraba tener una audiencia a su alrededor. Machito también era así. Si se encontraban frente a dos personas, comenzaban con sus cuentos. Federico era muy astuto. El no sólo promovía el Palladium, sino que también promovía el Embassy Ballroom en el Bronx y el Bronx Casino.

 

EEG:  ¿Eran buenos amigos Pagani y tú?

 

RB:  Oh sí, él me ayudó tremendamente. Yo tenía todos esos jóvenes desconocidos y él me los contrataba por nuestra amistad. Esto es un negocio de parentesco. Es como Albert Torres, quien contrata mis bandas porque nos conocemos. Albert puede contratar a quien él quiera, todo el mundo quiere trabajar para él.

 

EEG:  ¿Quiénes son tus clientes hoy día?

 

RB:  Mi artista principal es Cachao, yo soy su manejador. También Los Hermanos Moreno, Nora la de La Orquesta De La Luz... Yo brego con mucha gente. He sido agente por más de treinta y nueve años. Yo monto festivales por toda Europa, El Japón y Los Estados Unidos. Así que yo puedo contratar a Tito Nieves, Gilberto Santa Rosa, Richie Ray y Bobby Cruz... Todos están disponibles para mí, porque todos quieren viajar. Y ahora que hay tanto talento libre, (freelance) me llaman y me dicen “consígueme a Ismael Miranda, a Richie Ray.” Yo traje (Ismael Miranda) aquí el año pasado. Hicimos unos cuantos trabajos, ese fui yo.

 

EEG:  ¿Cuál piensas tú que ha sido tu más grande logro?

 

RB:  Al principio, en mis primeros años, porque fui afortunado de haber crecido cuando lo hice. Treinta nueve años después, todavía lo estoy haciendo. Ha sido mi única fuente de ingreso. Mi mayor logro tiene que ser que he traído a muchos artistas desconocidos a convertirse en estrellas. Eddie Santiago comenzó conmigo, Lalo Rodríguez... Pero déjame contarte de uno de mis más grandes logros. Había un artista muy adorado de Puerto Rico, quien tenía un problema con drogas. El era Ismael Rivera. El nunca cumplía con su compromiso y, cuando llegaba, retozaba, no trabajaba. Una vez, vino a mi oficina y yo lo coloqué bajo mis alas. Entonces, él me dijo: “Richie, voy a ir a Panamá a curarme, porque me van a llevar a ver el Cristo Negro allá”. Así que lo llevaron a Panamá y le hicieron muchas cosas. Lo llevaron a bañarse al mar y después a cargar la grande y pesada cruz. Cuando volvió a mi oficina un mes más tarde, estaba sin barba, estaba completamente raso, y tenía un aura sobre sí mismo. Se veía inmaculado. El me dijo que cuando estaba arrodillado frente al Cristo Negro, que él podía ver las marcas en sus brazos desapareciendo. Desde esa fecha, comenzó a cumplir con sus compromisos y a viajar a través del mundo nuevamente. Estaba maravilloso, y tenía una gran orquesta.

 

 

Ismael Rivera firma su contrato en la oficina de Richy Bonilla para 1974

 

EEG:  ¿Fue eso antes de los años Fania?

 

RB:  Oh sí, todo esto fue antes de la Fania. Ves, mi época y casi todos mis éxitos fueron antes de la  Fania.

 

EEG: ¿Te acuerdas del año cuando el milagro de Ismael ocurrió?

 

RB:  OK, tuvo que ser tarde en la década de los sesenta o temprano en la década de los setenta. Luego, lo que le pasó a Ismael fue que no cambió sus amistades y sus amistades fueron los que lo derrumbaron otra vez. Luego, discutimos y no lo volví a representar. Él volvió a Puerto Rico, pero mantuvo un apartamento en Nueva York. Él siempre me decía que lo que más le gustaba de mí, era que yo lucía como un agente. (Risas) Yo tuve el mismo problema con Héctor Lavoe, porque cuando él comenzó conmigo era desconocido...

 

Sammy Ayala, Ismael Rivera e integrantes de los Cachimbos, en la oficina de Richy Bonilla

 

EEG: ¿Fue eso antes que estuviera con Willie?

 

RB:  No, no. El me conoció en la calle en el Bronx, frente al Bronx Casino. Me dijo que empezaba a cantar con una nueva orquesta, con Willie Colón. El quería que yo viera la orquesta tocar, a ver si les conseguía trabajo. Yo fui, y claro, me gustó. Pero el grupo tenía un montón de drogadictos, el pianista... Mark Dimond, el timbalero... Pues lo que hice fue mantener la banda viva por dos años antes de “Che Che Cole”

 

EEG: ¿Fue el problema de las drogas igual después de “Che Che Cole?”

