A Diez Años del Regreso

 

 

 

 

 

Autor: Ian J. Seda-Irizarry

Co-editor y Miembro Fundador Herencia Latina

Northampton, Massachusetts

 

 

Introducción

 

Ya son diez años desde que Richie Ray y Bobby Cruz regresaron a los escenarios seculares y esa década, si bien no produjo grabaciones de discos inéditos como en su primera década en términos de un volumen comparable, sí trajo muy memorables presentaciones que nos dieron una idea del proceso que los llevó a convertirse en leyendas de nuestra cultura, proceso que comenzó hace más de cuatro décadas.

 

Con el escrito que sigue a continuación pretendo presentarle a sus fanáticos mi perspectiva en cuanto a algunas de las presentaciones de ellos en Puerto Rico a las que pude asistir. Traté de incluir los detalles que consideré más interesantes sobre cada actuación particular. Evidentemente la memoria vacila algo en esta reconstrucción pero lo más importante para mi es que se tenga una idea de cómo cada presentación tuvo sus detalles inolvidables.

 

Señales del regreso: Bellas Artes Sinfónico

 

El 29 de mayo del 1998 se dio una presentación de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico en el Centro de Bellas Artes de Santurce en un evento llamado “50 años de Salsa”. Cada década, desde 1950, iba a ser representada por varias canciones que son consideradas como estándares dentro del pentagrama musical latino.

 

        Dentro de la sección de las décadas de los 60 y 70, se había anunciado la participación especial del piano de Brooklyn, Richie Ray, quien en términos relativos al ambiente salsero del momento, se había convertido en una figura mítica de la que pocos hablaban en términos de vigencia en ese presente.

 

        La participación de Richie era lo que ya por años había anhelado y en cierta manera previsto-su eventual retorno a los escenarios seculares. Esta tesis tomaba más fuerza cuando a eso se le añadía que un año antes Bobby Cruz, su inseparable cantante, había grabado el disco Cuando Era Niño.

 

         Tres amigos y yo ocupamos un balcón en la sala, la cual no estaba llena a capacidad (los precios de las taquillas no ayudaban y en nuestro caso, si mal no recuerdo, creo que las conseguimos de gratis). Al sentarme noté que tenían dos pianos de cola, uno de los cuales, por la primera parte del espectáculo, estaba sin intérprete en su banquillo.

Cuando finalmente apareció Richie, vestido de etiqueta de concertista (la descripción de pingüino le cabía a la perfección a la imagen), lo único que quedaba era la expectativa de cómo iba a sonar ese piano Steinway & Sons que medía como ocho pies de largo y que de manera imponente estaba centrado en el escenario con toda la batería de músicos de la sinfónica detrás.

 

        Richie comenzó con un medley sin acompañamiento de la orquesta, donde reprodujo frases de varios de sus éxitos como “Señora”, “Agúzate”, “Volver” y otros que se me escapan de la memoria. Luego la orquesta tuvo su participación en “Jala Jala”, donde en los coros resaltaba la voz de Jerry Medina y en una de las trompetas se destacaba Elías López. De ahí pasaron al Sonido Bestial, donde desgraciadamente la percusión estaba en una esquinita y pues, no se pudo apreciar bien el solo de timbales (no conozco/recuerdo quien fue el timbalero).

 

        Si esa presentación reforzaba mi intuición de que algo grande venía pronto, la noticia aparecida unas dos semanas después me convenció de que mi presentimiento era más real de lo que pensaba. Se anunciaba que Richie Ray iba a firmar con la Sony para grabar tres discos de salsa. El primero, publicado en agosto de ese año y distribuido por Polygram Latino, anunciaba con su título que Richie estaba “Más Duro Que Antes”. En la prensa los cantantes de ese disco, Luis Samuel Prieto y Sixto Aponte”, eran comparados en sus tonos de voz con Bobby Cruz y Chivirico Dávila. La música en varios números estaba salpicada por la alegría que caracterizaba ese sonido al cual mis padres me habían expuesto años antes. Sin embargo, seguía teniendo un sentido de nostalgia y ansiedad dado que era evidente que no sonaba igual ni la orquesta ni los cantantes. Evidentemente eso se debe a un sinfín de razones, pero la de más peso es que Richie Ray sin Bobby Cruz no es Richie Ray.

