Entrevistas con Leo González: “El Rey de los Pollos”

POR JUAN CARLOS ÁNGEL

publicada 2/9/2010

Tomado con el permiso de la Revista

El Sonero de Barrio

www.elsonerodebarrio.com

 

Muchos de los cantantes salseros han desaparecido del ambiente artístico, algunos han enfilado la orquesta celestial y otros porque, tristemente, el medio musical actual los ha obligado al retiro o a realizar trabajos fuera de su campo artístico. Entre otros, recordamos en este grupo a cantantes como Jr. Córdoba, Frankie Figueroa, Luis "el tirano" Rodríguez, Chamaco Rivera, monguito"El Único" (ya fallecido), y nos preguntamos ¿cuál es su paradero?; sólo nos enteramos de ellos por la noticia de su muerte. Uno que “desapareció”, alejado del ambiente de la farándula, es nuestro personaje entrevistado en esta ocasión: excantante de las orquestas de Richie Ray y Bobby Cruz, Johnny Sedes y Chaparro: Leo González. El Sonero de Barrio, pudo ubicarlo por intermedio  de Carlín Rodríguez y Johnny Sedes ya que a el no le gusta dar entrevistas, hace venticinco años que no da declaraciones a nungún medio, con nosotros  tuvo una excepción y queremos compartir con ustedes sus anécdotas, vida y obra, hecho que para nosotros, constituye un motivo de gran alegría.

 

Leopoldo Alberto González León nació en Caracas (Venezuela), el 14 de febrero de 1943 en la parroquia de Candelaria. Sus padres, Leopoldo Antonio González, natural de Guarenas (Miranda) y funcionario del Ministerio de la Defensa de su país, por más de 40 años, y su madre, Agustina León de González, de San José de Río Chico (Miranda) y modista de oficio con especialidad en trajes de novia; compraron una casa en la parroquia de San Agustín del sur, y se mudaron cuando Leo era un bebé. Leo se crió en San Agustín del Sur, allí transcurrió su juventud y allí descubrió y desarrolló su indiscutible talento para el canto.

El Sonero de Barrio: Cuéntanos detalles de tu infancia.

Leo González: Yo era hijo único del segundo matrimonio de mis padres y, por ende, el consentido. Tuve una infancia muy feliz y normal, con su guía. Ellos eran muy estrictos y no me metía en muchos problemas, a pesar que el barrio donde yo vivía era candela pura.

como anécdotas, recuerdo que en cuarto grado me escogieron entre todos los estudiantes de la escuela para leer en un acto cultural, un 12 de febrero, en el cual se celebraba el día de la juventud en Venezuela; luego fui bailarín del Teatro Popular Folklórico de Caracas con el que realicé presentaciones por todo el país. En quinto y sexto grado empezó mi inquietud musical, cuando en la escuela donde estudiaba -el Instituto Escuela- formamos una orquestica llamada Los Chiriguares, la cual dirigía Vicente Frómeta quien tocaba el  acordeón, hijo del difunto Billo Frómeta, director de la Billo’s Caracas Boys; como cantante, estaba Francisco, el hijo de un gran locutor venezolano llamado Pancho Pepe Croquer. Yo tocaba bongos.

Recuerdo que en el primer acto cultural que tuvimos y en el cual presentamos la orquesta, por primera vez, se fue la luz, pero pa’ lante, así tocamos.

 

Leo González

 

SDB: ¿Cómo descubriste que tenías talento para el canto?

LG: Todo empezó en la escuela secundaria. Yo era muy enamorado y en ese entonces se acostumbraba mucho a dar serenatas, y a mí me encantaba interpretar los números del trió Los Panchos. Me conseguí un amigo que tocaba guitarra y yo tocaba el cuatro, nos íbamos a dar serenatas a las novias mías. A él le encantaba ese vacilón porque yo le compraba sus cervecitas, su ron. Como los barrios eran cercanos, caminábamos de un lado a otro, tarde en la noche, sin preocuparnos por los peligros que hoy en día existen al andar por las calles.

Luego, ingresé a la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela y la facultad tenía una orquesta, El Grupo Arquitectura. Quise entrar a cantar con ellos pero me dijeron que no, entonces un compañero de clases, de familia brasileña, y yo, decidimos formar una orquesta paralela a la que llamamos Conjunto Ingeniería, allí me estrené como cantante interpretando los números de Cortijo y su Combo, uno de ellos El Negro Bembón. Yo tenía entonces, 17 años.

SDB: ¿Qué influencias musicales marcaron tu carrera? ¿Hubo algún cantante que tomaras como referente cuando te iniciabas en el canto?

