TRIBUTO A HECTOR RIVERA

 

TRIBUTO A HECTOR RIVERA

 

 

 

Una Entrevista para la posteridad

Nació en Nueva York, el 26 de enero, 1933   -  Murió en Nueva York 8 de enero, 2006

 

Por: Néstor Emiro Gómez

Miembro Fundador de Herencia Latina

Esta entrevista se realizó en la ciudad de

Nueva York, el lunes 24 de agosto de 1998.

 

 

 Conocí personalmente a Héctor Rivera en el año 1998, en el almacén de discos “Casa Latina” del Sr. Vicente Barreiro, y fue él quien me lo presentó. Allí conversamos  amenamente y concertamos una reunión para charlar acerca de su trayectoria. Efectivamente, esa  reunión se realizó en mi apartamento de Queens, donde estuvimos compartiendo toda una tarde de agosto de ese mismo año. 

 

Lamentablemente el Maestro Rivera falleció el pasado mes de Enero,  tratando de sobreponerse a una enfermedad que lo aquejó durante los últimos años.

 

Héctor era una persona bien sencilla y accesible comparada con la grandeza de su talento para la música. No solo se constituyó en un magnífico intérprete del piano, sino que logró destacarse internacionalmente como un excelente y exquisito compositor además de arreglista. Fue un innovador constante, siempre aportando ideas y haciendo recomendaciones tanto a sus compañeros de grupo como a sus amigos de otras orquestas. La calidad de su producción musical  se puede palpar en la larga permanencia que la audiencia internacional le ha otorgado a muchas de sus canciones, convirtiéndolas en verdaderos clásicos de la música latina. Sin embargo, todo ese trabajo tan laborioso como efectivo en el desarrollo de la música  caribeña, no ha sido lo suficientemente reconocido en su real y verdadera dimensión.  Por eso consideramos que no solo es una necesidad sino también un deber, divulgar todo tipo de información que contribuya a destacar la magnífica y valiosa labor aportada por el maestro Héctor Rivera en el engrandecimiento de la música  latina.

 

Este es el propósito que nos motiva a compartir con los lectores de Herencia Latina, muchos de los aspectos que tratamos con el maestro Rivera, en la charla que sostuvimos con  él, esa tarde de agosto de 1998. Esperamos que nuestro propósito se cumpla.

 

Néstor Emiro Gómez

Febrero de 2006

Nueva York.

 

 

Entrevista

 

Néstor Gómez: Bienvenido maestro,  empecemos por saber dónde nació y en que época.

 

Héctor Rivera: Yo soy nacido y criado aquí en Nueva York. Nací en el Barrio, en la calle 99 pero me crié en la calle100. Ahí fue que tuve la primera experiencia con la música. Yo nací el 26 de enero del año 1933.

 

Néstor Gómez: ¿En qué ambiente se levanta el maestro Rivera?

 

Héctor Rivera: En aquel tiempo se acostumbraba — cuando uno tenía como siete años — a estudiar un instrumento, piano, violín o lo que sea. En la casa, mi mamá me puso con un profesor italiano a aprender a tocar el piano y fue cuando tuve como ocho años. No duré mucho, porque nada más estudié como dos o tres años con el profesor. Él me enseñó cosas de Bach, Bethoven, Mozart, Chopin  y cosas así. Me enseñó solfeo, y fue una de las cosas que yo aprendí. En los países latinos, casi siempre, primero era solfeo, antes de tocar el instrumento, ya que tú aprendes a leer las notas. Pero yo no tuve  esa suerte. Lo más que sé ahora, es que cuando estaba tocando piano era imitando lo que hacia el profesor. Y me pongo a pensar ahora,  y  no creo que yo leía música.

 

Néstor Gómez: ¿Entonces cómo nace esa inclinación hacia la música?

 

Héctor Rivera: Pues mi papá fue un trabajador fuerte y los domingos le gustaba relajarse. Se levantaba y después que tomábamos el desayuno, se sentaba en la sala y prendía el radio y ponía la música — era en onda corta — la música de Cuba. Y ahí fue que yo aprendí, no aprendí a tocarla, pero si a conocer la música latina.

 

Néstor Gómez: ¿Qué orquesta recuerda usted que escuchaba en aquella época?

 

Héctor Rivera: Nunca se me olvida. Fue Arcaño la primera orquesta, Arcaño y Sus Maravillas. Me gustó. Si porque, como te estaba diciendo ahorita, muchos de los danzones los hacen en temas clásicos.  Y uno de los primeros danzones que yo recuerdo es Rhadsody in Blue de George Gershwin. Y me gustó. Entonces, el primer danzón que no era clásico  fue Baila con Doña Inés. “Baila con doña Inés, baila con doña Ana…” Ese me encantaba. Pero eso fue una cosa pasada. Nosotros nos mudamos del Barrio para el Bronx. Cuando fui al Bronx, cogí dos o tres clases más de piano y lo dejé. Así seguí en la escuela regular, en la Junior High School. Entonces, ¿qué pasó en la escuela? Al profesor de música le dio por organizar una orquesta. En aquel tiempo había un trío americano que tenía un hit en la emisora americana que se llamaba Miami Beach Rhumba. El trío se llamaba Irving Fields trío (Yo tengo una grabación por Miguelito Valdez). Pues, los americanos estaban locos con eso, y, para ellos, eso era la música latina. Para nosotros eso no es la música latina, para nosotros es americana. Ese fue el tema que usaron para hacer la orquesta de la escuela. Y como el profesor era el pianista, tocaba muy bien, a mí me pusieron a tocar  clave. Ahí fue donde empecé. Ahí conocí a la mayoría de los amigos míos, que todavía son mis amigos, y tocamos juntos todos esos años.

 

Néstor Gómez: ¿En la misma escuela?

 

Héctor Rivera: En la misma escuela. Rudy Romero, Joe Rodríguez y Quique Pérez. Joe estuvo mucho tiempo con Charlie Palmieri. Rudy siempre tocaba para el mercado americano, música jazz. Rudy me vio en la calle y vino donde mí y me dice: ¿“Oye tú tocas piano?”. Y yo dije que sí, que yo tocaba piano. Pero yo no sabía nada. La única pieza que me sabía era Begin the Beginning.  Eso era lo único que yo podía tocar en el piano y solo era de oído. Y digo: “Sí, sí, yo soy pianista”. El me respondió: “Nosotros vamos a formar un grupito y quisiéramos que tu fueras el pianista de nosotros”.  Y le respondo: “Seguro, porque no”. Y nos fuimos a ensayar.

Empezamos a ensayar todos los días, tocábamos la misma pieza; Begin the Beginning.  Alguien, no se quien fue, creo que fue Rudy, porque Rudy era el más atrevido de nosotros; en aquel tiempo tenían show en los  teatros. A las ocho de la noche tenían. . . como se llamaba, una presentación de aficionados.  Y Rudy nos buscó a nosotros una presentación. Y fuimos allí al teatro, imagínate, con una pieza nada más. Con el repertorio de una sola pieza. Y tocamos, y sorpresa de sorpresa, ganamos con The Beginning. Entonces le cogimos el gustito. El premio eran 35 pesos, yo creo que eso eran. . . Y nos pagaron esa cantidad y ahí fue. Y nos inscribimos en otro teatro y allí ganamos el primer puesto. En el primero ganamos el tercero y en el Segundo ganamos el primero. Y ahí empezamos entonces a tocar en bodas.

 

Néstor Gómez: ¿Y cuantos años tenía en ese tiempo?