 

RB:  Sí, ellos tenían muchos drogadictos en la orquesta. El gran pianista Mark Dimond era un drogadicto.

 

EEG: ¿Murió él de SIDA o del problema con las drogas?

 

RB:  Yo no sé, pero están conectados.

 

EEG: ¿Y Frankie Dante?

 

RB:  Frankie Dante murió de cáncer. Yo fui su manejador desde el principio. Durante los últimos 10 a 15 años de su vida no tuvimos una relación. Yo mantuve una relación con él desde la década de los sesentas hasta la década de los setenta. Después de eso, lo veía de vez en cuando, porque él estaba estudiando en la Universidad. Su mamá era su Ángel. Él siempre decía “Mi Pequeña Viejita.” El la quería mucho, ella era su salvavidas.

 

EEG: OK, vamos a continuar con Héctor Lavoe.

 

RB:  Yo mantuve su orquesta (Willie Colón) muy ocupada ya que había tantos clubes. Luego, yo encontré al profesor Joe Torres, (piano) que estaba  con la Orquesta Flamboyán. El reemplazó a Mark Dimond. Así, que entra en la orquesta de Willie Colón. Luego conseguí a Louie Romero (timbal), a quien conocí en uno de los guisos, y él también entra a la orquesta de Willie.

 

EEG:  ¿Y Santi “Choflomo” González, el bajista?

 

RB: El estaba con Willie desde el principio. El no era un problema. El único problema que él tenia, era que hacia muchos niños. (Risa) Willie llevaba dos años conmigo  (antes de Che Che Cole) y había viajado a Panamá conmigo, porque Panamá me lo pedía.  El sello  Fania no se había formado todavía. En uno de esos viajes a Panamá, mientras caminábamos, Willie vio una banda militar tocando La Murga con una tuba enorme. (Imita el sonido de la tuba con las notas de La Murga) Willie adoptó la melodía de la murga, pero sólo como tema, tú sabes, cuando uno termina el set y se va a coger un descansito. El tocaba unas barras de la Murga y decía: “Voy a regresar en media hora”. Yo le dije a Willie: “Oye, Willie, tú tienes que arreglar ese número, tienes que terminarlo”. Un día lo hizo y el resto es historia. Eso fue como el himno nacional en Panamá.

 

Mangual, Hector & Willie 1974

Mangual, Hector & Willie 1974. Foto Colección de Tommy Muriel

 

EEG:  Cuéntame de Héctor y su problema con drogas.

 

RB: Yo sabía que él tenia problemas con drogas, pero yo nunca lo vi, porque no vacilaba con él. Yo nunca, nunca, estuve con él. Héctor siempre usaba camisas de manga larga. Tú sabes, todo el mundo habla de drogas todo el tiempo, pero no hablan de la persona. El era tremenda persona. El siempre vestía bien y muy bonito. Héctor y su esposa venían a mi casa con su hijo, para que jugara con el mío, que era un año mayor. Cuando su hijo era un bebé, yo le decía a Héctor que dejara la orquesta y que se fuera como solista, porque él era un tremendo talento. No sólo como vocalista, sino que también era muy gracioso. Para esa época, Tito Rodríguez se había ido de Nueva York a Puerto Rico y estaba haciendo dos shows por día. Yo le dije a Héctor que él podía hacer lo mismo. “Tú haces dos shows por día y tú puedes vivir como un rey. No sólo vivir como un rey, pero también llegar a ver tus cuarenta cumpleaños. La forma que tú vives ahora, cantando en los clubes after hours con el mal elemento...”. Todos le daban la droga, tú sabes. Yo le dije que él podía seguir el sol, que él podía trabajar en el Caribe Hilton o irse a Venezuela y trabajar en el Hilton allá. Yo traté de incitarlo a que se fuera como solista, porque él lo podía hacer. El era muy querido. Pero él me decía que él no le estaba haciendo daño a nadie sino a sí mismo.

