Muere Francisco Aguabella

Israel Cachao López y Francisco Aguabella

10 de octubre de 1925, Matanzas, Cuba     -   7 de mayo de 2010, Westchester, Los Angeles

Después de batallar con un cáncer por cerca de un año, el 7 de mayo del año en curso, murió el legendario percusionista cubano Francisco Aguabella, quien vivió por largos años muy cerca del aeropuerto de Los Ángeles, en el sector de Westchester.  «Tocó hasta al final de sus días, ya que el 8 de mayo, tenía un espectáculo en Stearners Jazz Club», nos informó Debbie Farley desde  Los Ángeles.

A los 10 años de edad el maestro Aguabella se inició en los tambores batá y en los cantos de rumbas en la provincia de Matanzas —«Allí apredí a tocar los tambores»―, su compañero de clases, Esteban Vega (alias Chachá), le enseñó a tocar los tambores batá. Posteriormente a sus 12 años trabaja como estibador junto a su padre. Escribe el profesor Fernández. R (2002), en una entrevista que le realizó a Aguabella, que dicho músico pertenecía a la religión Abakuá: «Me integré, cuando tenía 18 años y tocaba los tambores abakuá. Mi padre tocaba el arará, mi madre pertenecía al arará, y también al iyesá, era una santera iyesá.  Cuando tenía 12 años empecé a tocar batá, primero el tambor okónkolo por dos años, luego el itótele por tres años, antes de empezar a tocar el tambor iyá. Después de dos años ya dominaba el iyá.» Le confesó Aguabella.

Para 1950 viaja a La Habana y allí entabla amistad con dos legendarios percusionistas, Candido Camero y Julito Collazo. Se integró al Conjunto Bolero de Matanzas, ―como el muy bien lo dice: «No debe ser confundido con el Conjunto Bolero de La Habana»―, además estuvo tocando en la misma Habana con Trinidad Torres, un percusionista folclórico. En la entrevista para Fernández R. (2002) Aguabella agrega: «Solía tocar el tambor quinto para la comparsa Los Dandys de Belén en La Habana. Tocábamos duro ―era algo físico, marchar y tocar por horas— pero lo hacíamos por gusto. No lo hacíamos por dinero.»  Para comienzos de los años 50's, en el Club Sans Souci, fue donde lo reclutó la compañía de baile de Katherine Dunham para trabajar por tres meses en un proyecto cinematográfico en Italia, no obstante recorrió gran parte de Europa y América Latina desde 1954 a 1957. «Cuando estuve en Italia con la compañía de danza de Katherine Dunham ―estábamos filmando la película Mambo con Shelley Winters, Anthony Quinn y Silvia Mongano— tenía problemas con el idioma y no podía ordenar en los restaurantes. Yo sólo quería comer arroz, frijoles (habichuelas) y carne de res, así que aprendí a decir 'risotto, fagioli, panino e esteca', y comí eso por cuatro meses.» Su desprendimiento de Cuba no fue nada fácil, al parecer Francisco le comentaba a sus allegados, que Catherine Dunham había notado que él estaba deprimido por dejar su tierra natal y quería regresar. Ella lo sorprendió agregando a la Compañía a su amigo Julito Collazo. Julito a su vez sorprendió a Francisco en el barco, y ellos tocaron percusión en toda la gira.  

Después de su estancia con Dunham, se establece en Nueva York,  donde Mongo Santamaría le presenta a Tito Puente y graban "Top Persussion", junto a Julito Collazo, Willie Bobo, Enrique Martí y Marcelino Guerra. Al parecer, fue el primer conguero en tocar con cinco tumbadoras en los EEUU. Para finales de los 50's viaja a Los Ángeles y allí graba con el músico cubano, René Tuzet, además formó parte ―por un corto periodo— de la Orquesta del maestro Pérez Prado. A comienzo de los setenta se integra con varias agrupaciones muy de moda en los EE.UU.: Rosemary Clooney, Ray Charles, Peggy Lee, Benny Carter, Eddie Palmieri, Mary Kay Trio, Francis Faye, Nancy Wilson, The Jazz Cruzaders, Al Hirt, Dinah Shore, Don Ellis, “Dizzy” Gillespie, entre otros. Con Peggy Lee actuó y realizó varias giras por cerca de siete años. También actuó y grabó con varias estrellas del Rock, en su haber, Carlos Santana, Three Dog Night, Paul Simon y The Doors.  Con respecto a sus giras por los EE.UU en los años 60s, el mismo comentaba: «A veces dormía en el bus de la banda mientras estaba de gira con la orquesta, debido al hecho de que yo era negro.» Se le observa participando en la percusión junto a Mongo Santamaría, Julito Collazo, Chino Valdez, Orlando López, Orlando Beltrán, Armando Peraza, José “ Buyú” Mangual, entre otros, en la banda sonora —que dirigió el afamado músico argentino, Lalo Schiffrin― de la película Che (filmada en 1969 y dirigida por Richard Fleischer.) 

