JOE LOCO

 

 

Joe Loco. ©Foto de Max Salazar

 

 

 

Autor: ©Max Salazar

Originalmente Publicado en:

Latin Beat Magazine, Septiembre de 1996

Reeditado en el libro: Mambo Kingdom, de Max Salazar, 2002

Versión al español de: Jaime Delgado Cartagena

Colaborador de Herencia Latina

 

 

La palabra castellana “Loco” llegó a ser el sobrenombre de un músico nacido en New York, debido a que él insistía que los clásicos del pop americano como “Blue Moon”, “Sweet and Lovely”, “Little Brown Jug” y “Love for Sale” podrían ser interpretados como mambos. El percusionista José Mangual agrega otra razón: “El rótulo de Loco estaba colgado en él hacia la mitad de los años 40s, luego de que Verne Records grabó su composición “Cada Loco con su Tema” para una sesión de Machito”. La esposa de Loco, Irma, decía, “Joe sufrió un daño en la cabeza luego de ser golpeado por un bus…Sus amigos comenzaron a llamarlo Loco”.

 

Cualquiera que fuera la razón para este sobrenombre, Joe Loco fue indudablemente uno de los músicos latinoamericanos mas venerados. Más de la mitad de sus grabaciones luego de 1951 fueron temas comunes del pop americano llevados a un formato latinoamericanizado. Loco, un orquestador experimentado, adicionó un típico sabor de mambo y cha cha cha cubano a sus arreglos de “Blues in the Night”, “Serenata in Blue”, “Too Marvellous for Words”, “In the Still of the Night”, “Gypsy in My Soul” y “How High the Moon”.

 

Él fue uno de los primeros músicos en seguir al trompetista de Machito, Mario Bauzá, en el desarrollo del latín jazz. Joe Loco produjo al menos doscientas composiciones y arregló temas exitosos para las orquestas de Machito, Marcelino Guerra, Chano Pozo, Polito Galíndez, Pupi Campo y Julio Andino. Por mas de treinta años, comenzando a finales de los años treinta, fue reconocido como el pianista de los pianistas, en honor a su arte en los teclados con las bandas de Montesino, Moncho Usera, Eric Madriguera, Bartolo Hernández, Machito, Polito Galíndez, Marcelino Guerra, Ramón Argüeso, Fernando Álvarez, Armando Castro, Pupi Campo, Tito Puente y Julio Andino.

 

 

Calipso Dance. Joe Loco y su Banda.  Mercury Recors. Cortesía de David Cantrell.

 

José Estévez Jr. (Joe Loco) nació el 26 de marzo de 1921, de padres puertorriqueños que vivían en la sección de Manhattan conocida como Hell`s Kitchen (“La Cocina del Diablo”). Comenzó a tomar clases de violín y baile a la edad de ocho años mientras que participaba en el proyecto Stars of the Future (Estrellas del Futuro) que organizaba la Iglesia Católica del Spanish Harlem, La Milagrosa. En 1934 dejó la escuela y así pudo viajar y bailar en un show de teatro.

 

En 1937 un oficial escolar lo encontró y lo obligó a asistir a la Haaren High School, donde llegó a ser amigo de Charles Pickells, un maestro de música quien le enseñó lo básico del piano y el trombón. Durante el mismo año, mientras vivía en Spanish Harlem, José fue golpeado por un bus en la Avenida Madison. Fue operado y le pusieron una placa de acero en su cabeza. Luego se recuperó y posteriormente se casó con la bella puertorriqueña Irma Ledesma. Dos años después de la boda llegó a ser pianista de Montesino.

 

Por los siguientes tres años tocó piano para muchas de las más populares orquestas de Nueva York. En 1943, durante el punto más cruento de la segunda guerra mundial, el pianista de Machito, Frank Gilberto Ayala, fue alistado en el ejército y reemplazado por Luis Varona. Meses después, Varona pasa a ser pianista de la segunda orquesta de Machito, el Afro Cuban Orchestra, la cual Mario Bauzá había creado para el recién llegado cantante y compositor cubano Marcelino Guerra. Loco reemplazó a Varona. “Inmediatamente luego de que Loco se unió a Machito”, decía el percusionista José Mangual, “la banda comenzó a sonar diferente debido a los solos de Loco. Ellos eran calientes. Los bailadores comenzaron a llamarnos la "Latin Count Basie Orchestra".