 

Yo también manejé a Frankie Ruiz y tuve el mismo problema con él. El fue un gran talento. Héctor tuvo su accidente en Puerto Rico, cuando brincó de una ventana. Lo que pasó nadie lo sabe. Mucha gente le echan la culpa a Puchi (su esposa), porque ellos siempre estaban discutiendo; dicen que probablemente Puchi lo empujó. Ellos siempre peleaban. Pero ella me dijo que ellos iban a bajar y que ella bajó antes que él. Yo le pregunté a Puchi ¿qué pasó? (Eramos allegados y los conozco desde que eran chicos) Ella dice y sabe que estaban discutiendo, ella admite eso. Y que él se fue y ella bajó para esperarlo. Una semana después, escucharlo por teléfono uno piensa que nada le había pasado a Héctor. Después del accidente, cuando lo trajeron a Nueva York, estando en el hospital, estaba limpio. Yo le dije que le habían dado una segunda oportunidad. Ahora lo que tiene que hacer cuando salga del hospital, es cortar sus amistades. Porque si él permanece unido a las mismas amistades, lo van a traer abajo, como le pasó a Maelo. Yo lo viví con Maelo. Yo deseaba que Puchi fuese más fuerte, ella tenía problemas también, con cocaína. Si ella hubiese sido  una persona  fuerte, podría haber sido un diferente final para Héctor. Como Cheo Feliciano.

 

EEG:  Cheo se limpió a tiempo...

 

RB:  Por su esposa, Coco. Ella es fuerte. Ella lo ayudó. Si no fuera por ella, no hubiera carrera para Cheo.

 

EEG: Yo he notado que algunas de las esposas de los viejos de Fania, son muy protectivas y fuertes...

 

RB: Yo escribí una historia sobre las hembras en el negocio. La esposa de Pete Conde Rodríguez,  la de Johnny Pacheco, la de Johnny Rivera...

 

EEG:  ¿Y qué pasó con Héctor?

 

RB:  Yo hablé con Héctor en el hospital, y le dije: “Esta es tu oportunidad para dar vuelta a tu vida. Tú tienes que dejar de rondar con alguna de la gente que tú acostumbras”. Pero él no lo hizo y ellos lo trajeron abajo. Luego no pudo curarse, él tenía un tubo de metal en su pierna, porque su pierna estaba destruida. Así que estaba mal.  Ya yo no trabajaba con él.

 

Lo que sucedió fue que, cuando la Fania entró en el negocio, y se pusieron fuertes, todo el mundo quería artistas de Fania. Yo empecé a perder mis artistas a la Fania, como Pete Conde, quien estaba conmigo. Cuando Héctor rompió con Willie Colón, porque Willie dejó la banda, Héctor mantuvo la banda junta, y yo todavía manejaba a Héctor Lavoe. Así que yo manejaba a Héctor cuando la Fania estaba fuerte. Fania controlaba la radio, tenían a Polito Vega y a Joe Gaines. Tenían a Héctor Maisonave corriendo los bailes. Ellos hacían sus propias contrataciones. Eso era un monopolio, eso era ilegal. Ellos empezaron a quejarse. Al mismo tiempo, Jerry Masucci me llama y me pregunta si yo estoy interesado en contratar artistas Fania. Pero al mismo tiempo, el Cheetah que era manejado por Ralph Mercado, comenzó a caer y estaba a punto de cerrar. Ralphie estaba buscando otra cosa que hacer. El cogió a Eddie Palmieri y, creo que a La Típica ’73. Por la relación que existía entre Ralphie y Jerry, decidieron que Ralphie junto a uno de los de la Fania (Ray Avilés) abrieran una agencia. Entonces, la usarían como una sombrilla para promover artistas Fania bajo su sombrilla. Para que luciera como que ellos (Fania) no controlaban. Hablaron con Ralph Mercado, para que él abriera la agencia. Luego, colocaron a Ray Avilés con Ralph Mercado, siendo Ray Avilés el hombre Fania. Ralph Mercado manejaba la oficina, ahora no parecía como si fuera la Fania. Ralphie era un promotor, no un agente. Entonces Héctor Lavoe me dijo que ellos lo querían, pero él estaba bajo contrato conmigo. El me pidió que le vendiera su contrato a Ralph Mercado, porque él no quería encontrarse en el medio de una pelea. El aseguró que me pagaran lo que yo me merecía, y le vendí el contrato a Ralph Mercado. Así fue como ellos consiguieron a Héctor. Pero cuando Ralphie tuvo todos esos artistas, él necesitaba un agente. Ralphie y Ray Avilés me llevaron a cenar y me ofrecieron que me fuera con RMM para manejar todas sus contrataciones. Y yo estaba perdiendo a todos mis artistas a la Fania, de cualquier manera. En esa época todo era Fania. Yo cerré mi oficina y llegué a un acuerdo con Ralph Mercado. Entonces me fui con Ralphie.