LG: Mis influencias musicales fueron múltiples porque me gustaba todo tipo de música. Pero la música del difunto Cortijo con Ismael, el fallecido Tito Rodríguez y la Sonora Matancera estaban a la vanguardia. Años más tarde, cuando Federico y su Combo Latino empezó a sonar, el fallecido director musical del combo, Roberto Monserrat, me insistía que aprendiera a tocar el vibráfono para meterme en la banda, pero eso nunca se materializó.

En ese grupo que te comento estaban como cantantes, mi querido amigo y hermano Carlín Rodríguez junto a mí otro pana Dimas Pedroza. Carlín y yo andábamos mucho juntos porque teníamos unas novias que eran amigas y se la pasaban metidas en todos los bailes. En ese entonces, los reproductores de carros eran los “8 tracks” y Carlín tenía uno de Richie Ray con el tema Las Caraqueñas. Oímos ese casete tantas veces que me lo aprendí de memoria.

Antes de eso habíamos viajado a Barranquilla a los carnavales y conocimos a Richie Ray y Bobby Cruz. Cuando me mudé a New York, en el 1968, fui a un club llamado La Calesa; ese club era sitio de la rumba los lunes y Richie utilizaba estos bailes para ensayar los números nuevos. En uno de mis atrevimientos, ellos iban a interpretar un número y yo le pregunté a Bobby si me dejaba cantar Las Caraqueñas y él me preguntó: “¿tú te atreves?… bueno. Le dijo a Richie Las Caraqueñas y se bajó de la tarima… Qué te cuento, yo estaba nervioso y medio, pero el número salió perfecto de arriba a abajo.

Para contestar parte de tu pregunta, sí tuve dos cantantes referentes y fueron mis guías: Bobby y Chivirico. Quién podía pensar que ellos, dos junto a Richie Ray, después me hicieran coro en el LP que grabe con Johnny Sedes.

De aquella semana, recuerdo un domingo, después de mi osadía en el club, el lunes. Bobby y Richie me fueron a visitar a un hospital donde me habían hecho una pequeña intervención quirúrgica y me propusieron ingresar a la orquesta. Bobby me dijo: “Leo, nos falta uno en la banda”. Yo me puse tan contento que firmé para salir del hospital, ir a mi casa a cambiarme e ir al Hunts Point Palace, donde la orquesta tocaba.

Cuando me vieron entrar, me dijeron que si yo estaba loco y tenían razón, yo estaba loco pero de alegría y para que tú veas como es el destino, ese día, Cándido, el timbalero, se enfermó, Bobby tuvo que tocar los timbales y yo empecé a cantar con la orquesta de Richie Ray.

Este fue mi verdadero debut como cantante en las “Grandes Ligas”, con una orquesta que en ese entonces era considerada en la ciudad de Nueva York, como una de las primeras, si no la primera orquesta en popularidad. Recuerdo que en esos tiempos tocábamos matinee en los teatros y en los periódicos anunciaban: “La Orquesta de Ricardo Ray con Bobby Cruz, la Voz que Acaricia y Leo González, El Rey de los Pollos”, ese apodo me lo puso Bobby porque yo tenía muchas “mamis”. De todo esto me recuerdo como si fuera hoy, y todo pasó en 1968.

 

 

DIMENSION LA TINA  CON LEO GONZÁLEZ EN  EL CLUB LA FLAUTA, NUEVA YORK

SDB: ¿Recuerdas, en orden, las orquestas por donde pasaste? ¿En cuáles grabaste, en cuáles no y por qué motivos?

LG: Antes de empezar con Richie, conocí a Leo Casino, el dueño de La Calesa, el sitio en el cual te conté ya. Él me presentó a un señor cubano, Tata Vásquez, director de la Orquesta New York, a quien se le había ido el cantante con Ray Barretto y Chivirico Dávila estaba cantando con él temporalmente. Con Vásquez hice uno o dos bailes pero no compaginamos. No era mi estilo.

Fue poco después de eso que entré a trabajar con Richie Ray, con quien estuve por casi dos años; cuando ellos decidieron mudarse a Puerto Rico, yo me quedé en Nueva York y fue en ese periodo con Richie cuando grabé el LP con Johnny Sedes.

 

Después, Rafael Chaparro se regresó de Puerto Rico, al igual que la mayoría de los músicos, y me propuso cantar con su grupo Chaparro y sus Estrellas junto a Chiviríco Dávila, pero este dijo que no, y yo me quedé como solista de la orquesta. Con esta agrupación grabe dos LP.