 

Héctor Rivera: Tenía como quince o dieciséis años. Entonces comenzamos a hacer el repertorio. Y en aquel tiempo salieron los discos de Pupi Campo con Tito Puente dirigiendo. Todavía Tito Puente estaba tocando con él e hicieron Cuando Te Vea, cantando Santitos Colón. De todas maneras, en ese tiempo estaba un cantante que se llamaba Bobby Scoto con la orquesta de Pupi Campo. Y estaba también Tito Puente en los timbales, dirigiendo y haciendo arreglos.

 

Néstor Gómez: ¿Y como era la conformación instrumental del grupo?

 

Héctor Rivera: ¿La instrumentación de nosotros? Era nada más que un sexteto. En el sexteto estaba, yo en el piano — era el único que hacia las melodías. Entonces había timbales, bongo, congas, palitos o claves y maracas. Empezamos a inventar números que cantarían los vocalistas y conseguimos a un cantante: Armando Vega, que era un buen cantante. Estaba bien adelantado. Él sabía más que nosotros, pero era un loco.

 

Néstor Gómez: ¿Y después de esa  experiencia qué pasó?

 

Héctor Rivera: Empezamos a hacer ensayos para bailecitos. Nos contrataban para tocar en cumpleaños, cosas así. Y así conseguimos un bajista. Era un amigo de nosotros. Estaba en la escuela con nosotros. Y el un día se apareció diciendo: “Yo toco bajo”. Le preguntamos: ¿Tocas bajo? Y de verdad yo nunca lo había visto en la calle cargando un bajo. De cualquier manera, él compró un bajo. Entonces lo teníamos en el bajo. Él no sabía tocar nada. No sabía ni afinar el bajo, no sabia nada. Empezamos a afinar el bajo, yo tocaba la nota y le decía esa nota tócala ahí. Ese es el Sol; toca ahí, ese es el Re y así fue entendiendo las notas transportándolas del piano al bajo. Le enseñamos a tocar y entonces yo hice mi estilo de música. . . Tú sabes, si tú lo cogías, tú veías las notas. Pero tú no sabias como era que yo las tenía puestas. Y así fue como empezamos a hacer arreglos.

 

Néstor Gómez: ¿Y quién le dio a usted  idea de como se hacían los arreglos?

 

Héctor Rivera: Porque me empezó a gustar la orquesta de Machito. Me di cuenta de lo que a mí me gustaba eran los arreglos. Yo no sabía lo que era un arreglo. No entendía que era un arreglista ni dada de eso, pero me gustó lo que hacia la orquesta porque sonaba muy diferente, muy moderna, comparada con todas las otras orquestas que estaban por la ciudad.

 

Néstor Gómez: ¿Y usted veía esos arreglos?

 

Héctor Rivera: Yo los veía, pero eso es un poquito más adelante. Para la época de la orquesta de Elmo García que te dije, fue la primera orquesta donde yo toqué.

 

Néstor Gómez: Pero me refiero, ¿quién le dio a usted la idea de que podía hacer arreglos?

 

Héctor Rivera: Yo tenía alguna idea. Nosotros íbamos andando por la calle y yo decía  a los integrantes de la orquesta: “Tu tocas esto, tu vas en la trompeta, tu haces la parte del trombones…” Yo le decía y hacíamos arreglos así, de boca. Tratábamos de acoplarnos en la música. Y, vamos a decir, en un veinte por ciento estábamos bien; pero, de cualquier manera, me abrió los ojos de que alguien tenía que hacer la música.  Los músicos no podían estar tocando eso de su cabeza, tenían que venir de algo. Empecé a averiguar y averigüé que el arreglista era el que organizaba todo para la banda. Él era el que señalaba la responsabilidad  que tenia cada instrumento.

Conocí a Eddie Forestier, un trompetista bien adelantado en el jazz. Él fue uno de los primeros, que yo conozco, que tocaban jazz y estaba tratando de acoplar lo latino al jazz. Eso era lo que quería él. Pero todo el mundo le decía que estaba loco por querer hacer eso. Eso fue como en el año 1948, o cerca de ahí. Él tocaba en la orquesta de Elmo García. La orquesta que yo te dije, que llegué a hacer un álbum mío. Pues él estuvo con Elmo y parece que tuvieron una diferencia y se fue. Entonces, ahí fue que yo entre en la orquesta de Elmo García. En el otro grupo estaban buscando novia y eso. Ya no querían ensayar y entonces lo rompimos. Yo era amigo de Farresthon, fui donde él y le dije: “¿Cómo es que se ponen las trompetas? ¿Cómo se escribe música para las trompetas?” Y él me enseñó. Me dijo: “Lo haces así, así; y lo escribes  así. Y los mides 4X4 y le cuentas donde van las notas, la medida. Y lo cogí y se me pegó. Así fue que empecé. Y todavía conservo el primer arreglo que hice. Ahí lo tengo, algún día lo voy a grabar. Fue un bolero, se llama Nina.

 

 

 

 

Néstor Gómez: ¿Qué formato instrumental tenía esa orquesta?

 

Héctor Rivera: Era un conjunto. Eran cuatro trompetas. Tres y cuatro trompetas y ritmo, piano, bajo y vocalista.

 

Néstor Gómez: ¿Y Elmo García que tocaba?

 

Héctor Rivera: Campana y era el director

 

Néstor Gómez: ¿Entonces usted comienza a hacer sus primeros arreglos?

 

Héctor Rivera: Sí, ahí empiezo a experimentar  y a ver como esto va. Esto va así y tengo donde oírlo. Eso fue lo mejor que me pudo haber pasado. Sacando que, al menos, no me pude haber desconectado en la escuela, pues yo no tenía los chavos [dinero] para poder ir a la escuela. Tuve que aprender todo así.

 

Néstor Gómez: ¿En qué año entra a la orquesta de Elmo García?

 

Héctor Rivera: Por  ahí por el ‘48 ó el ‘47 por ahí.

 

Néstor Gómez: ¿Y que música tocaban ellos?

 

Héctor Rivera: Ellos tocaban de… La audiencia de ellos era diferente  a la de Tito Puente y Tito Rodríguez, porque ellos no tocaban en el Palladium. Ellos tocaban para los sitios de clubes como el Savoy de los americanos; el Golden Gate, el Auto Band, Hunts Point Palace. Todos esos sitios era donde tocaba Elmo. La mayoría de los sitios eran bailes de morenos y tenía muchos fanáticos.

 

Néstor Gómez: ¿Pero la música que tocaban ellos era más bien jazz?

 

Héctor Rivera: No, era música latina, canciones populares. Pero no bien populares, como la Ruñidera. En aquel tiempo estaba un bolero  cha-cha-chá  de Bobby Capó  que se llama Bésame La Bembita, y otro Donde Estabas Tú. Ellos tenían todos esos  números, más los que yo escribía que eran originales.

 

Néstor Gómez: ¿Pero eran Mambos, Guarachas…?

 

Héctor Rivera: Mambos, guarachas, lo que le dije, boleros son. El Cha-cha-chá no había salido. El Mambo era el que estaba a la cabeza.

 

Néstor Gómez: ¿El Mambo al estilo newyorkino, muy diferente al de Pérez Prado?

 

Héctor Rivera: Muy diferente.

 

Néstor Gómez: ¿Y también se tocaba la Rumba? ¿Y todo el repertorio era de música Latina?

 

Héctor Rivera: La Rumba no se tocaba, porque no había nadie que pudiera bailar la Rumba. Una Rumba para nosotros es el bolero. Bésame Mucho, como se llama…. Bésame, bésame mucho…

 

Néstor Gómez: ¿Al estilo de Xavier Cugat?