 

Foto de ©Max Salazar.

 

En diciembre de 1945, Loco fue alistado en el ejército y reemplazado por René Hernández, quien había llegado de Cuba. En la fuerza aérea, Loco se enseñó a sí mismo a arreglar música y escribió composiciones para Marcelino Guerra, Vincent López, Noro Morales y Xavier Cugat. De regreso a la vida civil a comienzos de 1947, su primer trabajo fue con la orquesta de Ramón Argüeso. Ahí es cuando él conoce a Peter Gutiérrez, un percusionista puertorriqueño quien años después sería una estrella de la música latina usando el nombre de Pete Terrace. Loco completó varios cursos de música con el profesor de la Juilliard, Tom Timothy, y hacia mitad de 1947 él, Joe Loco, fué reconocido como uno de los compositores y orquestadores más creativos de la música latina. También fue en 1947 que la grabación de Noro Morales “Tea for Two” vendió miles de discos de 78 rpm. Al mismo tiempo, Loco y Tito Puente fueron compañeros en la orquesta Copacabana Samba Band de Fernando Álvarez.

 

En octubre de 1947 Loco dejó la Samba Band para organizar la banda de Jack López. Unos pocos meses después, Puente también partió para trabajar con la orquesta de Pupi Campo como percusionista, arreglista, y manager de negocios. Un anochecer, Loco sustituyó al pianista de Campo, Al Escobar. Eso produjo lo que fue un evento histórico impensadamente no grabado. El solo de piano de Loco era extremadamente caliente, y el timbal de Puente y el trabajo de cáscara de Johnny “La Vaca” Rodríguez hicieron un sonido excitante y exótico que llevaba al delirio. Loco y Puente se robaron la atención del público en los temas “Earl Wilson Mambo”, “How High the Moon”, “Son de la Loma”, “Mambo Rhapsody”, “Pilarena”, “Capullito de Aleli” y “Cuando Te Vea”.  El desempeño de Loco y Puente, y sus arreglos para esos temas en las grabaciones de la orquesta de Pupi Campo con el sello Seeco recordings, elevaron el grupo hasta ubicarlo dentro de las primeras cinco bandas de música latina.

 

Machito, Miguelito Valdés, Graciela y Mario Bauza, NYC 1974.

Foto de ©Max Salazar.

 

En otro frente, Machito estaba lidiando con una rebelión causada por un conflicto personal entre el director musical, Mario Bauzá, y el conguero Carlos Vidal. Vidal partió de la banda e intentó persuadir a otros compañeros para que se fueran con él hacia Los Ángeles. El bajista Julio Andino fue el único que se fue junto a él, pero la escasez de trabajo lo forzó a regresar a Nueva York meses después. Loco, quien años antes había llegado a ser amigo de Andino, organizó la Orquesta de Julio Andino, escribió nuevos temas, y desafió a la orquesta de Machito a una guerra musical en el Park Palace en la calle 110 con quinta avenida.

 

La noticia acerca de este enfrentamiento se regó por todo El Barrio, y se vendieron boletos por adelantado para el día del trabajo. La Orquesta de Andino, la cual tenía veinte arreglos de Loco, no se esperaba que fuera un contendor de peso para Machito, quien tenía algunos cientos de composiciones bien conocidas. Esa fue una batalla entre David y Goliat, excepto porque el gigante Machito no fue muerto en ella. Pero el grupo de Andino peleó valientemente, con espontánea sensualidad en “Plaza Stomp Mambo”, “El Tubo”, “Los Cominos La Paella” y “Fristi Popo”. El primero de diciembre de 1949, la Orquesta de Andino grabó esos temas para el sello SMC de Gabriel Oller. Meses más tarde el grupo se disolvió.