Arteaga. J. (2003), en su libro Oye Como Va, escribe sobre Aguabella lo siguiente: «En 1962 grabó su primer disco en los estudios de Fantasy en Berkeley. Fue otra manera de presentarse en sociedad, aunque ya era un percusionista reconocido. Dancing the Latin Way vendió 35.000 copias, lo cual era un récord para un álbum tipo Tjader grabado durante el auge de la pachanga. Buena parte de su éxito se la debió al flautista Rolando Lozano, que le dio el aire charanguero necesario en los temas compuestos por el propio Aguabella: Marvel Cha Chá, Agua Limpia Todo, Gua Guao y Ofé, este último que permitió el lucimiento de Al Mckibbon. Además, se pusieron a prueba las composiciones de la pianista y vibrafonista Shirley Price.»

Para los años de agitación social en los EE.UU, 1970, se une al Grupo de Rock Malo que dirigía el guitarrista Jorge Santana. Realizó una importante labor en Los Ángeles, California, donde residió, luego de trasladarse desde Nueva York, enamorado de una bailarina del grupo de Katherine Dunham. Francisco en vida recibió varios premios, tales como: The National Heritage Fellowship de la National Endowment for the Arts y The Durfee Foundation's Master Musicians' Fellowship. Por otro lado, recibió varios reconocimientos por parte de Los Ángeles County Arts Commission. Él aparece en el documental "Sworn to the Drum" dirigido por Les Blank, más recientemente figuró en un nuevo documental titulado: "Aguabella", actualmente en producción el cual fue dirigido por el actor/director Orestes Matacena (The Mask, Bitter Sugar).  Al parecer, Dizzy Guillespie, le apodó: El "John Coltrane de la Congas".

Una buena anécdota contada por el mismo aguabella es la siguiente: «...Cuando estaba trabajando con Frank Sinatra en Las Vegas, él  presentaba a los miembros de la banda y decía, 'Mi percusionista de Italia, Francisco Aguabella'.»

Descanse en Paz Francisco Aguabella.

Israel Sánchez Coll

isanchez_coll@yahoo.com

Herencia Latina

Mayo 7, 2010

San Juan, Puerto Rico

Lecturas: Fernández Raúl (2002). Latin Jazz. The Perfect Combination. pg. 95. Chronicle Book. San Francisco, California.

Arteaga José (2003).  Oye Como Va.  Pags. 241-243. Editorial La Esfera de los Libros Madrid, España.

Adiós a Francisco Aguabella (2010). Salsa Global.  http://salsaglobal.ning.com/profiles/blogs/adios-a-francisco-aguabella

Recomendamos leer la siguiente entrevista realizada al maestro Aguabella.

Francisco Aguabella: una concepción bailable del jazz latino

Por Luis Tamargo

Tomado de Latin Beat Magazine

Mayo, 1999

Oriundo de Matanzas, un puerto cubano con una formidable riqueza musical, el percusionista/compositor/director orquestral Francisco Aguabella pertenece a una élite de expertos polirítmicos que dominan con la misma facilidad los idiomas folklóricos y popular de la música cubana. Catalogado por Cachao como "uno de los baluartes de la música cubana," Aguabella ha grabado con innumerables luminarias internacionales ―Dizzy Gillespie, Barney Kessel, Emil Richards, Lalo Schifrin, Mongo Santamaría, Eddie Palmieri, Walfredo De Los Reyes, Cachao, etc., ect.

Radicado en el sur de California, desde 1987, el rumbero septuagenario despliega su creatividad brillante en el CD Agua de Cuba (Cubop, 1999), al frente de una potente agrupación de jazz latino que incluye tales figuras como el trompetista Ramón Flores y el timbalero Humberto "Nengue" Hernández. Aguabella define dicha sesión como "una concepción bailable del jazz Latino."

La siguiente entrevista analiza la vida prolífica de Aguabella, desde sus humildes raices folclóricas hasta sus actuales empeños artísticos.

Luis Tamargo: ¿Tengo entendido que aprendiste a tocar los tambores del folclor afrocubano antes de recurrir a los más conocidos instrumentos seculares de percusión (tumbadora, bongó, timbal, etc.) que se emplean en la música popular de tu tierra natal?

Francisco Aguabella: Sí. Mi compañero de clases, Esteban Vega (alias Chachá), me enseñó a tocar los tambores batá. Después aprendí a tocar los tambores arará e iyesá, así como el okolún... Todo el mundo no puede aprender a tocar los tambores folclóricos. Es algo difícil poder encontrar una persona que sea capaz de hacer esa clase de trabajo musical, especialmente en los tiempos actuales.

LT: ¿Cuándo iniciaste tu carrera profesional en la jurisdicción de la música popular?

FA: Cuando me integré al Conjunto Bolero de Matanzas, el cual no debe ser confundido con el Conjunto Bolero de La Habana. Como no había un stand (soporte) de tumbadora en aquella época, tenía que colocar el tambor arriba de una silla. En muchas ocasiones, no había suficiente tiempo de buscar un reverbero y teníamos que darle candela a un periódico para afinar los cueros.

