Recuerdo perdido del Gabo

 

 

 

 

 

 

El escritor latinoamericano más famoso del mundo cumple 80 años. Su novela más célebre cumple 40 y 25 su consagración con el Nobel de Literatura. La Revista Herencia Latina le rinde un pequeño homenaje.

 

 

 

 

POR:  Marcos Pérez Ramírez

 

Gabriel García Márquez es un viejillo seductor. Tal apreciación nada tiene que ver con la ejecución de su escritura o su aderezado estilo, sino con una experiencia vital.

 

Me tocó conocer al Mito mientras era estudiante de literatura y residía en la capital estadounidense. La Universidad de Georgetown le había organizado un homenaje e invitaron a los alumnos graduados de las universidades del área de Washington para que tuvieran un encuentro con el Divo. Llegué allí acompañado de Luis “El Rosetón” Maldonado. Ambos llevábamos un ejemplar de alguna novela del Gabo. Creo que acudí a la cita con una primera edición de ‘El otoño del patriarca’ bajo el brazo y un casete que había comprado en la Plaza del Mercado de Río Piedras con los éxitos de Cortijo y su Combo, cuando Maelo era su cantante.

 

 

Cortijo y su Combo

 

Y ahí estaba García Márquez frente a nosotros. Si el recuerdo no me falla, nuestras preguntas conseguían una mejor respuesta del Maestro si las hacía una de nuestras colegas estudiantes. Tanto así que hasta giró la silla que ocupaba para encarar al grupo de mujeres y relegar a los varones. Luego, escuchamos al Gabo leer un cuento inédito suyo y al rato pasamos a que autografiara nuestros libros. Ahí me adelanté y le dije que sólo quería saludarlo y darle un regalo. Me acerqué a García Márquez y puse en sus manos la música de Cortijo. No me había dado ni las gracias cuando antes preguntó: ¿Tiene ‘El Bombón de Elena’? Le dije que sí y que también podía escuchar a ‘Perico’ y ‘El negro bembón’. Aproveché su contentura para que me firmara el ejemplar que yo llevaba -texto que perdí en una mudanza- y pude ver cómo no dejaba de acariciar el casete. Cuando terminó de firmar mi libro miró en rededor. Tal vez buscaba una casetera para hacer sonar una rica plena y una pareja para bailarla.

 

 

Herencia Latina