 

El Reencuentro

 

Finalmente, a principios del 1999 pasó lo que ya era inevitable y a mi casi me da un ataque cardiaco cuando me enteré. Y es que vi un comercial de televisión donde los propios Richie Ray y Bobby Cruz anunciaban que iban a celebrar su reencuentro mientras Richie tocaba algunas líneas del sonido bestial en un piano en lo que parecía ser la sala de una casa. Se podrán imaginar que me limpié los espejuelos y me quedé pegado al televisor esperando de nuevo el anuncio que simplemente no quería creer (¡algo parecido me sucedió cuando en el 2004 cuando prendí el televisor y vi que Puerto Rico le ganaba a Estados Unidos por veinte puntos en baloncesto durante la primera ronda de la Olimpiada!).

 

El concierto se celebró el 22 de julio en el Coliseo Roberto Clemente. Recuerdo la tristeza que me causó ver ese tecladito marca Roland en vez de un buen piano de cola (como se habrán dado cuenta le tengo manía a la reproducción digital del sonido de los martillos en los pianos acústicos). En ese momento pensaba  “¡coño ese es el progreso que trae el capitalismo!”, pero bueno, me convencí que ese pequeño tropiezo no era nada comparado con el banquete que se anunciaba.

 

Comenzaron con tremendo número de entrada donde se notaba la cohesión en la percusión de Charlie Sierra en el timbal, Alberto Machuca en el bongó y Georgie Padilla en la conga, observación que quedó reforzada de inmediato con el primer número de la noche, “La Zafra”.

 

El concierto tuvo sus altas y bajas pero lo que más recuerdo fue cómo la gente quedó muda ante el inesperado solo de Richie en “Los Fariseos”. La versión original, grabada en 1977, no tenía solo de piano, así que recuerdo que en un momento de la canción me paro para ir a comprar una cerveza. El amigo que me acompañaba me dice “yo las busco”, así que me quedé en el pasillo mirando a la orquesta cuando de momento comenzó el solo de piano. En un momento, en el  medio de la improvisación, recuerdo mirar a mi derecha y ahí estaba mi amigo, con las manos vacías y la boca abierta. La fuerza melódica del piano lo había embrujado y pues, al final las cervezas tuvieron que esperar.

 

 

 

 

Se podrán imaginar que cuando anunciaron que iba a salir un disco, la espera por el mismo fue una agonía. De hecho, ese disco casi me causa la muerte (2da ocasión que casi me matan estos caballeros) cuando iba conduciendo, bajando una montaña, y en la radio ponen “Agúzate” como parte de la promoción del disco que finalmente iba a salir al mercado. Por unos 5 segundos olvidé por completo que estaba guiando un carro. Mi mente estaba ocupada comparando el sonido del disco con mis recuerdos del concierto (sigo siendo un paranoico de las intervenciones tecnológicas en las interpretaciones musicales para luego ser grabadas en vivo). Y es que en ese disco siempre he dicho que las trompetas se escuchan “sucias” y no brillantes como en las grabaciones originales. Por un momento pensé que la pureza de las mismas queda ocultada por la intervención de los trombones, pero no es así, las trompetas simplemente no suenan brillantes (no soy músico así que espero que alguien, en un futuro bien cercano, me explique porqué hasta el día de hoy tengo esa sensación de que las trompetas tocaron en un tono más bajo de lo normal o algo por el estilo).

 

Ese disco doble, llamado “Un Sonido Bestial: VIP”, comenzó un resurgir en la salsa en Puerto Rico. Específicamente, fue el catalítico para el “boom” que se dio en términos de las orquestas de salsa clásica grabando en vivo sus éxitos, y es que no es casualidad. Tanto Richie como Bobby observaron que ese concierto en 1999 tenía una gran peculiaridad. El público estaba compuesto, no solo por sus fanáticos de las décadas de los 60 y 70, sino por los hijos e hijas de esas personas que de una manera u otra ya habían sido hechizadas, como yo, por su música.