 

Héctor Rivera: Correcto. Eso era la Rumba para los americanos.

 

Néstor  Gómez: ¿En esos sitios de negros americanos?

 

Héctor Rivera: No, de blancos. El negro Americano bailaba lo mismo que bailaba el latino

 

Néstor Gómez: ¿En los sitios donde tocaba Elmo García?

 

Héctor Rivera: Esos sitios eran casi siempre de morenos americanos.

 

Néstor Gómez: ¿Entonces a los morenos les gustaba la música Latina?

 

Héctor Rivera: No ve que machito tocaba para toda esa gente. Machito tocaba con Dizzi Gillespie, con toda esa gente en El Birland, Riserose, Bud City. Ellos conocían la música latina oyendo la orquesta de Machito. Entonces, vamos a decirlo, Elmo es como si fuera una banda latina para los morenos. No para los morenos, sino para las personas que no tienen muchos chavos [dinero] para los otros sitios... Sí, porque aquella gente tocaba en el Carnegie Hall y todo eso. Machito, ahí era donde tocaba, en el Carnegie Hall, los salones bien grandes, los hoteles más grandes del Concord y todo eso. La cumbre era El Palladium, el que tocaba ahí era lo que estaba pasando.

 

Néstor Gómez: ¿Cuánto tiempo permaneció con Elmo García?

 

Héctor Rivera: Yo duré como… te voy a decir que yo me fui como en el ‘51 más o menos por ahí [cerca de tres años]. Ahí fue que empecé tratando de buscar un baile para el grupito mió.

 

Néstor Gómez: ¿Usted comenzó  a pensar en la creación de un grupo suyo?

 

Héctor Rivera: Siempre. Desde un principio.

 

Néstor Gómez: ¿Y siempre pensaba en que tipo de orquesta quería formar? ¿Cuál era el tipo de agrupación ideal que usted quería formar?

 

Héctor Rivera: Con la cuerda de saxofones, con la cuerda de trombones, una banda grande. Una Jazzband. Pero me conformé con cuatro trompetas, un conjunto.

 

Néstor Gómez: ¿En el año ‘51?

 

Héctor Rivera: Sí, por ahí.

 

Néstor Gómez: ¿Y cómo le fue con esa orquesta?

 

Héctor Rivera: No pude hacer nada porque ahí fue que me llevaron para el Army. En el ‘53 tuve que irme para el Army.

 

Néstor Gómez: ¿Entonces prácticamente duró  un tiempo sin hacer música?

 

Héctor Rivera: No, estaba tocando con la Banda pero no tocaba muchos bailes, los pocos bailes que podía conseguir porque no tenía discos grabados. Entonces yo me volví loco tratando de conseguir una grabación antes de irme, para dejar algo para cuando regresara. Pero no pude conseguir nada.

 

Néstor Gómez: ¿Cuándo estuvo en el Army no desarrolló ninguna actividad musical?

 

Héctor Rivera: ¡Oh! Sí. Había un show que hicimos que se llamaba Real God, en el Army, con músicos del Army. Yo estaba en el Army pero estaba en la fuerza aérea. Y estaba trabajando para una rama o una parte de la fuerza aérea que era “Sección de Entretenimiento”

 

Néstor Gómez: ¿Cómo músico?

 

Héctor Rivera: Sí. Te voy a decir la cosa como fue. Cuando yo estaba en el Army, me mandaron para Corea. Estábamos en Corea y decidieron mudar a todo batallón. Nos mudaron para Guam. Guam es una isla en el pacifico, parte de la cadena Mariana Islán. Ahí era donde estaba la organización de la fuerza aérea que tenía que presentaban los show. El primer día que llegamos allá, estaba todo el mundo cansado de bajarse del barco y cargando las cosas. Y estábamos ahí hablando y en eso, cuando suena el teléfono. Lo cogió uno de los muchachos  y dice: “Es para tí”. ¿Quién me conoce y me está llamando a mi en Guam? Y me dicen: “Hola  ¿es Héctor Rivera?” y respondo: “Sí”. Y me dicen: “Bueno nosotros estamos aquí y sabemos que usted toca piano y pertenece a la unión de la ciudad de Nueva York y estamos llamando porque necesitamos un pianista para el Club de Oficiales”.  Entonces me vinieron a buscar en una limosina. Y todo el mundo diciendo ¡Woo!, ¡woo! Y me llevaron a tocar al Club.

 

Néstor Gómez: Para lo que le sirvió la música.

 

Héctor Rivera: Ahí fue que me conecté  con el show de la Fuerza Aérea.

 

Néstor Gómez: ¿Y cuanto tiempo permaneció en la Armada?

 

Héctor Rivera: Nada más que estuve casi..., déjame ver, diez meses.

 

Néstor Gómez: ¿O sea que estuvo sólo en el año ‘53?

 

Héctor Rivera: Yo entré en el ‘53 y salí en el ‘55. En Corea estuvimos hasta noviembre, eso creo. Estuvimos en Corea hasta noviembre. Vamos a decir hasta diciembre. De ahí nos mudamos para Guam. En Guam, estuve allí hasta noviembre también, casi un año. Y de ahí, de Guam, me mandaron para los Estados Unidos. Entonces estuve en Nueva Jersey, hasta que me dieron la baja.

 

Néstor Gómez: ¿Y cuando usted sale del Army?

 

Héctor Rivera: Es de lo que te estaba contando del Cha-cha-chá, que había salido el cha-cha-chá y a mi no me gustaba. Me cayó pesado. Entonces tuve que aprender de nuevo a gustarme la música otra vez. Porque, como te dije, cuando yo me fui estaban tocando mambo. Estaba el mambo en todo su apogeo.  Estaban tocando mambo y eso. Y yo esperaba una cosa del otro mundo y cuando vi que era una música con violines, con flauta y güiro…

 

Néstor Gómez: ¿Eso fue en el año ‘56?

 

Héctor Rivera: en el ‘55

 

Néstor Gómez: ¿Y quién tocaba esa música aquí con violines…?

 

Héctor Rivera: Tito Puente. No, no, violines no. No había orquestas de violines todavía. Quien estaba era Tito Puente, Tito Rodríguez tocando cha-chachá

 

Néstor Gómez: ¿Oiga, también había aquí una orquesta el Sexteto la Playa?

 

Héctor Rivera: Ese era un buen grupo.  Pero ellos ponían una orquesta más grande en sus discos. No eran Sexteto para grabar. En personas si eran sexteto.

 

Néstor Gómez: ¿Quién era el dueño de ese sexteto?

 

Héctor Rivera: Paúl Payo  Alicea

 

Néstor Gómez: ¿De dónde era él? ¿Ellos eran de aquí?

 

Héctor Rivera: Yo no se si él era cubano… de todas maneras él y la mujer. Ella era Maria y él era Payo. Ellos estaban bien plantados con los americanos. Ellos tenían ese mercado.

 

Néstor Gómez: Ahora que sale del Army ¿qué actividad musical hace? ¿Qué ocurre con Héctor Rivera?

