Johnny Sedes

 

 

 

Una entrevista

 

 

 

Por: Alfredo Churión

Periodista del Magazine de Maracay

mundodeldisco@hotmail.com

Maracay -  Venezuela

 

Dentro del amplio grupo de músicos venezolanos que aun esperan su justo reconocimiento hay uno que merece atención especial,  Y ese es Juan “Johnny” Sedes.  Y la razón principal de este tratamiento especial es la de haber sido un artista triunfante en el extranjero antes de que en su tierra natal.

 

En una de sus constantes visitas a Venezuela establecimos contacto con él y nos narra un poco de su amplia y emotiva historia.

 

Alfredo Churrión (A.Ch): ¿Dónde nace usted señor Sedes?

 

Johnny Sedes (JS): En el Estado Yaracuy, en San Felipe, el 18 de julio de 1937.  Pero no me acuerdo nada de San Felipe, ya que a los dos o tres años me traen a Caracas y sólo he regresado allá de visita.

 

 

A.Ch: ¿Y cómo comienza su relación con la música?

 

JS: Yo diría que es algo prácticamente innato.  A los ocho años ya yo tenía bien claro que quería ser músico, por eso desde esa edad mis padres me pusieron profesores particulares para aprenderla.  Empecé con el piano y ya a los 14 años comencé a componer.  No sabía escribir música aún, pero para la época, me las escribía alguien muy reconocido como lo era el maestro Emilio Cartagena.  En 1953 la Billos Caracas Boys me graba uno de mis temas: Yo te olvidé y lo convierte en un gran éxito de radio y de ventas.  Luego Víctor Piñero con la orquesta de Pacho Galán me graba un merecumbé llamado Linda Muñequita que también se convierte en éxito.  Y luego me graba Alci Sánchez.

 

Total que a esa edad ya me estaba dando a conocer en el ambiente de la música de baile que es el estilo que siempre me ha gustado.

 

Luego traté de entrar a la Escuela de Músicos de la Banda Marcial en La Victoria,  Pero se me hizo muy difícil y no pude entrar directamente.  Entonces alguien me recomendó   que en vez de ingresar a estudiar música me metiera en la Escuela de Electricidad de las Fuerzas Armadas que en aquella época era la Escuela de Transmisiones.  Y me pareció buena idea porque en uno o dos años estaba graduado de Sargento Técnico.  Pero el destino es algo que te pone en el camino al que tienes que ir.  Fíjate que ingreso a la Escuela de Electrónica, me graduó y justo al año me mandan a hacer un curso en los Estados Unidos.

¿Cuándo pensé yo en mí vida ir a ese país? Y me mandan a Nueva Jersey, a una hora de Nueva York.  Tenía ya como veinte años y los fines de semana me dedicaba a completar mis estudios de piano y saxofón.  El primer saxofón que yo toqué me lo dio el maestro Juan Bautista Carreño y él mismo, junto al maestro Tico Avendaño, Supervisor General de Bandas, se encargaban de darme esas clases. 

 

A.Ch: Y es indudable que el brillo de la gran ciudad lo deslumbró y desde allí reafirmó su futuro definitivo.

 

JS: Cuando llegó allá y veo aquella ciudad y aquel ambiente, lo primero que hago es dirigirme a una editora llamada Morrow Music, dirigida para entonces por seño Federico J. Reiter, un abogado judío que ya había un juicio por Derechos Reservados de Autor contra la Seeco por más de un millón de dólares.  Allí aproveche para registrar toda mi música.  Y allá hacía lo mismo que hacía aquí (Venezuela). El viernes en la tarde, del fuerte en que estaba destacado me iba para Nueva York a dedicarme a lo mío.  A mí música.

Y llega el día que voy al Palladium Ball Room y la emoción era indescriptible.  Era la primera vez que veía en persona a orquestas como la de Tito Puente, Tito Rodríguez y Machito.

 

Porque tu sabes que aquí en Venezuela siempre había un estatus.  Dos orquestas que acaparaban el mercado: Billos y Los Melodicos.  Esa era la realidad del negocio en aquellos momentos.