 

EEG:  Asumo que esto pasó después del concierto de La Fania All Stars en el Cheetah, ¿verdad?

 

RB:  Ralphie abrió la oficina después de eso. El Cheetah ya no existía. Eso fue después del concierto.

 

EEG:  ¿Cuál piensas fue la causa de la caída del imperio Fania?

 

RB:  Bueno, es un círculo. Tú sabes, cuando yo empecé en el negocio, Seeco era la grande y después fue Fonseca. Entonces Alegre... Es un círculo. Alegre fue grande.

 

EEG:  Ahora que mencionas a Alegre, ¿qué me puedes decir del fenecido Al Santiago?

 

RB:  El siempre fue un caballero conmigo. De echo, fui yo el que manejé la última presentación de Las Estrellas Alegre en el club SOB’s en Nueva York. Al Santiago me llamó, porque él quería hacer dos presentaciones nuevamente con Las estrellas Alegre. Yo le pregunté: “¿Quién queda?. Tú me dices quién queda y lo hacemos”. Kako se nos había ido, Charlie también... tanta gente desaparecida. Como había suficientes gatos, yo lo arreglé. Al murió poco después de eso. Yo me alegro de haber podido ayudarlo un poco a realizar su sueño.

 

Tú sabes, yo fui el que enterré a Héctor Lavoe. Eso es una larga historia que debe ser escrita. Johnny Pacheco y Cookie, su esposa, se encargaron de todos los arreglos para el velorio. Pero el día del entierro y la misa, Pacheco tuvo que ir al hospital y no pudo estar presente. A las ocho y media de la mañana [yo] llego a la funeraria. Su hija y su esposo, y alguien más estaban allí. Entonces, con la gente de la funeraria, colocamos la caja para la última vista. Puchi, la esposa de Héctor, no estaba allí. Puchi no fue a la funeraria. Lo llevamos a la iglesia y Puchi no estaba allí. Después de la ceremonia, trajeron a Puchi. Después de la misa, cuando se abrieron las puertas de la iglesia, Dios mío, había tantas personas afuera de la iglesia. Ismael Miranda estaba allí y preguntó que si podía ayudar. Larry Harlow también. Ellos querían cargar la caja. Había tres líneas de carros. Pusimos a Puchi en el primer carro, yo estaba en el tercero. Cuando empezamos a movernos, había una comparsa al frente del carro fúnebre y nos movíamos muy lento. Íbamos hacia el cementerio San Ramón en el Bronx. Nos fuimos por la primera avenida hacia el puente Willis (también conocido como el puente de la 3ra avenida) para llegar al Bronx. Nos movíamos muy lento, por la comparsa que iba al frente. Se hizo una virada hacia la izquierda para poder pasar por el bulevar del Grand Concourse, donde viven muchos Latinos en el Bronx. Subiendo por el Grand Concourse se formó tremendo tapón o congestión porque la policía iba adelante parando el tráfico para que pudiéramos pasar. La gente asomada por las ventanas gritando “¡Héctor Lavoe!” Todos los carros tocando la música de Héctor y sonando las bocinas. Había que verlo. Lentamente nos movíamos hasta que, finalmente, llegamos a un punto donde la comparsa se echó a un lado y pudimos movernos más rápido hacia el cementerio San Ramón. Cuando llegamos al cementerio, parecía a Woodstock; había miles de personas por todo el cementerio. Estaban parados sobre los mausoleos. ¿Tú sabes la carpa que ponen donde se va a enterrar el muerto?. Pues, no podíamos llegar allí, por la gente que había. Cuando sacaron la caja del carro fúnebre, todo el mundo corrió hacia ella. Yo quedé parado allí, sin poder moverme, y la carpa como a unas treinta yardas de donde estaba. Finalmente se abrió el paso y pudimos llegar al lugar donde se iba a enterrar a Héctor. Tú sabes la reputación de Héctor, llegando tarde a los sitios. Bueno, él llega tarde a su propio entierro. Por lo mucho que demoró a llegar al cementerio, el sacerdote (quien tenía otro compromiso) no pudo esperar por él. Así que Héctor llega tarde a su propio entierro, man. Muy fiel a su carácter. Entonces, yo le pedí a Ismael Miranda (quien estaba en la religión) si él podía orar sobre el cadáver de Héctor. El aceptó y rezó por Héctor. Ahora, Puchi quiere que abran la caja, porque ella quiere ver a Héctor. Como ella no fue a la funeraria a darle su última vista, ella quería una ultima vista ahora. El director del servicio fúnebre me dijo que eso era raro, pero ella seguía insistiendo. Yo le dije al director que no abriera la caja, que si la abría, la gente haría lo mismo que cuando la sacaron del carro fúnebre y podría tener serias consecuencias. Y como hoy en día no acostumbran a bajar la caja hasta que no se van los familiares del muerto, por lo emocional, y como ella estaba insistiendo, yo le dije al director que bajara la caja. Porque la gente no se iba a marchar hasta que no lo vieran bajar. Y cuando empezaron a bajar la caja, Puchi, trastornada y histérica se tiró encima de ella. La agarran y ella pateando y gritando. Ahora parece como si fuera una pelea. Su yerna, Zeraida, (quien estaba casada con el difunto hijo de Héctor) empieza a gritar también y tienen que agarrarla. Era una locura. Yo le digo a la gente del funeral que sigan bajando la caja. Que saquen a Puchi y a Zeraida de allí y las metan en la limosina, porque la gente no se va hasta que no se acabe el show. Arrástrenla, hagan lo que tengan que hacer. Si tú pudieras ver esa escena, fue muy potente. Pues las pusieron dentro de la limosina, cerraron la puerta, y luego todo el mundo empezó a dispersarse.