 

Héctor Rivera: Pues tuve que empezar otra vez de nuevo. Aprendiendo como tocar los guajeos del cha-cha-chá y el estilo del cha-cha-chá. Como iba. Me cogió como dos años. Empecé a tocar con un judío que tenía un grupito, un conjunto, que imitaba a Tito Puente, cuando Tito Puente tocaba el vibráfono. Se llamaba Alfredito. El nombre de él era Al Levy, el nombre verdadero. Pero para tocar la música latina se ponía Alfredito. Y estuve ahí, vamos a decir, como unos seis o siete meses. Y entonces tuve la dicha de que un amigo a quien yo le había hecho unos arreglos antes de irme para el Army, me vio en la unión y me dice: “¿Qué tú estas haciendo?” Y yo le dije: “Tocando ahí con Alfredito”. Y me dice: “Te gustaría tocar con una banda latina que está en todo su apogeo”. Le digo: “Seguro”. .Entonces me dice OK, vente aquí a tal y tal sitio y me llevó a conocer y me presentó  a Moncho Leña. Y ahí fue que empecé a tocar con la orquesta de Moncho Leña. Y estuve con él como dos años.

 

Néstor Gómez: ¿Ellos estaban radicados aquí en Nueva York?

 

Héctor Rivera: Ellos estaban bien parados. Dicen que en un tiempo casi tumbaban al Palladium.

 

Néstor Gómez: ¿Y quien era el cantante, Mon Rivera?

 

Héctor Rivera: Mon Rivera

 

Néstor Gómez: ¿Y ellos tocaban era pura Plena y Bomba?

 

Héctor Rivera: Pura Plena y Bomba. No mucha Bomba. Más  Plena que nada.

 

Néstor Gómez: ¿Eso fue en que año?

 

Héctor Rivera: Eso fue el ‘56 y algo. Mediados del ‘56.

 

Néstor Gómez: Cuando usted se incorpora a la banda, ¿hace arreglos para Moncho Leña?

 

Héctor Rivera: Sí, le hice unos dos o  tres arreglos.

 

Néstor Gómez: ¿Y cuanto tiempo permanece con Moncho  Leña?

 

Héctor Rivera: Como dos años. Ellos eran de Mayagüez, el pueblo de la mujer mía. Ellos eran como una familia, casi una familia.

 

Néstor Gómez: ¿Y esa banda que instrumentación tenía?

 

Héctor Rivera: Lo mismo. Conjunto. Cuatro trompetas y ritmo. Eso es lo que más me gusta a mí ahora.

 

Néstor Gómez: ¿Pero Mon Rivera cantaba y también tocaba los trombones?

 

Héctor Rivera: No, en la orquesta no.

 

Néstor Gómez: ¿Pero él también era trombonista, no?

 

Héctor Rivera: No que yo sepa. Él tocaba cualquier cosa. Él también tocaba piano. No perfecto, pero,  tú sabes, podía tocar sus numeritos. El también hacia arreglos. Los arreglos de Alo! ¿Quién Llama? es de él. Y de Carbón, carbón, carbón de palito.

 

Néstor Gómez: ¿Él era compositor, arreglista, cantante e instrumentista?  Era un. . .

 

Héctor Rivera: Y tocaba un güiro de madre. Uuuhhhh!! ¿Tú nunca lo viste tocar el güiro?

 

Néstor Gómez: No, ¿Y él de donde era?

 

Héctor Rivera: De Mayagüez. Toda la banda era mayagüezana, el único de afuera era yo.

 

Néstor Gómez: Usted que tuvo oportunidad de conocer a Mon Rivera: ¿Él era muy alegre?

 

Héctor Rivera: Él era bien chévere.

 

Néstor Gómez: ¿Era algo así como Ismael Rivera?

 

Ismael Rivera. Cortesía de Izzy Sanabria, para Herencia Latina

 

Héctor Rivera: No, porque Mon Rivera era pacífico, Ismael Rivera era fuerte, era macho. Era un Macho man. Muy diferente. Mon Rivera no, Mon Rivera era. . . todo para él era chiste.

 

Néstor Gómez: Llegamos ya al año ‘58 con Mon Rivera y Moncho Leña. ¿Qué pasa después con Héctor Rivera?

 

Héctor Rivera: Yo creo que me fui para la orquesta de Vicentico Valdez. Si yo empecé a tocar con Vicentico Valdez.

 

Néstor Gómez: ¿Pero ya había conocido a Joe Cuba?

 

Héctor Rivera: Uh! Joe es desde el principio. Joe es desde cuando tocábamos en Alfarona X.

 

Néstor Gómez  ¡Ah! Usted también tocó con Alfarona X?

 

Héctor Rivera: Sí, sí.  Ellos tuvieron una votación a ver si entraba al grupo.

 

Néstor Gómez: ¿Como fue esa experiencia con Alfarona X?

 

Héctor Rivera: Fue muy corta porque no duró mucho. Y no duró mucho porque ahí fue que me fui para el Army.

 

Néstor Gómez: ¡Oh! En el año ‘52, ‘53.

 

Héctor Rivera: En el ‘53 ya estaba en el Army!

 

Néstor Gómez: Entonces en el ‘52 fue cuando usted estuvo con Alfarona X?

 

Héctor Rivera: Sí, al principio del ‘52.

 

Néstor Gómez: Y usted me decía algo de Alfarona X, que el director de Alfarona X era. . .

 

Héctor Rivera: Sixto Martínez, Fleming y Pucho.

 

Néstor Gómez: ¿Eran tres directores?

 

Héctor Rivera: Sí. Era una cooperativa. No te digo que votaron para poder dejarme entrar a mí. Ellos votaron. Tuvieron una reunión y todo el mundo dijo o lo escribieron, yo no sé como fue que lo hicieron. Yo no estaba ahí. Entonces votaron y me dieron el trabajo.

 

Néstor Gómez: O sea, necesitaban un pianista y había varios candidatos.

 

Héctor Rivera: No necesitaban un pianista, porque ellos tenían un pianista y él tocaba bien; pero necesitaban un pianista más moderno. Que estuviera más swing.

 

Néstor Gómez: Como estamos en la trayectoria de lo que ha hecho Héctor Rivera. Hay un episodio que me había comentado y fue la primera grabación que hizo en unas circunstancias muy especiales. Cuéntenos como fue eso

 

Héctor Rivera: ¡OK! Cuando yo tocaba con Elmo García, yo era pianista y arreglista. Yo ensayaba la orquesta cuando traía los números. Cuando vine del Army, él estaba tocando para los morenos todavía, pero no había grabado nada. Entonces él se me acercó y me dijo: “Yo necesito unos arreglos para una grabación que tengo”. Yo le dije: “Okay, esta bien, pero ¿me van a pagar verdad? Y me dijo: “Sí”. Entonces yo fui para mi casa a hacer los arreglos y llegó  el día de la grabación. Estamos grabando, pero él parece que dejó  las cosas para el último minuto. Y llegó con unos chicos que no estaban lo suficientemente bien preparados para tocar lo que yo había traído. Entonces grabamos y algunos de los músicos dijeron dale, sigue, pero muchas cosas pasaron. Entonces el productor de la grabación salió y vino donde él (Elmo) y le dijo: “¿Oye, que pasa aquí? ¿Dónde está el resto de los números? Estamos supuestos a grabar un álbum”. No le había dicho nada. Entonces Elmo le dijo que no tenía números, pero que yo tenía más números. Entonces vino donde mí y me preguntó si tenía números y yo le dije: “Sí yo tengo números pero esos números son para mí. Yo los tengo para grabarlos, no para grabarlos con otra persona”. Ellos siguieron ahí porfiando (discutiendo). Entonces regresó el productor y me dijo: “Si yo te consigo una grabación, ¿tú traes tus números?” Y le digo: “Seguro”. “¡Pero tiene que estar mi nombre en el álbum!” Así fue que hicimos esa grabación. Así fue que vino la grabación del primer álbum que yo hice.