 

Bellas Artes sin Trombones

 

Luego de este disco tuvieron dos presentaciones en un mismo día (no tengo las fechas), llenas a capacidad en la sala Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes en San Juan. Asistí a la primera de éstas y nuevamente quedé decepcionado con el tecladito dado que para ese tipo de sala esperaba que no vacilaran en usar un piano acústico. Por otro lado, para esa presentación no incluyeron los trombones y tenían a tres trompetas que sonaban excelentes con la acústica de la sala. Recuerdo que cuando la orquesta comenzó a tocar con “La Zafra” mis amigos y yo estábamos comenzado a subir las escaleras y pues, no quedaba otro remedio que comenzar a correr. De hecho, ¡TODO EL MUNDO corrió como si fuese una estampida para llegar al segundo piso y ubicarse en las butacas!

       

Día Nacional de la Salsa 2000

 

El próximo gran evento que protagonizaron en Puerto Rico esos dos grandes fue el en Día Nacional de la Salsa, celebrado el 19 de marzo del 2000. Ese día comenzó exactamente al mediodía con la Orquesta Homenaje con Rafy Santana vocalizando los éxitos del fenecido Héctor Lavoe. Cuando la orquesta comenzó a tocar yo todavía estaba tratando de entrar al Estadio Juan Ramón Loubriel de Bayamón y es que la cosa no estaba fácil. Ese día se presentaron sobre 30,000 fanáticos para lo que en mi opinión fue el mejor concierto de salsa al que he ido. Y es que, aparte de Rafy Santana, ese día pasaron por la tarima La Selecta de Raphy Leavitt (más adelante, durante su presentación, Bobby Cruz comentó en tono de broma, “Sammy Marrero todavía está vivo!?”), La India con Eddie Palmieri, duelo de timbales entre Edgardo Morales, Charlie Sierra y Luisito Quintero, y finalmente Los Durísimos con varias invitados. Todavía era de día cuando comenzaron su presentación tocando “Mi Mayoral”, número que a mi honestamente no me gusta mucho. Lo peculiar de esa ocasión es que Bobby se veía bien energético al moverse y tirarse sus pasitos, cosa rara en él. El segundo número fue una monstruosa interpretación de Agúzate donde Richie entró en un extendido solo de piano azotándolo de izquierda a derecha para luego irse en sendo viaje musical.

 

 

Richy Ray y Andy Harlow ―el otro judío maravilloso.

 

 

Luego de otros números llegó el momento que el 99% de los allí presentes estaba esperando; la reunión de Ricardo y Bobby con los antiguos miembros de la orquesta formada en Puerto Rico cuando se mudaron de Nueva York en 1969/1970. Allí estaban Mañengue, Cocolía, Manolito, El Pirata Cotto y Polito Huertas. Faltaba Ismael “Maelo” Rodriguez, quien se encontraba enfermo, y quien fue sustituido por la trompeta nacional, Juancito Torres. Según el entonces promotor de los Durísimos, Richie Viera, Juancito fue quien ayudó a Richie y a Bobby a montar esa orquesta en Puerto Rico.

 

El nivel de energía estaba por las nubes, tanto por la presentación de esas leyendas, como por los efectos que tantas horas de cerveza y marihuana tenían en los allí presentes. Poco a poco fueron presentados los miembros de la orquesta, quienes se ubicaron cerca de los micrófonos de sus instrumentos, acto que anunciaba la pieza con la que iban a abrir su participación. La versión de “La Zafra” de ese día todavía me causa escalofríos. Después de tantos años de esperar, ¡finalmente los tenía prácticamente a todos al frente mío tocando en vivo! Ese momento fue una indescriptible locura que afortunadamente está captada en unos videos que corren los círculos melómanos (tenía una copia y la perdí!). Charlie Cotto, por ejemplo, rompió como 5 palos de lo duro que le daba a las pailas.