 

En 1951, mientras Loco aún era pianista de Pupi Campo, el Trío de Joe Loco hizo sus primeras grabaciones, “Tu Plato” y “Yumbambé”, para Tico Records. Meses después, Loco fue el pianista en una sesión de grabación de Tito Rodríguez para Tico. Rodríguez, incapaz de cantar debido a una laringitis, convenció al presidente de Tico, George Goldner, para salvar la sesión grabando al Trío de Loco. Rodríguez fue el cuarto hombre en la sesión; él toco las claves. Loco grabó el tema pop “Tenderly”. En Atlantic City, donde apareció la orquesta de Campo, Loco recibió una llamada telefónica de Goldner, quien le contó que “Tenderly” había sido un hit y había vendido cerca de mil grabaciones. Se le ofreció a Loco un contrato para grabar, el cual aceptó. Una hora después; Campo, Loco, y sus esposas estaban en trajes de baño disfrutando el sol. Campo estalló cuando Loco le contó que se iba de su orquesta para dirigir su propio grupo. El pianista Charlie Palmieri lo reemplazó.

 

 

Vaya! With Joe Loco. Columbia Records. Cortesía de David Cantrell.

 

La mayoría de las grabaciones de Loco para Tico recordings se vendieron por cientos, y en vez de tocar el salones de baile latinos, el trabajó con mejores ganancias en clubs de jazz a todo lo largo de los Estados Unidos. Esos clubs incluían el Blue Note de Chicago, el Melody Lounge de Denver, y el Teatro Apollo en New York. El 23 de marzo de 1953, una transmisión en vivo desde Birdland lanzó al aire sus grabaciones “Locorama”, “Blues in the Night”, y “Bei Mir Bist Du Schoen”, realizadas con Pete Terrace en el vibráfono, Al Franklin en el bajo, Ray Rivera en timbales, Freddy López en congas, y Joe Loco en el piano. Durante el invierno de 1954, George Goldner decidió incrementar su registro de ventas dando a conocer el ritmo mambo en una gira por cincuenta y seis ciudades. La gira Mambo USA vendió su concierto en el Carnegie Hall. Loco escribió el tema “Mambo USA”, el cual fue otra composición éxito. Pero en otras presentaciones a lo largo del país el resultado fue muy pobre. Por lo tanto, la gira terminó semanas después.

 

 

Viva Mambo. Joe Loco y su Quinteto. TICO Records. Cortesía de David Cantrell.

 

En 1955, cuando el cha cha cha cubano era el ritmo bailable mas popular de la música latina, el hit de Pérez Prado “Cherry Pink and Apple Blossom White” vendió más de un millón de unidades, y los cha-chas de Loco estaban en la mayoría de rockolas de New York. Luego de cuatro años de recibir solo unos pocos dólares en regalías, Loco confrontó a Goldner por los “centavos” que le estaba dando. Loco explotó cuando Goldner le contó que sus grabaciones no se vendieron, y Goldner estuvo de acuerdo con dejar que Loco grabara para Columbia a cambio de un porcentaje de las ventas. Columbia grabó dos LPs por lo cual se le pagó bien a Loco, además que recibió publicidad a lo largo de todo el país, y consiguió un contrato. Una de sus presentaciones, fue una gira de costa a costa, en Las Vegas Lounge. Pero el director musical de allá echó la banda por crear una atmósfera “salvaje”. A él no le gustó como el grupo calentaba una caja de cera para hacer el mantenimiento a los cueros de sus bongos y congas.

 

En 1956, Tito Puente se fue de Tico Records para RCA. George Goldner ahora quería un grupo con el sonido de un vibráfono, y le ofreció a Pete Terrace la oportunidad de ser líder de su propia banda. Terrace le contó a Loco que dejaba su grupo para ser un artista de grabación del sello Tico. Loco le aconsejó que no aceptara la oferta y le predijo que le pesaría si él la tomaba. Loco y Terrace habían sido tan cercanos como hermanos desde que se habían conocido en 1947 en la banda de Ramón Argüeso. En ese momento ellos rompieron su amistad.