Y es en ese momento cuando decido que al regresar a Venezuela y pagar mi tiempo de servicio, volvería definitivamente a Nueva York para vivir, pues mi sueño era triunfar en esa ciudad.

 

Los dos años que pasé estudiando en el país del norte los invertí principalmente en cultivar relaciones y amistades. Ya el editor había comenzado a repartir mi  música y Tito Puente me grabó Nostalgia Borinqueña y muchas orquestas de la metrópolis comienzan a tocar mis canciones.  Y después de permanecer cinco años obligatorios en Venezuela, regreso a cumplir mis sueños.

 

 

A.Ch: Dígame algo: ¿No había tocado en ninguna orquesta antes de esto?

 

 JS: iPara nada! Yo lo que hacia era componer y estudiar.  Y a mí regreso pongo un mayor empeño en difundir mi música.  Y logro que la Orquesta Broadway me grabé Noches Caraqueñas y Tito Puente Tatiana, un bosanova dedicado a mi hija, además de Vicentico Valdés quien cantaba un bolero mío llamado Ya no.  Pero por aquella época si comienzo a tocar con la orquesta de un muchacho llamado Kenny Gómez.  Una orquesta que coincidencialmente sonaba mucho como la de Richie Ray.

 

(Pero Johnny no había viajado solo a Nueva York. Lo acompañaban su esposa Gladis y sus hijas Tatiana y Alexandra.  Y lo que le proporcionaba la orquesta no era lo suficiente para cubrir sus gastos.  Y surge una vez más su benefactor.  Mr. Reiter quien le ofrece trabajo como promotor en su editorial.  Esto le permite ampliar sus esporádicas actuaciones de fin de semana con otras orquestas.)

 

El maestro Chuito Vélez y su Super Orquesta - con Adalberto "Popeye" Santiago

 

 A.Ch: ¿Cuándo aparece usted con su propia orquesta?

 

JS: Yo venía tocando los fines de semana con una serie de agrupaciones que ya estaban pasando y que pertenecían a una generación anterior a los que estaban gustando: Manolín Morel Campos y Chuito Vélez.  Esas orquestas junto a las de Cesar Concepción y la de Carlos Pizarro estaban perdiendo su fuerza frente a nombres como los de Tito Puente, Tito Rodríguez, Eddie Palmieri y Joe Cuba, por citar a unos cuantos. 

 

Pero mi ambición definitiva era ser director de orquesta porque tenía toda la capacidad para hacerlo, por eso en el año de 1966 comienzo a grabar mi primer LP.  Y como trabajaba en la oficina lo hago para el sello Seeco.   Aquí canta Vitín López, a quien yo bautizo como “El Cantante de La Salsa” y hago un número: Aquí y Allá, que habla de la salsa.  Y esa es la primera vez que se pone la palabra salsa en un LP editado por allá (en los Estados Unidos).

 

Carlín Rodríguez, cantante de Federico y su Combo, había ido a visitarme y me llevó el disco Llegó La Salsa y me dijo que era lo que estaba pegado en Venezuela.  A mí me gustó y bauticé mi disco con esa palabra.  Y de allí es que todas las generaciones como la Fania y otras por el estilo van a copiar el nombre.  Ellos no sabía quien era Federico ni nada de eso, pero Vitín López había sido cantante de Pacheco y éste le preguntó que quien era ese Juan Sedes y que significaba la palabra salsa y de donde la sacó.

 

La Fania se apoderó de la palabra y con ella llegó a popularizar el género.  Hay que reconocer que [Fania] crea la maquinaría para moverlo, reúne a los músicos que venían dispersos por la desaparición de la pachanga (Barretto, Harlow, Pacheco, Charlie Palmieri, etc.) y todo lo que estos tocaban lo catalogaban como salsa.