 

Luego de interpretar otros números como “Sonido Bestial”, “Guaguanco Triste” y “Yo se que te Amo”, llegó el otro plato fuerte del evento.

 

El duelo de pianos que ejecutaron Richie Ray, Papo Lucca y Eddie Palmieri en “Ahora Vengo Yo” le cumplió el sueño a todos los que siempre, por alguna razón, nos preguntábamos quien era el mejor, pregunta que desgraciadamente domina muchas de las apreciaciones musicales y que a mi entender muchas veces oscurece el valor de lo que se quiere transmitir musicalmente con una pieza. Tengo que admitir que aunque he visto mejores duelos de  piano (éste como que fue muy corto), ese día me quedó claro que Richie definitivamente es el más completo de los tres. Para ser más preciso, Richie jugó con el piano con mucha más facilidad que las otras dos leyendas; se movía como un pez en el agua. Luego de esa presentación Eddie Palmieri declaró a la prensa que se iba a poner a estudiar el piano de nuevo…

       

Regata 2000

 

El 28 de mayo de ese mismo año Richie y Bobby tuvieron otra magna presentación en la Regata 2000 celebrada en los muelles del Viejo San Juan. Ese día, bajo aguaceros torrenciales, se presentaron ante un público, que según algunos estimados, sobrepasaba las 100,000 personas (Willie Colón se presentó el día anterior y también estuvo repleta el área).

 

Recuerdo llegar al concierto luego de estar por dos horas en una barra “preparándome” para el evento. Cuando llegamos a los muelles habían comenzado con “Agúzate” y nos tomó como 15 minutos llegar a un buen lugar para apreciar la música.

 

        http://www.youtube.com/watch?v=Iy2xFaE0htw

 

Lo primero que noté es que Charlie Sierra no estaba en los timbales. Ese día Edwin Clemente tomó el mando de las pailas en una presentación que lucía demasiado profesional, con torres a los lados con bailarines en el tope y con pantallas en el escenario brindando cobertura. El número que la gente se gozó más ese día fue “Mr. Trumpet Man”, en el cual le tocó a Julito Alvarado imitar los malabares de Bobby con su voz.

 

        http://www.youtube.com/watch?v=64CqkK--uF4

 

Congreso de Salsa Bacardí

 

Un año más tarde, para comienzos de agosto, los Durísimos se presentaron en el Congreso Bacardí celebrado en el hotel Caribe Hilton. En esa oportunidad me pude colocar literalmente a un metro del teclado de Richie. Lo interesante es que la gente quería verlos y no bailar, cosa que me recordaba a las palabras del historiador marxista inglés, Eric Hobsbawm, quien en uno de sus escritos cuenta cómo le asombraba ver que la gente bailara teniendo a Duke Ellington tocando. Para Hobsbawm, eso era un sacrilegio dado que si uno bailaba se podía perder los detalles de la comunicación entre los músicos y entre los músicos y el público que los agitaba. De hecho, en “Los Fariseos” recuerdo que Richie entró a su solo, lo comenzó a desarrollar, y en un momento de locura creado por el solo, le grité algo como que “Richie, rompe ese piano!” y Richie dejó de mirar el teclado mientras lo ejecutaba, me miró, me lanzó una sonrisa y pasó a azotar ese piano como si fuese Giovanni Hidalgo azotando los cueros. Todo el mundo empezó a gritar y brincar y aplaudir y yo me preguntaba, “si esto es así ahora, ¿cómo habrá sido en los 60 y 70 cuando ellos eran jóvenes y las dinámicas sociales eran distintas?”

 

En ese congreso conocí a una señora que se había criado con Richie en Brooklyn. No recuerdo mucho de lo qué hablamos, pero lo que sí recuerdo es la alegría que su cara reflejaba cuando me hablaba de lo divertida que era esa música en esa época, especialmente para el periodo del boogaloo, donde muchos músicos, como el extremadamente conservador Tito Puente, tildaron esa música como “extranjera” a la realidad latina de la Gran Manzana.