 

 

 

Loco Motion. Joe Loco y su Orquesta. Columbia Records. Cortesía de David Cantrell.

 

Terrace organizó un quinteto con Charlie Palmieri como pianista, para el álbum A Night in Mambo Jazzland. Louie Ramírez, un primo de la esposa de Loco, Irma, reemplazó a Terrace en los vibráfonos. En 1957 Loco grabó La Música de Rafael Hernández para Ansonia Records. Esa fue una pieza maestra, y habría vendido bien si hubiera sido publicitada. Dos años después Ansonia grabó La Música de Gonzalo Curiel, otra gema que tampoco fue publicitada.

 

En 1959 Loco se estableció en Los Ángeles con su esposa y sus tres hijos. Ramírez regresó a New York y formó un grupo que incluía al trompetista y arreglista Marty Sheller. El grupo acompañó al conguero Sabú Martínez para el álbum de 1961 Jazz Espagnole del sello Alegre. En 1957, Morris Levy se apoderó de Tico Records. Pete Terrace, que no siguió más con contrato, se reconcilió con Joe Loco. En mayo de 1960 Fantasy Records grabó Going Loco por el Quinteto de Pete Terrace, presentando a Joe Loco en el piano, Bobby Flash en bongos, Fred Aguilera en timbales, Julio Andino en el bajo, y Pete Terrace en el vibráfono.

 

 

 Going Loco por el Quinteto de Pete Terrace, presentando a Joe Loco en el piano, Bobby Flash en bongos, Fred Aguilera en timbales, Julio Andino en el bajo, y Pete Terrace en el vibráfono. Mayo de 1960, Fantasy Records. Cortesía de David Cantrell.

 

Un año después, el interés de Nueva York por la charanga cedió al ritmo de la pachanga una moda que duró menos de tres años. El álbum Pachanga con Joe Loco del sello Fantasy fué lanzado en febrero de 1961, con Joe Loco acompañado por la orquesta de charanga de Mongo Santamaría. Loco continuó grabando música que vendió muy bien para los sellos Imperial, GNP (Gene Norman Presents), y Orfeon. Loco estaba sobradamente en alto con todo tipo de audiencias. Mientras que él tocaba por una semana en el Hotel Sahara en Las Vegas, la actriz de cine Rita Hayworth (cuyo nombre de pila era Margarita Carmen Cansino, nacida en Brooklyn) fue cautivada por sus presentaciones. En su ultima noche allá, ella se acercó a él y le pidió que tocara “Love for Sale”.

 

Pero para 1967 la magia que una vez había hecho de Joe Loco una leyenda viviente se había ido. Eso fue dolorosamente evidente en el álbum Puerto Rico 67, donde parecía que los furiosos solos de piano de Loco eran una cosa del pasado. Loco se separó de su esposa, se mudó para Nueva York. Allí llegaron a ser grandes amigos Charlie Palmieri, Joe Loco y Tito Puente, en los servicios de arreglos musicales de la compañía Bandaide. Loco, Palmieri y Puente escribieron arreglos para cualquiera que lo solicitaba. En 1968 Loco se mudó para Río Piedras, Puerto Rico, y fundó las compañías Loco Recording y Loco Publishing, e inició presentaciones en los clubes nocturnos populares de San Juan. Para 1986 Loco estaba sufriendo de diabetes y le habían tenido que amputar una pierna. Durante la segunda semana de marzo de 1988 el murió mientras dormía en San Juan, a la edad de 67 años.

 

 

   

Ole! Joe Loco y su Quinteto. Columbia Reords. Cortesía de David Cantrell.

 

 

La evidencia de vinilo existe para probar que José Estévez Jr., a k a Joe Loco, fue uno de los más grandes de la música latina de todos los tiempos. Si un oficial escolar no lo hubiera empujado para que retornara a la escuela en 1938, Joe Loco nunca hubiera sido una leyenda.

 

 

Edición Diciembre 2005 - Enero 2006

 

 

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Herencia Latina