 

EEG:  Vamos a hablar de otra vida trágica: La Lupe. ¿Qué me puedes contar de ella?

 

RB:  Éramos amigos. Yo la manejé para el fin de su carera. Yo iba a recogerla a su casa. Ella vivía en Washington Heights, donde viven los dominicanos ahora. Pero en esa época, todos eran americanos. Cuando yo tocaba en su puerta, ella preguntaba: “¿Quién es?” Yo decía “Bonilla”. Ella dice: “Okay.  Espera”. Ella tenía como cinco cerraduras en su puerta. Click, Clack, Clock.... Tenía como seis cerraduras. Su casa estaba obscura. En la esquina ella tenía todos los Santos, todas las ofrendas, las velas, muchas velas...

 

Una vez fuimos a Boston. Yo la tenía contratada en el Ballroom de un hotel. Llegamos unos minutos antes de comenzar la presentación. El sitio estaba lleno, esperando a La Lupe. Preguntamos: “¿Dónde están los camerinos?” Ellos responden: “Aquí no hay camerinos”. Ella se ponía muchos pañuelos y muchas cosas. No había camerinos y había poco tiempo para vestirse. La tarima estaba en medio del salón. Ella se fue a una esquina, al lado izquierdo de la tarima, yo me paré así (cubriéndola) y ella se quita la ropa. Ahí mismo, en la esquina de la tarima, man.

 

EEG:  Ella fue famosa por su acto de medio desvestirse.

 

RB:  Ella tenía el pecho grande y brincaba mucho. Ella se arrancaba las medias de nylon y las tiraba. Pero lo que hacíamos en el Manhattan Center, en la calle 34 de Nueva York, es que teníamos un tanque de oxígeno en el bastidor. Cuando ella terminaba de cantar, en el bastidor se desmayaba. Luego la revivíamos con el oxígeno. Ella usaba mucha energía en su espectáculo.

 

Cuando ella estaba en cinta o sea preñada (y ella trabajó hasta el octavo mes), brincaba y saltaba y nos preocupaba. Nosotros decíamos: “ Dios mío, se te va a salir él bebé”.(Risa)  Pero el bebé nació bien.

 

EEG:  ¿Crees tú que La Lupe fue una competencia seria para Celia Cruz?

 

RB:  Yo no creo que ella hubiese sido competencia para Celia Cruz, porque Celia es única. Pero La Lupe también es única, y fue muy exitosa. Nosotros empezamos juntos, trabajamos los pequeños teatros en diferentes barrios de Nueva York, donde los puertorriqueños entraban - el bajo Manhattan, el teatro Delancy. Nosotros hacíamos espectáculos una vez por semana. Yo la veía, así fue que la conocí. Yo estaba allí con el grupo de Pete Rodríguez. Danny Rivera empezó al mismo tiempo que nosotros. Y después nos separamos. Yo sé que ella vivió en Puerto Rico y que engordó.

 

EEG:  ¿Quién piensas tú, es responsable por la creación de la Salsa monga? ¿Los sellos o los músicos? Dicen que eso empezó con Louie Ramírez y Ray De La Paz.