 

 

Día Nacional de la Salsa 2002

 

Ese año la actividad fue dedicada a Rubén Blades. Richie y Bobby fueron una de las varias orquestas que amenizaron esa tarde en el Estadio Hiram Bithorn de Hato Rey. Según los estimados, ese día se rompió el record de asistencia con sobre 60,000 cocolos allí congregados. Los Durísimos en esa ocasión interpretaron “Sonido Bestial”, “Los Fariseos” (Richie destruyó el teclado en su solo), y la canción que se llevó la ovación más grande de la tarde, “Mi Bandera”. Aparte de esos números ejecutaron la pieza “Guaguancó Triste”, pieza donde Rubén Blades los acompaño con tremendos soneos, de los que recuerdo:

 

 

Coro) Y Paz en mi tierra

(Rubén) Gracias Boooooobby, y Richie Ray

(Coro) Y Paz en mi tierra

(Rubén) En la salsa compay, ésta es la ley!)

 

 

 

Según palabras del propio Rubén, era la primera vez que escuchaba esa canción de su autoría en vivo por quienes la convirtieron en un clásico en 1971 con su álbum El Bestial Sonido.

 

Más tarde en la noche, cuando Rubén estaba en tarima con el grupo Editus, Richie y Bobby se le unen en “Juan Pachanga”, donde Bobby cantó junto a los demás cantantes que se le unieron en tarima a Rubén. Richie tocó el piano junto a Papo Lucca, pero solo Papo descargó en esa canción, cosa que me estuvo algo rara dado el potencial para otro duelo entre ellos. Aun así ese día fue tan espectacular que fotos del evento ocuparon la primera plana de los principales periódicos del país al otro día.

 

Fiestas Patronales Cataño

 

Otra presentación que recuerdo con mucho cariño fue durante unas fiestas patronales en el pueblo de Cataño. Aunque no recuerdo bien la fecha, lo que sí recuerdo fue la atención que Richie Viera nos dio a mí y a mis amigos cuando me acerqué a él para saludarlo. Con una gran sonrisa me invitó a que pasara al vehículo que servía de camerino para la orquesta. Cuando entré estaba Bobby y Angie Ray sentados hablando con Georgie Padilla, y Richie Ray estaba de pie en una esquina hablando con el bajista, Edwin “Mulenze” Morales. Richie Viera pasó a presentarme como “el fanático #1” de Richie y Bobby, cosa que como se imaginarán me tomó por sorpresa.

 

Tuvimos una charla como de media hora donde me dijeron varios detalles e historias que honestamente desconocía. Por ejemplo, me dijeron que Charlie Palmieri es quien ejecutó el solo de piano de “Cencerro Shingaling”. Siempre supe que había algo raro con ese solo en términos del estilo, pero nunca me imaginé que fue porque no era Richie Ray. ¡Todo finalmente iba encajando en su lugar!

 

Bobby también me dijo un comentario que desde entonces me ha parecido muy interesante. Según Bobby, Pedro Chaparro, trompetista en varios de sus discos, por lo visto desafinaba mucho. Eso me chocaba porque recuerdo que en la carátula del disco de 1967, Jala Jala y Boogaloo, se decía que Chaparro recientemente había sido proclamado como la mejor trompeta de Venezuela. Por lo visto todo fue una artimaña para anunciar con bombos y platillos la nueva sección de vientos utilizada en esa grabación.