 

Néstor Gómez: ¿Y qué músicos utilizó?

 

Héctor Rivera: ¡Oh! Entonces lo bueno es que el productor conocía a Mario Bauzá. Y llamó a Mario Bauzá y él vino con la orquesta de Machito, sin los saxofones. Y tuve la dicha esa de grabar con la orquesta de Machito, sin los saxofones.

 

Néstor Gómez: ¿Y que músicos eran? ¿Cuántas trompetas usaron allí?

 

Héctor Rivera: Cuatro.

 

Néstor Gómez: ¿Recuerda los nombres de esas trompetas?

 

Héctor Rivera: Sí, estaban Paquito, Mario, Bobby Woodlen y Doc Cheatham.

 

Néstor Gómez: ¿Esos dos últimos eran americanos, no?

 

Héctor Rivera: Sí. Siempre tenía americanos ahí. Bobby Woodlen se ponía un nombre latino.

 

Néstor Gómez: ¿Pero ellos tocaban muy bien la música Latina?

 

Héctor Rivera: Oh! Sí, ellos tocaban bien…

 

Néstor Gómez: ¿Y Paquito quien era?

 

Héctor Rivera: Dávila, era puertorriqueño y él era la trompeta que pitaba.

 

Néstor Gómez: ¿El que hacia los solos?

 

Héctor Rivera: No, no. Solos no. Los pitazos cuando la orquesta te esta dando ponche. Una trompeta bien, bien alta ahí.

 

Néstor Gómez: Por ejemplo, usted recuerda el tema ese “El Adiós”. ¿Quién hace ese solo de la trompeta que lleva la melodía?

 

Héctor Rivera: Ese es Mario tocando la melodía. Pero  la parte donde las trompetas vienen con todo, bien fuerte, bien altas, ese es Paquito Dávila.

 

Néstor Gómez: ¿Y el resto de la agrupación fue también de la parte de la sección rítmica de Machito?

 

 

  Uba Nieto, timbalero de Machito; José Mangual, bongosero de Machito  y Carlos Patato Valdez. Foto de ©Martín Cohen.

 

 

Héctor Rivera: ¡Oh! Se me olvidó. Estaba Patato, Uba que era el timbalero de Machito. Patato era el conguero o tumbador. El bongosero era Mangual. José Mangual.

 

Néstor Gómez: ¿El padre?

 

Héctor Rivera: El papá. El bajista era Nilo Sierra. Ese fue el grupo  musical.

 

 

Néstor Gómez: ¿Y como se llamó el álbum ese?

 

Héctor Rivera: Let’s Cha-chachá. Bailemos Cha-cha-chá.

 

 

Álbum Original: Lee's Cha Cha Chá.  Cortesía de nuestro  colaborador y  coleccionista en Arizona. David Cantrell.

 

 

Néstor Gómez: ¿Después de la grabación ya no hubo más..., no continúo con la orquesta?

 

Héctor Rivera: No, no hubo nada más porque estaba como siempre…, siempre me pasa eso. Estaba en una compañía americana que no estaba mezclada con los negocios latinos. No había publicidad, no había nada. Los discos no estaban en las tiendas. Los discos nada más que estaban en las tiendas americanas, no los tenían en las tiendas latinas y no le daban publicidad. No lo tocaban en la radio. Entonces tenia que morir.

 

Néstor Gómez: Bueno, entonces estábamos con Vicentico Valdez., ¿Cuánto tiempo permaneció con Vicentico?

 

Héctor Rivera: Yo creo que estuve de unos tres a cuatro  años. Estuve con Vicentico. Y fue bueno. Fueron unos buenos años  de mi carrera. Me estoy acordando ahora de un baile que tocamos donde pusieron el Cheetah, el primer Cheetah. Que era ahí de aquel lado del Palladium, al cruzar la calle del Palladium. El primer Cheetah se llamaba El Akebia antes de ser El Cheetah. Y tocamos un baile ahí bien, bien chévere, con los violines, flauta, saxofones trompetas, un bandón.

 

Néstor Gómez: ¿Esa era la orquesta de Vicentico?

 

Héctor Rivera: Sí; pero eso fue por un día nada más. Porque la gente quería oír los boleros esos bien lindos con todos los violines y todo eso. Y siempre lo que usaban en los bailes era trompetas y saxofones.

 

Néstor Gómez: Y usted era al que le correspondía como pianista, porque generalmente es al pianista el que lleva todas las secciones. ¿Entonces a ústed era al que le correspondía esa responsabilidad?

 

Héctor Rivera: Más o menos.

 

Néstor Gómez: Yo tengo entendido que el pianista es el que tiene que estar pendiente si entre la sección de las trompetas, llevarle el acompañamiento, marcarle. . .

 

Héctor Rivera: Ese viene siendo el conductor. Ese no viene siendo el pianista, porque el pianista tiene que tocar su parte y tiene las manos llenas con todos esos arreglos. Un conductor si. Un conductor da todo lo que tiene que hacer, dirigir la orquesta y las secciones.

 

Néstor Gómez: ¿Además de tocar el piano con Vicentico también le hizo arreglos?

 

Héctor Rivera: No, no le hice arreglos. Nunca tuve la dicha. Ya él casi no tocaba aquí. Él bien raro tocaba. Él siempre que venía aquí era de paso para ir para otro sitio. (Aquí Héctor se está refiriendo a Miguelito Valdez a quien yo había mencionado por equivocación) Él se hizo solista. Pero él tuvo su época en el Palladium. Tuvo una orquesta ahí bien linda, bien grande, con buen sonido. Tenía cuatro trompetas y cinco saxofones.

 

Néstor Gómez: ¿Y él mismo la dirigía?

 

Héctor Rivera: El mismo la dirigía.

 

Néstor Gómez: Oiga Vicentico era un tremendo. . . (Interrumpe Héctor),

 

Héctor Rivera: No, no estoy hablando de Miguelito Valdez. Estoy hablando de Miguelito Valdez que tenía una orquesta bien grande. La de Vicentico era más pequeña. La de Vicentico era tres o cuatro trompetas con dos saxofones. Era más pequeña.

 

Néstor Gómez: ¿Y hasta que año estuvo con Vicentico?

 

Héctor Rivera: ¡Uh! es duro. Fue el sesenta y algo, no me acuerdo.

 

Néstor Gómez: Apenas salió de Vicentico fue cuando usted me dijo que había entrado a la orquesta de Pacheco

 

Héctor Rivera: Sí.

 

Néstor Gómez: ¿O sea que cuando Pacheco acabó  con la charanga, que fue en el año ‘64, enseguida organizó  la banda?

 

Héctor Rivera: Yo no recuerdo si fue enseguida.

 

Néstor Gómez: Pacheco comenta que él acabó con la charanga y formó el conjunto, porque fue cuando se hizo la feria de Nueva York aquí.

 

Héctor Rivera: Sí, yo toqué con él...

 

Néstor Gómez: ¿Cómo fue ese proceso que usted saliendo de orquesta de Vicentino, Pacheco lo llama?

 

Héctor Rivera: Porque él había oído unos discos míos que yo te dije ahorita que hice en el sello Columbia.  Entonces, a él siempre le gustaron los números míos y parece que esa fue la oportunidad para llamarme. Y así fue que empecé con él, entrando en la feria mundial.  Ahí fue que empezamos. Y estaba Cachao en el bajo, Chocolate en la trompeta. Otro trompeta cubano que no recuerdo su nombre. Estaba también Geoge Mazzenet, el director de la Charanga América y Pete Rodríguez cantando.