Con Larry Harlow estuve un año, viajando por el mundo. Con él tuve la dicha de cantar en un concierto que se efectuó en el Carnegie Hall de Nueva York y participar en varios conciertos con Tito Puente y Eddie Palmieri, como invitado. Después trabajé con varias agrupaciones con las que no grabé, por motivos ajenos a mi voluntad

SDB: ¿Cómo empezó el movimiento salsero en Venezuela? ¿Qué opinas de la polémica que existe sobre quién fue el primero en bautizar algunos ritmos latinos con la palabra “Salsa”, ya que mucha gente se atribuye esa mención?

LG: Primero te diré que Caracas, cuidad donde me crié, siempre ha sido rumbera. De lo que me recuerdo, antes que empezaran a salir grupos como los de Federico y su Combo, Los Dementes, El Sexteto Juventud, Tabaco, entre otros -y que fueron los impulsores de este movimiento- ya existía un señor a quien pude llamar “amigo” y fue el fallecido locutor Phidias Danilo Escalona. Él, a las doce del mediodía transmitía el programa radial La hora la salsa, el sabor y el bembé.

A este señor, pónganlo en todos los registros como el originador de esta palabra “Salsa”, la misma que se pegó en el ámbito artístico. Siempre estoy leyendo, en periódicos o revistas o en entrevistas personales, de individuos, más que todo artistas, que se atribuyen el origen de ese término salsero que ha marcado y sigue marcando toda una pauta en la música latina. Me causa un poco de indignación y a la vez gracia, el saber que están mintiendo y lo hacen con una originalidad tremenda.

Hasta con mi amigazo Tito Puente (QEPD), un día en un baile le aclaré que lo que él se quería atribuir, como originador de la palabra salsa, en unas declaraciones que hizo a una revista en Nueva York, eran erróneas. Puente estuvo de acuerdo pues conocía bien a Phidias.

Después llegó Federico y su Combo y Los Dementes de Ray Pérez, eran los grupos de salsa más cotizados en ese entonces. Te estoy hablando de la década de los sesenta, mediados al final, cuando llegué a Nueva York. No hay que olvidarse que la guaracha en Venezuela todavía estaba viva con la Billo’s Caracas Boys, Los Melódicos, Los Hermanos Belisario, el innovador Porfi Jiménez y Chucho Sajona, entre otros.

SDB: ¿Por qué motivo viajas a Estados Unidos?

LG: Vine a Nueva York, por primera, vez en 1965, a ver la Feria Mundial y quedé fascinado con la Babel de Hierro.

En el 1968, me mudé definitivamente aquí, no compré boleto de regreso y aquí he estado desde entonces. Voy lo más que puedo a visitar a mi familia cuando hay tiempo o si hay una gira cerca. En Venezuela tengo una hija y un hijo y ocho nietos.

Si quieres saber “la neta del planeta”, como dicen los mejicanos, del por qué me mudé a Nueva York, te diré que me aburrí de Caracas. Fue tanta la rumba que nos metimos en esos años que, en realidad, Caracas se me hizo pequeña y al visitar a Nueva York, me enamoré de esta ciudad. Sin embargo, quiero que sepas que en los casi 40 años que llevo aquí, jamás me he querido nacionalizar como americano, sigo siendo venezolano y de pura cepa.

 

 

VI FESTIVAL DE LA MÚSICA DEL CARIBE, PLAZA DE TOROS DE CARTAGENA  (COLOMBIA) ORQ LARRY HARLOW

 

SDB: ¿Cómo fue tu vinculación con la Orquesta de Johnny Sedes?

LG: Muy profesional, a pesar que fuera de la tarima éramos también amigos. Vivíamos en el mismo barrio. En el tiempo que yo cantaba con Richie Ray, Bobby Cruz y yo éramos muy unidos.

Johnny Sedes me propuso que hablara con Richie y Bobby para ver si podíamos grabar un LP con ellos en la parte de producción, y yo en la parte vocal. Ellos ya tenían la conexión con Carmelo Fonseca (QEPD), presidente de Fonseca Records, quien nos iba a patrocinar el disco, (antes de firmar con Alegre Records, las grabaciones de Richie las hacían con Fonseca Records). ¿Recuerdan el famoso Comején? A Bobby se le ocurrió incluir a Chivirico en el disco para darle mayor fuerza, y él canto El Manisero y un número que Johnny escribió: Carupano Canta. Mama Calunga, fue el nombre con el cual bautizamos el disco y fue un número que gustó mucho, pero no se pegó tanto como Doce Cascabeles o La Verdad, los cuales yo interpreté.