 

Una vez salimos del “trailer”, Richie Viera me preguntó que con cuantos amigos andaba. Le dije que con tres, e inmediatamente me dijo que les avisara porque nos iba a pasar para estar en la tarima con la orquesta! Nos paramos detrás de las tres trompetas, a las cuales estuvimos toda la noche molestando tratando de convencerlos de que tenían que hablar con Richie y Bobby para que grabaran un medley instrumental con los números santeros que ya no tocaban. Recuerdo que le hacía el argumento a Edgar Nevarez, 2da trompeta en esa ocasión, de que Richie había tocado en el 1987 en Barranquilla el “Overture Medley” donde sale una sección de las trompetas de “Cabo E” y Bobby también había hecho un medley en su disco Cuando Era Niño donde también hacía referencia a ese número. Edgar me decía con una sonrisa, “yo quisiera que se pudiese hacer eso, pero no creo que les vaya a gustar la idea”. ¡Hasta el día de hoy sigo utilizando el mismo argumento siempre que veo a alguien que toca con ellos!

 

Otro momento interesante fue una conversación entre los trompetistas mientras Clemente estaba haciendo un solo en el timbal. No recuerdo el nombre de la 3ra trompeta, pero en un momento él y Edgar estaban con sendas sonrisas de alegría mientras Edgar le recordaba que “¡estamos ocupando el lugar del indio Cherokee y Chaparro!”.

 

La noche transcurrió con nosotros proveyéndole agua caliente a Julio César Sanabria para preparar su voz. Se supone que Julio iba a cantar a dúo con Bobby en “Bomba en Navidad”, y al no haber llegado, la interpretaron sin él. Sin embargo, una vez apareció, la interpretaron nuevamente y para el gusto de los allí presentes, Julio mostró su talento como virtuoso trovador. Al final la actividad terminó con “Juan en la Ciudad” y yo y mis amigos terminamos bailando detrás de las trompetas como si estuviésemos haciendo una coreografía.

 

Mayagüez

 

Unos años antes estos mismos amigos y yo los vimos en el parque de los próceres en Mayagüez, pueblo donde estudiábamos el bachillerato universitario. Ese evento fue grabado para el canal del gobierno y aunque no he visto la cinta, personas que sí vieron el show dicen que salimos en la grabación. ¡Y es que ese día éramos los más que estábamos agitando a los músicos! Recuerdo que en un momento Richie nos miró cuando estábamos gritando números para tocar y nos dijo “¡se las saben todas!”. En esa ocasión fue la primera y última vez que vi a Richie cometer un error en el piano. Durante el primer solo de piano del “Sonido Bestial”, donde Richie toca una sección del “Estudio Revolucionario” de Frederic Chopin, se repite la melodía dos veces para entonces salir del solo. La cuestión es que a Richie parece que se le olvidó si era el momento de salir del solo o repetir la línea y por un segundo tocó lo que no era, pensando que estaba en otra parte de la pieza. De inmediato se dio cuenta y cayó donde se supone que estuviese. Para mi eso fue confirmación de que Richie Ray, aparte de loco, es un genio.

 

 

 

 

Día Nacional de la Salsa 2003 con las Estrellas de Fania

 

Si el Día Nacional de la Salsa del año 2000 fue el mejor concierto al que he ido, ¡este evento tuvo las mayores sorpresas de todos! Y es que el día antes del concierto, este servidor, Israel Sánchez-Coll y Tommy Muriel tuvieron la grandiosa suerte de atender el ensayo de las Estrellas de Fania en un hotel en el sector del Condado. Creo que fue Tommy quien se enteró del secreto de estado del lugar de la sesión de práctica para la presentación al día siguiente.

 

Llegamos al hotel, nos montamos en el elevador y cuando abrieron las puertas se escuchaba al famoso grupo ensayando, rodeado por varios miembros de la prensa y de la emisora Z-93, que era la institución que organizaba el evento.

 

Mientras la orquesta practicaba, los cantantes que no tomaban parte en esos números se encontraban afuera en una sección al aire libre. Allí fue que vimos a Richie y a Bobby con sus esposas disfrutando del calor del sol. No fue mucho el tiempo que estuvieron allí dado que ellos tenían el próximo turno para ensayar con la orquesta.