 

RB:  Cada cinco o seis años viene una nueva generación queriendo algo que es suyo. Yo creo que esa es la mayor razón por el cambio en la música. Ellos buscan algo diferente. Yo tengo una historia interesante a cerca de Louie Ramírez y Ray De La Paz. Ralph Mercado me dijo que él quería empezar una compañía de discos. Él me dijo que él quería grabar a Louie y a Ray. Y yo le digo: “No lo hagas, porque ellos siempre pelean y se van a separar y te van a dejar con el disco ahí”. Ellos fueron las primeras personas que él quería grabar. Yo lo advertí en contra. ¡Otra compañía los graba y fueron un tremendo hit! (Risa) Así que yo no tengo todas las respuestas.

 

EEG: ¿Tienes alguna historia de Rubén Blades y Willie Colón?

 

RB:  Sí, porque yo manejé a Willie Colón por muchos años. Cuando dejaron a Ralph Mercado, entonces yo manejé a Rubén y a Willie el último par de años.

 

Rubén siempre estaba solo. El no se unía mucho con los muchachos. Cuando íbamos en gira por guagua (bus), él siempre se quedaba en la guagua, leyendo. El no era mujeriego, él no andaba buscando, tú sabes, mujeres en su cuarto en el hotel. Se mantenía solo.

 

EEG:  ¿Cuál piensas fue la razón principal por su separación?

 

RB:  Yo creo que una de las razones principales por su rompimiento fue que Héctor Lavoe promovió a Willie Colón a tal altura, que fue Héctor Lavoe quien hizo a Willie Colón. Eso fue, porque Willie Colón estaba en el lateral con su trombón, y él era muy tímido, él no hablaba. Héctor Lavoe siempre decía: “Willie esto, Willie eso..”. Héctor era tan querido. Yo digo, Héctor Lavoe fue el que promovió a Willie Colón. Ahora, Willie Colón es una gran estrella y todo el mundo adora a Willie Colón. Pues ahora, él se junta con Rubén Blades. Rubén Blades es un compositor, él escribe todos los números, él canta todas las canciones... Mientras tanto, todos dicen “La Orquesta de Willie Colón” o dicen “El Cantante de Willie Colón.” Eso mataba a Rubén Blades, él odiaba eso. “¿El Cantante de Willie Colón? Yo no soy el cantante de Willie Colón. Yo soy Rubén Blades, Willie Colón está acompañándome”. Rubén Blades nunca fue a la casa de Willie Colón. Y Willie Colón nunca fue invitado al apartamento de Rubén Blades. Eso es muy interesante. Si Willie Colón se había metido un par de cubalibres (tragos), se ponía muy bravo, quería pelear, tú sabes. Rubén odiaba eso. Una vez, estábamos en Venezuela, y estaban discutiendo de eso. Yo vi lo profesional que Rubén es. El estaba enfogonao, y anunciaron la orquesta. Willie sube y toca, ¿right? Y luego dice: “¡Y ahora Rubén Blades!” Rubén sube y abraza a Willie y tocan bien chévere. Cantan y hacen su trabajo. El muy sonriente y todo eso. Pero cuando terminaron, y Rubén bajó de la tarima, ¡UFF! Tenía una cara de perro. Yo dije: “Oh, my God, what a performer!” (Se ganó un Oscar)  Porque tenía rabia antes de subir a la tarima, la echó a un lado, hizo su trabajo, bajó de la tarima, y la rabia volvió. Ellos no se llevaban. Ah, y otra cosa, siempre decían, “Los números de Willie Colón,” “Las canciones de Willie Colón.” Pero no eran de Willie Colón, eran, de Rubén Blades.

 

EEG:  ¿Hay alguna cosa que tú no has hecho y que te gustaría aún hacer?

 

RB:  Yo estoy muy satisfecho. Yo no soy de esas personas que hablan de, yo hice esto, yo hice eso. Yo abrí muchas puertas. Yo llevé muchos artistas desconocidos a convertirse en estrellas. Yo abrí muchas avenidas a diferentes países, al Caribe, a Panamá. Yo soy el que llevó toda la música (de salsa) a Panamá años antes de la Fania. Después de Fania, todos querían Fania. Mis orquestas fueron las primeras en trabajar en el Club Unión. Yo siempre mandaba orquestas al Club de Yates y Pesca. También para los toldos que tenían en la Plaza 5 de mayo. Yo tenía cinco o seis orquestas al mismo tiempo. Ahora estoy dispuesto a pasar la antorcha a Albert Torres y a todos esos promotores jóvenes que hay por ahí. Y les deseo mucho éxito a todos. Ahora es su tiempo.

 

 

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