 

Néstor Gómez: ¿Qué números estaba interpretando? ¿Los del primer álbum con el tumbao Cañonazos?

 

Héctor Rivera: Cañonazos y los números esos, Besito de Coco

 

Néstor Gómez: ¿Pura música de la Sonora Matancera?

 

Héctor Rivera: Sí, y unos dos o tres arreglos que yo le hice. Uno esta grabado el Galán, galán, que está en el álbum ese “Pacheco en la Feria Mundial” y una bomba que hicimos juntos. Se me olvidó el nombre de la bomba.  Pero estaban en el primer álbum ese de… bueno no es el primer álbum, yo digo el primero porque ese fue el primer álbum que yo grabé con él. Pero el primer álbum fue Cañonazos. Entonces el de La Feria Mundial viene siendo el Segundo álbum, pero ese fue cuando la banda de verdad estaba junta. El primer álbum era un escogido.

 

Néstor Gómez: ¿Ahí  si estuvo Héctor Pellot?

 

Héctor Rivera: No, Héctor Pellot no fue el pianista ahí. El pianista fue  Felipe Yánez, que tocaba piano con Tito Rodríguez.

 

Néstor Gómez: ¿Y cuánto tiempo permanece con Pacheco?

 

Héctor Rivera: Como dos o tres años.

 

Héctor Rivera y Tony Molina

 

Néstor Gómez: ¿Usted participó también en otras grabaciones además del de La Feria?

 

Héctor Rivera: Sí, yo estoy en Pacheco Te Invita a Bailar y el otro Viva Afrecha.

 

Néstor Gómez: ¿Con Monguito y Chivirico?

 

Héctor Rivera: Si con Monguito y Chivirico.

 

Néstor Gómez: ¡Oh! Ahí están los temas La Mujer Del Peso, La Rebelión.

 

Héctor Rivera: La Rebelión De Mayo esa fue la última sesión que yo hice

 

Néstor Gómez: También esta el Chambolon Bacalao

 

Héctor Rivera: Ahí yo tocó el piano.

 

Néstor Gómez: ¿Y todos esos temas son tomados de otros autores o algunos son de la creatividad como si fueran temas inéditos?

 

Héctor Rivera: Muchos de esos números son números que están grabados por otras orquestas, por otros artistas en Cuba o por otro lado. Como ese de La Rebelión De Mayo yo creo que ese es del Duo Los Compadres.

 

Néstor Gómez: ¿Y quién hizo los arreglos de esos álbumes? ¿Usted no participó en arreglos ahí?

 

Héctor Rivera: Ahí no, yo llegué hasta Viva África

 

Néstor Gómez: Bueno, termina de trabajar con la agrupación de Pacheco. Ahora: ¿Por qué sale de la orquesta de Pacheco?

 

Héctor Rivera: Salí  de Pacheco para formar mi grupo. Desde hacía un  tiempo yo venía con la idea de formar mi propia agrupación. Pero no encontraba como empezar. Porque en aquel tiempo yo estaba viviendo de la música y si me iba de Pacheco no había cheque. Así es que me fui. Me di la oportunidad a ver lo que pasaba. Encontré un buen amigo, José Cortez, que tenía las conexiones de una compañía de discos americanos que estaban interesados en entrar en el Mercado latino. Y entonces él me llevó y me presentó al señor. Me dijo: “¿Tú eres el que escribiste Bang Bang?”, y le respondí: “Bueno, yo no escribí Bang Bang. Yo lo único que tengo de Bang Bang son las voces, que son las voces de los hijos míos que cantan ahí con el hijo de Nicki”.  De manera que decidimos hacer una orquesta, o conjunto, mejor dicho.  Monguito estaba esperando que yo hiciera algo para venirse conmigo y Chivirico Dávila también. Así es que, esta es la verdad.

 

Néstor Gómez: ¿Ya ellos habían grabado con Pacheco?

 

Héctor Rivera: Sí, ya ellos habían hecho todo y se habían quedado, esperando que yo hiciera algo. De manera que formamos el grupo nos fuimos para las grabaciones. Íbamos a grabar Aunque tu Mamí  y Hueso. Entonces los dos números americanos que eran At The Party y Do it To Me. Lo que pasó en la grabación fue lo siguiente. Me llamaron de parte de Joe Cuba. Joe Cuba me dijo: “Qué es esto que tú estas grabando, un Bang, Bang?”.  Y digo: “No, yo no estoy hacienda un Bang, Bang”. “Oh si me dijeron que tú estas usando las voces de los nenes”, me respondió Joe Cuba.  Yo le  dije: “Yo estoy usando las voces de los nenes, pero esos nenes son mis hijos. Y también yo no estoy haciendo un Bang, Bang. Yo estoy haciendo otra cosa”. Joe me dice: “Bueno, déjame hablar con Jimmy”. Y habló con Jimmy Sabater y entonces Jimmy responde: “No puedes seguir en la grabación porque el director de la compañía TICO, no quiere que lo grabes”. Entonces también se lo dijeron a Wllie ―Willie Torres que era conmigo número uno ―, les dijo: “¿Ustedes me van a pagar por la grabación?” Entonces le dijeron: “No”. Entonces dice: “Están locos, Héctor me va a pagar por la grabación entonces me voy a quedar con Héctor”. Pero tuve que abandonar la grabación, porque se había pasado el tiempo que destinaba el estudio para la grabación.  Además venía otro grupo para grabar.  Así es que yo le dije a Joe Cuba: “Yo te pregunté si yo podía usar a Jimmy Sabater y a Willie Torres”. Y me dijo: “Si pero no para hacer un número así”. A lo que le reposté: “Bueno, lo siento, yo lo que estoy grabando es un número americano pero no se parece en nada a Bang, Bang”. Y así fue que tuve que buscar otra gente para grabar.

 

Néstor Gómez: ¿O sea que la voz que iba a grabar esos temas era la de Willie Torres?

 

Héctor Rivera: No, no, no. Era Monguito, sí porque para mí ― y es una cosa que te quería también decir ―, para mí los números principales eran “Aunque Tu Mami” y “Hueso”.   “At The Party” estaba  ahí de relleno nada más. “At The Party” y el otro lado estaban ahí era para relleno.

 

Néstor Gómez: El otro lado era Playing it cool

 

Héctor Rivera: No, no. Playing it Cool nó. Playing It Cool era para otra sesión. La  primera sesión fue Hueso”, Aunque Tu Mami, At The Party y Do It To Me. Esos son los números de la grabación. Mientras tanto, ya había puesto las pistas de la orquesta. Así es que el cantante me sorprendió, el cantante Ray Palace. El que cantó At The Party. Me sorprendió, él dijo, no yo voy a grabar.

 

Néstor Gómez: ¿Como consiguió a ese cantante?

 

Héctor Rivera: Trabajando con Joe Cuba. Él estaba trabajando con Joe Cuba por eso yo le pregunté y le pedí permiso para usarlo. Él estaba cantando en los coros, él no estaba firmado con Joe Cuba.  Él podía hacerlo sin el permiso de Joe Cuba. Pero yo, para hacerlo legal, le pedí permiso a Joe Cuba.

De esta manera, los productores se llevaron las pruebas en cinta. Algo importante, los productores y los dueños de la compañía, estaban locos y enamorados con el número At The Party. Yo les decía: “Pero esos no son los números principales, los números son el Hueso y Aunque Tu Mami. Ellos me respondieron: No, no, es “At The Party”. Entonces fui y busqué un grupo de morenos: una mujer y dos tipos, para formar el coro. Además agregué en los coros a los hijos míos. Y así grabamos At The Party. Le pusimos las voces a At The Party. Y ahí fue que salió la cosa.