 

Primero ensayaron “Hermandad Fania”, donde lo más que se notó fue la falta de sorbriedad (borrachera) que tenía Nicky Marrero en los timbales. Nicky estuvo todo el ensayo entre trago y trago mientras se pasaba de un número a otro. En “Hermandad Fania”, a Nicky le toca ejecutar un solo de timbales, cosa que hizo en el ensayo, pero que no fue muy del agrado de Richie, quien detuvo a la orquesta y le dijo a Nicky que por favor le metiera más energía a su solo. Richie luego pasó a marcar el tiempo y la orquesta comenzó donde se había quedado, cosa que para mi era maravillosa dado que parecía como si se le hubiese dado pausa a un disco para luego ponerlo a tocar de nuevo; era claro que la orquesta estaba en su punto. El punto es que Nicky no dio el máximo bajo la excusa de que solo era un ensayo y que el verdadero show iba a ser al siguiente día. Desgraciadamente para Nicky, al otro día, en el momento en que se supone que le iba a tocar el solo, Richie le envió la señal a Alfredo de la Fé para que se manifestara en el violín, cosa que hizo con mucho carisma para el gusto del público, que le ofreció sendas ovaciones durante su improvisación.

 

El otro número que se ensayó ese día fue “Ahora Vengo Yo”. Bobby invitó a su compadre Cheo Feliciano a que cantara con él, lo que demostró que, aun cuando eso era un ensayo, la actividad era una reunión en familia donde la música era para divertirse. En ese número los allí presentes experimentamos esa energía mística de la que muchas veces se ha hablado cuando uno es testigo del talento de estos músicos cuando se entró a la moña y Jimmy Bosch soltó un solo de esos que siempre evocan la memoria de Barry Rodgers.

 

Al otro día, cuando se presentaron ante un estadio repleto, Richie y Bobby eran los últimos en presentarse antes del final con “Ponte Duro”. Todos los cantantes tuvieron dos números y Richie y Bobby siempre estuvieron atrás, en la tarima, escuchando a sus compañeros. Richie no estuvo en el piano en otros números (Papo Lucca y Larry Harlow se dividieron el repertorio) y Bobby tampoco participó en el coro (creo que desde 1994 la Fania usa un coro aparte que no está compuesto por los cantantes), pero estuvieron todo ese tiempo compartiendo con fanáticos mientras apreciaban a la orquesta.

       

Apertura Choliseo

 

El sábado 16 de agosto del 2003 fueron parte de los actos de apertura del Coliseo José Miguel Agrelot, mejor conocido como el “Choliseo”. Esa noche Roberto Roena y su Apollo Sound, Papo Lucca y la Sonora Ponceña, y Richie Ray y Bobby Cruz le dieron a los presentes una cátedra de lo que es salsa.

 

La participación de Richie y Bobby fue potente; ya desde los primeros acordes de “La Zafra” se notaba la diferencia entre la música de ellos y la de los otros dos grupos. Ejemplo de eso fue el papel que protagonizaron los solistas esa noche en variedad de números. Richie dejó un solo en Agúzate que se llevó dos ovaciones pero lo mejor estaba por venir. La pieza “María Cervantes” sería el escenario para un nuevo intercambio entre Richie y Papo Lucca. Sin lugar a dudas, ese fue el mejor duelo de pianos que ambos han tenido (no he visto o escuchado la grabación del mismo, pero habían cámaras grabando). Mientras uno tocaba el otro se gozaba la improvisación, hasta el punto que mientras Papo estaba descargando Richie, sentado, estaba tocando sus muslos como si fuese un bongosero acompañando a Papo! Ambos simplemente se la comieron al, en vez de luchar entre ellos, presentar la totalidad de la improvisación como una sola pieza donde ambos se nutrían de las barbaridades que el otro hacía. Era claro que ambos no estaban allí para competir, sino para complementarse, y el resultado fue uno inigualable.

 

El monstruoso desacierto de esa presentación fue que cuando el público les pidió que interpretaran un último número, se limitaron a tocar NUEVAMENTE “Mi Bandera”, que si bien fue excesivamente energético en la primera ocasión que lo tocaron, ahora simplemente se convirtió en la luz verde para que la gente dejara sus asientos y se fuera para su casa. ¡Ese fue un error injustificado! Muchos, incluyéndome, comenzaron a abandonar sus asientos al comenzar el número…

       

Fiestas Calle San Sebastián 2009

 

En enero de este año fue la última vez que pude presenciar a Richie y a Bobby en acción.        