LT: ¿Cuándo te mudaste a La Habana? ¿Y cuántos años tenías en aquel entonces?

FA: Fue en 1952, pero no te voy a decir cuántos años tenía (RISAS).

LT: Bueno, según indica el "Diccionario de Jazz Latino" de Nat Chediak, tú naciste en 1925. Lo cual significa que tenías alrededor de 27 años en 1952. ¿Es cierto?

FA: Sin comentarios (RISAS)...Estuve tocando en La Habana con Trinidad Torres, un tamborero folclórico que era buen amigo de Fernando Ortiz. Trinidad y yo tocábamos tambores con un piquete folclórico en el Sans Souci. Formábamos parte del espectáculo musical que incluía la houseband dirigida por Rafael Ortega. Ahí fue donde me reclutó Katherine Dunham para trabajar por tres meses en un proyecto cinematográfico que iba a ser realizado en Italia. También contrató a mi hermano abacuá Julito Collazo. Mi contrato de tres meses se convirtió en una tarea de trabajo que duró cuatro años y medio. Viajé con Dunham y su compañía de baile por el mundo entero.

Steven Berrios, Francisco Aguabella, Julito Collazo y Patato Valdés

Foto de Steven Berrios

LT: ¿Aprendiste algún idioma extranjero en esas giras internacionales de Dunham?

FA: Cuando llegamos a Italia, me pasé tres días comiendo sandwiches fríos porque no podía ordenar ninguna otra cosa. Así que tuve que aprender italiano para poder comer algo caliente. (RISAS)

LT: ¿Porqué abandonaste la compañía de Dunham en 1957?

FA: Me cansé de viajar tanto. Además, me había enamorado de una de las bailarinas de Dunham, con la cual deseaba casarme. Los dos nos fuimos de esa compañía al mismo tiempo. Ella se quedó con su familia en San Francisco, pero yo me pasé dos o tres meses en Nueva York, donde Mongo Santamaría me presentó a Tito Puente. Esto facilitó mi participación en el disco de Puente titulado Top Percussion, en el cual también figuraron otros percusionistas cubanos (Mongo, Cándido, Marcelino Valdés, Julito Collazo, etc.) Puente y Mongo querían que me quedara en Nueva York, pero ansiaba reunirme con mi bailarina en la costa oeste.

LT: A finales de 1962, grabaste tu primer álbum en solitario (Dancing The Latin Way, Fantasy). ¿Tuvo éxito ese primer LP, en término de ventas?

FA: Tuvo bastante éxito, Dance The Latin Way vendió alrededor de 35,000 unidades, en una época en que yo era prácticamente desconocido. Pude haber grabado fácilmente cinco discos adicionales para Fantasy, pero no quería más dolores de cabeza. En ese tiempo ya estaba viajando extensivamente con la sección de ritmo de Peggy Lee.

LT: Te ví por primera vez por televisión, en los años 70, cuando apareciste con Malo (un grupo muy popular de Latin Rock que dirigía el guitarrista Jorge Santana) en el programa American Bandstand de Dick Clark. Recuerdo que estabas tocando los tambores con baquetas. De hecho, se trataba de un merengue.

FA: Sí. Ese mismo merengue se mantuvo en el hit parade de Puerto Rico por seis meses...Hice 42 one-nighters consecutivos con Malo. Llegó un momento en que perdí la cuenta del tiempo. No sabía sí era sábado o domingo (RISAS). Malo tenía un estilo de vida muy costoso que lo condujo a su bancarrota. Sólo viajábamos por avión, aunque se tratara solamente de ir desde  L.A. [Los Angeles] a San Francisco, y cada uno de nosotros teníamos una habitación separada en el hotel. Cuando Malo llegó a Arizona, habían 12 autos de estilo lowrider esperándonos en el aeropuerto. Uno para cada integrante de la banda (RISAS). Hicimos un concierto en Detroit para un público de 65,000 personas, junto a Tower of Power y los Temptations. Trabajé con Malo de 1972 a 1975. Después que Malo se disolvió, trabajé por cerca de dos años con la banda de César Ascarrunz.

LT: Ya estabas tocando cinco tumbadoras durante tu etapa con Malo. ¿Fuiste el primer percusionista en E.U. que logró hacer eso?

FA: Si. También traje el primer tambor batá a los E.U., cuando llegué con Dunham a Nueva York, en camino a Italia, en 1954.

LT: ¿Cómo has podido preservar, a pesar del transcurso del tiempo, tu energía y agilidad percusiva?

FA: Me cuido bastante. Como frutas y vegetales en abundancia. Como bien, pero solo cuando es necesario. Inclusive eliminé el arroz y los frijoles en mi dieta diaria (RISAS).

LT: ¿Cómo definirías el CD Agua De Cuba, tu cuarta y más reciente grabación en solitario?

FA: Lo definiría como un concepto bailable del jazz latino.

COPYRIGHT 1999 Latin Beat Magazine

Herencia Latina deplora el suceso.

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