 

Néstor Gómez: ¿Cómo estaba constituída la orquesta que grabó ese tema?

 

Héctor Rivera: Yo busqué todos los músicos de forma individuales. Tenía al panameño Vitín Paz en la trompeta, un moreno americano que era bien, pero bien fuerte.  No me acuerdo de su nombre. En el ritmo estaba Jimmy Sabater, tocando los timbales. En el bongó estaba Juan Méndez, cubano que esta en Florida.  En las congas  estaba Quique Pérez y en el bajo estaba Israel Cachao López.

 

Néstor Gómez: ¡Oh! ¿El bajo de At The Party era Cachao?

 

Héctor Rivera: Sí. Él está en Hueso, Aunque Tu Mami  y Do It To Me

 

Néstor Gómez: ¿O sea, grabaron esos cuatro temas primero?

 

Héctor Rivera: Sí, no nos dio el tiempo porque, entre las llamadas que hicieron para parar a Jimmy y las discusiones que generó tal percance, nos agotó el tiempo destinado para la grabación. Por lo que se cambió el tiempo.

 

Néstor Gómez: ¿Y entonces para completar, en la grabación del álbum fue cuando se vino a cambiar al personal otra vez?

 

Héctor Rivera: Sí. Los cantantes y  eso es todo, los cantantes.

 

Néstor Gómez: Pero de todas maneras el que canta At The Party es. . .

 

Héctor Rivera: Ray Palace

 

Néstor Gómez: Que pertenecía a el Sexteto de Joe Cuba. Y el que canta ahora… Con los otros temas ¿cómo hicieron para seleccionar los temas y completar el álbum?

 

Héctor Rivera: Ya estaban todos los temas listos. Lo que pasó fue que pararon la grabación, porque ellos ― los empresarios disqueros ― se conocían, no ve que la compañía con que yo estaba grabando eran también mafiosos. Todos eran iguales. Eran unos  mafiosos judíos.

 

Néstor Gómez: ¿Cuál era la compañía donde ústed estaba grabando?

 

Héctor Rivera: Barry Records.

 

Néstor Gómez: ¿Y la compañía para la que estaba grabando Joe Cuba?

 

Héctor Rivera: Era TICO.

 

Néstor Gómez: ¿Y eran competencia?

 

Héctor Rivera: Supongo que si eran competencias. No tanto porque aquella — Barry Records — no estaba metida en el negocio latino. Aquella estaba metida en el negocio americano. Pero al grabarme a mi se metieron en lo latino.

 

Néstor Gómez: ¿De todas maneras, Víctor Paz si estuvo en todas las grabaciones?

 

Héctor Rivera: Sí.

 

Néstor Gómez: ¿Y cuantas trompetas eran?

 

Héctor Rivera: Cuatro.

 

Néstor Gómez: ¿Y las otras tres trompetas que participaron en todas las grabaciones, quienes fueron?

 

Héctor Rivera: No me acuerdo de los nombres ahora.

 

Néstor Gómez: ¿Había un americano?

 

Héctor Rivera: Sí, si, hay latinos y americanos.

 

Néstor Gómez: ¿Pero Cachao si participó en todas las grabaciones?

 

Héctor Rivera: ¿Cachao?  No, Cachao nada más que hizo los cuatro números esos. Entonces Bobby Rodríguez hizo el resto.

 

 

 Álbum original: At the Parthy. Cortesía del profesor y  coleccionista en Colombia: Joaquín Dejanón

 

Néstor Gómez: ¿El cantante que canto At The Party nada más canto ese tema?

 

Héctor Rivera: Cantó ese tema y Do It To Me

 

Néstor Gómez: ¿Y el otro cantante quién fue?

 

Héctor Rivera: Dave Coleman

 

Néstor Gómez: ¿También americano?

 

Héctor Rivera: Sí, también americano.

 

Néstor Gómez: ¿Él es el que canta Playing It Cool?

 

Héctor Rivera: Sí, Playing It Cool y todos los otros números, My Foolish Heart.. . .

 

Néstor Gómez: ¿Quién es el autor de la letra, la melodía, y el arreglista de At The Party?

 

Héctor Rivera: Todo, todo lo hice yo. Lo único que yo no hice ahí fue cantarlo.

 

Néstor Gómez: ¿Cuál fue la motivación para crear ese tema tan fabuloso?

 

Héctor Rivera: Porque ellos querían una cosa americana. Como Bang, Bang, pero no era como Bang, Bang. Porque no tiene nada que se parezca a Bang, Bang. Entonces yo  empecé a pensar que se puede hacer. Y me vino la idea de hacer como un “party”. Cuando yo era muchacho haciamos “parties” [bailes] durante la semana y  lo regaba de boca en boca. Y tú pagabas una “quora” (Quarter) y entrabas en el party. Ahí tú bailabas por tu “quora” toda la noche. Yo me acordé de eso y yo dije; “Voy a hacerlo como que el tipo esta llamando a todo el mundo: “Every body, everybody, vente para el party””. Y entonces les esta diciendo lo que va a haber en el “party”. Que si trae los discos. Y como la gente llevaba los discos de ellos Bring the records, every body. Por eso es que esta eso. Todo eso era lo que me pasaba a mi cuando era muchacho, cuando íbamos a los “parties” que teníamos. Lo único era que nosotros no lo llamábamos “party”, lo llamábamos “Shendish”

 

Néstor Gómez: ¿Y que significa eso?

 

Héctor Rivera: Un “party”. Ese es un “party”. No es una palabra común.

 

Néstor Gómez: Oiga y ese sabor conque el cantante interpreta At The Party

 

Héctor Rivera: Ohhh! Ese fui yo quien se lo enseñó. Si, yo estuve ahí…

 

Néstor Gómez: ¿Y él era cantante de que género?

 

Héctor Rivera: Él fue un bruto. Él se hubiera agarrado de eso. Eso fue otra pelea. Te lo voy a decir si es verdad.  La primera presentación que vino de la grabación esa, fue en Brooklyn; en un teatro de esos, de morenos.  El show bien grande. Entonces yo no tenía la banda todavía, yo no la tenía todavía organizada. Lo único que yo tenía era Mangual (padre), el conuguero Luis Miranda, el cantante que era Ray Palace y una trompeta.  Lo que ellos quisieron hacer — porque siempre están buscando ahorrar chavos —, cogieron la orquesta del show que acompañaba a los otros artistas y la  mezclaron con la mía.  Los pusieron juntos para tocar y eso. Entonces empecé a meter el sentimiento — en aquel tiempo, no todo el mundo podía tocar la música latina, ya que por mucho que tú leas o seas músico estudiado, tienes que tener algún sentido para tocarla. Entonces empezamos el show y parece que el maestro de ceremonia le metió cosas en la cabeza al cantante y le empezó a decir “que porque no ponen el nombre de él grande al frente, entonces acompañado por Héctor Rivera”. En fin, se le fue el éxito a la cabeza, y vino donde mí y me dijo en medio de un set: “Óyeme, yo creo que mi nombre debe estar allá arriba,  y tan grande como el tuyo”. Yo dije: “Je!”.  El me respondió: “Si, si, porque yo soy el cantante, la gente me vino a ver a mi”. Digo yo: “¿Sí?, yo no creo que tú fuiste el que escribiste esto: ¿Lo hiciste tú?”. “Tú nada más has hecho lo que yo te dije que hicieras”. Luego me dijo: “No, entonces yo no voy a poder seguir así. Y dije: “Ok esta bien. Cuando termine el contrato, te vas”. Y así fue que se fue. Pero el tipo fue bobo porque él hubiera seguido tratando de hacer más números en esa dirección. Tú sabes, en su carrera, en su estilo. Yo no voy a detenerlo que haga algo de él mismo.  Pero él  quería otra cosa. Nunca hizo nada.