 

(Posteriormente, en el año 1969 Johnny Sedes establece contacto con el sello Fonseca y allí graba, con los vocales de Chivirico Dávila uno de sus discos más interesantes: “Ya Pacheco había grabado con Su Nuevo Tumbao y Ricardo Ray había grabado tres álbumes con la casa Fonseca y la orquesta que venía arrollando.  Cuando la charanga cae queda el vació que el único que lo va llenando poco a poco es Ricardo Ray.  Y en ese momento llega Pete Rodríguez es él quien despierta, con el boogaloo, a Nueva York y pone a correr a todo el mundo.)

 

 

A.Ch: ¿Hay algún músico famoso en esa grabación con Fonseca?

 

JS: iCómo no!  Allí está Chivirico Dávila, está Rafael Chaparro, en algunos números el propio Ricardo Ray y en otros el legendario Javier Vázquez.  Yo siempre he trabajado con muy buenos músicos.  Con ese LP y con otros temas como Doce Cascabeles, Carúpano Canta y El Manicero estuve pegado tres años en Nueva York.  Sonando en radio y tocando bailes.  Todo el mundo decía que era una cosa rara, una mezcla de Ricardo Ray con saxofones, pero a cada momento nos llamaban de los mejores sitios para tocar.

 

(Pero a finales de los setenta la salsa sufre el ataque despiadado de los merengueros y comienza a decaer como género.  Por lo que tiene que regresar (Sedes)  a Venezuela.  Aquí establece contacto con Discomoda, sello para el cual graba un LP —Salsa con Cumbé— en el año de 1975.  El disco, distribuido en Nueva York por Descolando, gana popularidad a través de los temas “Soy Latino”  y “ La Macarena”.)

 

 

A.Ch: Pero parece que usted no tenía mucho éxito en Venezuela.

 

JS: ¡Bueno chico, con artistas venezolanos tu sabes como es la vaina!  Aquí se cumple más que en ninguna otra parte el dicho de que nadie es profeta en su tierra.  Pero si tienen que reconocer lo que tu has hecho, porque si hay otro que —después de Adelmar Romero— haya hecho en Nueva York lo que yo he hecho . . . ¡que me lo presenten!  Esto que yo hice allá no es fácil hacerlo.  Una cosa es ir a NYC y no hacer nada; otra es ir y ser un músico para tocar aquí y allá y pasar 20 años en la ciudad solo tocando y otra cosa es ir para hacer una empresa; para formar una orquesta y grabar discos como lo hice yo.

 

(Willie Pérez, Jorge Romero “Romerito”, Alfredo Padilla, Chaparro y un trompetista apodado “Romerote” fueron algunos de los músicos que acompañaron a Sedes en sus incursiones discográficas en Venezuela.  Un nuevo disco para el sello CBS en 1977 presenta a los mismos músicos junto a José Velásquez y los cantantes El Dimas y Jesús Marcano.

Había regresado (Sedes) a Venezuela de la mano del empresario José Antón, quien lo había propuesto como compensación fija de la cantidad de artistas de la Fania que se la pasaban constantemente visitando a Venezuela.)

Pero en palabras de nuestro entrevistado.

 

“A Antón le hicieron una guerra muy fuerte y lo tumbaron”, (fue tal  la decepción de Sedes  que regresó a Nueva York en 1980).

 

 

Sedes regresa a Venezuela en 1989 para marchar a Puerto Rico, en donde es manejado por Richie Viera, hijo del famoso Rafael Viera, quien constantemente le ésta consiguiendo contratos para tocar en diferentes eventos.

 

En la actualidad Johnny comparte sus días entre Venezuela y la isla borinqueña.  Durante un tiempo y aún ocasionalmente ha desempeñado trabajos musicales para Radio Caracas TV.

Paradójicamente, algo que ni su querida sobrina, la vidente Adriana Asís Sedes (reside en Santo Domingo), hubiese podido predecir, solo tres de sus grabaciones están a la disposición del público venezolano: Doce Cascabeles, Caúpano y El Manicero, las cuales forman parte de un CD llamado Trilogía Salsera que vale la pena recomendar.

 

Nota: Este material fue enviado por el maestro Johnny Sedes, especilamente para Herencia Latina.

 

Edición de julio de 2006

 

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Herencia Latina