Se han dado malos entendidos y comentarios erróneos, a veces la gente habla por hablar sin saber, y en esos comentarios, se le atribuyen a Chivirico los números que yo canté, no sé en el caso de Colombia, pero en Venezuela era el plato del día, que hasta conocidos míos comentaban. Ten esto presente: La envidia es el homenaje que le rinde la mediocridad, al talento y al éxito; como me decía mi amigo Meñique, “Leo, nadie es profeta en su tierra”.

Quiero mencionar también que en ese tiempo me visitaba mi gran amigo y cantante Carlín Rodríguez y como ya la grabación se estaba desarrollando, le cedí uno de mis números, Guajira Dancers yo lo invité al estudio de grabación para que así él tuviera la oportunidad de grabar en Nueva York.

 

SDB: ¿Es verdad que en esa grabación del disco “mamá calunga” con la orquesta de Johnny Sedes, los músicos eran los integrantes de la orquesta de Ricardo Ray y Bobby Cruz? ¿Nos puede dar los nombres de los músicos que grabaron este exitoso LP?

LG: Sí, es verdad, además de los músicos de Richie estaba con nosotros en el tenor, el fallecido saxofonista dominicano de Tito Puente, Mario Rivera. Al piano estaba Richie Ray; en el bajo, Skee Farnsworth; en los timbales, Cándido; al bongó, Harry (hermano gemelo de Cándido); en las tumbadoras, “El Conde” Jackie Dilomis; en la primera trompeta, Rafael Chaparro y en la segunda trompeta, Doc Cheatam. Los vocales Leo González, Chivirico Dávila y Carlín Rodríguez (Guajira Dancers) y en los coros, Leo González, Richie Ray, Bobby Cruz y Chivirico Dávila.

SDB: ¿Por qué has estado tan alejado del ambiente salsero y a qué te has dedicado en estos años?

LG: Primero, la popularidad del merengue puso “la piña un poco agria” y ya no se trabajaba tanto como antes. La verdad, es que en vista de eso me abrí camino ejerciendo lo que aprendí en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela.

Después de varios años, me decidí a estudiar finanzas y me gradué de Consultor / Planeador Financiero, eso me mantuvo alejado de la música, ya que en esa época la economía estaba floreciendo y las remuneraciones eran excelentes, sin embargo y de vez en cuando “mataba mi tigre”, cuando algún cantante necesitaba mi ayuda.

SDB: ¿Cuáles fueron o son tus amigos en la salsa?

LG: Tengo demasiados amigos en este ambiente, aquí y en el mundo entero. Si me pongo a nómbrarlos, no vamos a tener espacio en estas páginas para listarlos a todos y si omito a uno de ellos por olvido o descuido, se me disgustan.

SDB: ¿Qué opina de las fusiones que están saliendo de salsa y reggaeton?

LG: Es una fusión bien interesante y muy rítmica. A mí, personalmente, y esperando que nadie se ofenda, el reggaeton no me gusta. Dame mi mambo, mi guaguancó, mi guajira, mi bolerito de vez en cuando, mi cumbia y yo estoy súper satisfecho.

 

 

CLUD CASA BLANCA, NUEVA YORK - JOHNNY PACHECO, LEO GONZÁLEZ, EL ABUELO (CANTANDE DE LA ORQ DE ÓSCAR D' LEÓN) EL CANARIO, Y ÓSCAR D' LEÓN

SDB: ¿Qué opina de la salsa romántica?

LG: Me encanta, de paso te diré que cuando la salsa romántica estaba en pleno apogeo, fui con este genio musical y gran amigo el fallecido Louie Ramírez y su orquesta Noches Calientes a Venezuela, él tenía muchos temas pegados, principalmente, Estar enamorado.

SDB: ¿Tienes algún anécdota que nos puedas contar del gran cantante Chivirico Dávila?

LG: En una oportunidad, trabajando con la orquesta de Tata Vásquez, la segunda trompeta no se oía, porque tendía a arrimarse al otro trompetista, así pasaron dos números. Cuando en el medio de una de las inspiraciones Chivirico se voltea y le dice al trompeta, gritándole: “Óyeme, se acabó la escuelita de noche, o tocas la mierda esa, o te vas”, hasta Tata se quedó mudo. Chivirico, además de ser un gran cantante, era un gran profesional de la música.

SDB: ¿Cuáles son tus proyectos para el futuro?

LG: Ahora mismo estoy trabajando en un proyecto para una grabación con el maestro José Mangual, Jr. en la que vamos a incluir varios números de salsa romántica. Entraremos en el estudio en un par de semanas Los mantendré informados.

 

Edición febrero-marzo 2010

 

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