 

Se presentaron como parte de los artistas invitados a participar en las Fiestas de la Calle San Sebastián en el Viejo San Juan. Esa noche estaban acompañados de Julito Alvarado y su grupo “Del Sur al Norte”. Julito también se desempeña como director de la orquesta regular de ellos en Puerto Rico.

 

La Orquesta comenzó tocando números de su repertorio mientras Bobby y Richie estaban esperando su turno para intervenir como los invitados especiales. El repertorio era algo comercial y si bien la gente estaba gozando con la música, se notaba una ansiedad en el público esperando que llegaran las dos leyendas.

 

Fue en el número “Agúzate” donde Bobby y Richie intervinieron. Bobby comenzó cantando el número mientras Richie aun estaba en la parte de atrás. Era evidente que lo iban a traer para el solo de piano, y es que para ese número habían preparado un pequeño duelo entre el pianista de Del Sur al Norte, Landy Colón (pianista de la Orquesta Experimental) y Richie.

 

Landy comenzó con unas frases en el piano que denotaban que es alumno de Richie (aparte de ser músico Landy es reportero del tiempo en un canal de televisión). Luego le tocó el turno al pianista de la orquesta, al que no conozco, pero quien no tuvo mucho tiempo para desarrollar el solo dado que Richie apareció y lo sacó de la silla para ocupar su lugar. El solo comenzó de  manera agresiva y se parecía mucho a uno que Richie ejecutó unos meses antes en el Lehman Center con la orquetsa de Jimmy Delgado.

 

Luego de “Agúzate” la orquesta tocó un número nuevo que habían tocado por primera vez en su 45 Aniversario. La canción “Boricua Levanta tu Bandera” fue muy energética, con intercambios de solos entre Richie Ray y Quike Domenech en el cuatro puertorriqueño. Recuerdo que estaba ansioso dado que en ese número Bobby canta una sección en estilo de reggaetón, y pues, pensaba que tal vez iba a fallar, pero no fue así.

 

El número “A Mi Manera” se llevó tremendas ovaciones y finalizaron con “Mi Bandera”, donde al final, el nuevo representante artístico de Los Durísimos, Rafo Muñíz, pidió a la gente cantar una vez más la parte final, nutriendo el nacionalismo de los allí presentes. La gente pidió a gritos que tocaran una más, pero no se les pudo complacer dado que el show iba retrazado y detrás de ellos venían más artistas. Aun así quedé satisfecho dado que ya eran varios años desde que los había visto.

       

Pensamientos Finales

 

Desde que estudio y resido en Massachusetts, Estados Unidos, se me hace prácticamente imposible verlos. Siempre recibo llamadas de gente que va a sus presentaciones y me ponen el teléfono para escuchar la música. Por ejemplo, en el 45 aniversario recibí como 4 llamadas de distintas personas que estaban allí! Ahora lo que me queda es ver si la Universidad de Massachusetts los trae para tocar, de la misma manera que han traído a Mongo Santamaría, Eddie Palmieri y Giovanni Hidalgo en el pasado. Y claro, la otra opción es terminar lo más pronto posible el grado, pero el elemento de incertidumbre siempre es fuerte cuando se hacen estudios graduados…

 

En fin, si bien es poca la cantidad de música nueva que han producido en estos últimos diez años, lo que si queda claro es que su repertorio de clásicos sigue teniendo mucha fuerza dentro del gusto puertorriqueño. Esperemos que las restricciones económicas que han transformado la producción musical no detengan el trabajo de estos dos caballeros, que definitivamente tienen mucho que aportar, y cuya originalidad a la hora de hacer salsa es simplemente inigualable.

 

 

       

        Derechos Reservados de Autor

Herencia Latina

Noviembre 2009

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