 

Néstor Gómez: ¿Y entonces el otro cantante, si permaneció con ústed?

 

Héctor Rivera: Sí, ese sí. Ese era un tiro. Lo único malo era que le tenía miedo al agua. Pero, ese muchacho era un moreno americano, y sabía todos los números latinos. Él les decía a los cantantes cuando tenían que entrar.  El nombre de él era Dave Coleman. Le digo que era porque él ya murió.

 

Néstor Gómez: Hablemos un poquito de esos dos temas At The Party y Playing It Cool.  Una cosa que llama la atención es la clase de “cortes”  y la influencia del sonido permanente de las palmas evidenciando la presencia de la música americana   

 

Héctor Rivera: ¡Ohh!, OK. Ese es el dos y el cuatro. One-two-three-four. Eso viene del jazz.  Pero lo usan también en el rock and roll y eso. Pero en rock lo usan no tan sofisticado como en el jazz.  Si tú lo oyes, esta en At The Party.

Tic-tarac-tarac, Tic-tarac-tarac. Eso lo llaman Back beat o golpe de atrás. (Héctor ilustra señalando como los golpes caen en las posiciones dos y cuatro del conteo de cuatro tiempos)

 

Néstor Gómez: ¿Y cómo se puede interpretar lo de esas trompetas bien arriba?

 

Héctor Rivera: Para darle mas vida al número. Para que se sienta más vivo, más alegría, que te dé un impulso.

 

Néstor Gómez: ¿Entonces la motivación de esos dos temas fue por petición de los directores de la compañía discográfica?

 

Héctor Rivera: Ellos pidieron números así. Ellos no me dieron temas. Los temas los escribí yo, los hice yo.

 

Néstor Gómez: Si esos temas en aquellas época fueron un éxito  (en Colombia y algunos países de América Latina forman parte de los temas clásicos y favoritos) ¿Por qué Héctor Rivera no siguió trabajando en ese tipo de música?

 

Héctor Rivera: Porque Héctor Rivera no quería tocar esa clase de música. Héctor Rivera quería tocar latino. Latino puro.

 

Néstor Gómez: Eso también se debe a la ola que había en aquella época  la del Boogaloo?

 

Héctor Rivera: El Boogaloo estaba presente, pero yo nunca toqué Boogaloo.

 

Néstor Gómez: ¿Esos dos temas no se pueden enmarcar dentro del movimiento del Boogaloo?

 

Héctor Rivera: No porque enteramente no tienen el feling del Boogaloo. No lo tienen.

 

Néstor Gómez: ¿O sea que Héctor Rivera no entró en la onda del Boogaloo?

 

Héctor Rivera: Yo no quería tocar esa música. Fue una brutalidad mía. Pero, que se va a hacer. Yo pensaba otra cosa. Como te dije ahorita que para mí esos no eran los números principales. Los números principales eran los son montuno que hice para  Monguito, que nunca se soltaron.

 

Néstor Gómez: ¿Después de ese álbum que graba Héctor Rivera, cómo se desarrolló la promoción?

 

Héctor Rivera: Muy mal. Mal, usted sabe esos temas que yo decía eran los principales, los vinieron a tocar al año y pico después.

 

Néstor Gómez: ¿En que año fueron grabados esos temas?

 

Héctor Rivera: Eso fue después que yo dejé a Pacheco.

 

Néstor Gómez: ¿O después que se grabó Bang, Bang, como me dijo antes?

 

Héctor Rivera: Si salió después de Bang, Bang. Se hizo después de Bang, Bang.

 

Néstor Gómez: Y Bang, Bang se hizo en el ‘66. Es decir, qué también se hizo en el ’66

 

Héctor Rivera: Si más o menos para esa época

 

Néstor Gómez: Y allá en Colombia sonaron bastante At The Party y Playing It Cool y de allí se quedaron como clásicos, como discos de vanguardia.

 

Héctor Rivera: Aquí los tocó quizás, Dick Sugar. Un discjockey que había aquí.

 

Néstor Gómez: ¿O sea sonaron mas por fuera que aquí en Nueva York?

 

Héctor Rivera: Te voy a decir una cosa. Ahí pasó un revolú, desde que me sacaron los cantantes de la grabación. Entonces pasó otro problema con los dueños de la compañía. Cuando yo hice el contrato con ellos para hacer esos números, yo había dicho que esto viene dentro de los derechos de publicación. Yo hice un acuerdo con ellos, pero lo malo fue que se hizó verbal, ellos podían coger esos dos números americanos. Después de esos dos números tenían que dividírselos, mitad y mitad de las composiciones mías. Cuando los discos esos pegaron, ellos no quisieron  hacerlo así violaron el trato inicial. Querían cogerlo todo para ellos. Entonces yo les pelié, y no fui a terminar el álbum. El álbum tuvo como un año y pico antes de salir. Cuando salió ya la gente se estaba marchando de ser “fans” del número ese.

 

Néstor Gómez: ¿Pero sacaron los primeros temas?

 

Héctor Rivera: Los sencillos los sacaron. Entonces para echarme a mi, pusieron uno de los discos que nosotros creíamos que podría haber sido un hit, lo sacaron debajo del nombre del cantante. Para darme duro a mí.  Para hacer como que él era el artista y yo no.  Es decir, pasó eso y el disco se demoró más en salir otra vez.  Entonces cuando salió, ya era tarde.

 

Néstor Gómez: ¿Y después de eso que otro trabajo hizo en el año ‘67?

 

Héctor Rivera: Entonces yo estuve tocando por un tiempo ahí. En donde me contrataran. No podía casí ni tocar, porque sin  disco tú  no tocabas. Si no había disco en el mercado, no te buscaban. Especialmente Curbelo. Entonces tuve la dicha de conocer a Marcos García. Él era el gerente de la compañía de discos Montilla. El, según yo entendí y no estoy muy seguro, pero ellos  son parte de esa  familia grande de Barcos en Cuba, los García Lines. De esa manera  él se presentó y me dijo: “Por qué no grabas y eso”. Le digo: “Estoy peleado con la compañía, me tienen unos discos aguantados.” Y me dice: “Bueno si tú puedes salirte yo te grabo”. Yo le respondí: “No hay problema”.  Eso me quedó sonando en  la cabeza, entonces, tratando de salirme del contrato de esa compañía, fui donde ellos y se los dije. Ellos hicieron un trato con Marcos y ahí formamos la compañía “Four Points” (Cuatro puntos) y así yo hice los otros números,  que yo no se sí  tú los has oído: I Want you, I Need You, I Love You. Eso también fue un hit. Empezó como un hit, no fue completamente un hit. Fue hit americano, porque ellos querían que yo hiciera un número americano.

 

Néstor Gómez: Y usted queriendo hacer música Latina

 

Héctor Rivera: Correcto, yo queriendo hacer latino

 

Néstor Gómez: Pero es que esos números son americanos pero tienen el sabor latino.

 

Héctor Rivera: Eso era lo que yo estaba tratando de hacer. Yo lo que quería era tocar era el son montuno y el son montuno bien monte adentro.

 

Néstor Gómez: ¿Entonces grabó con Montilla?

 

Héctor Rivera: Tuvimos la suerte que empezó a pegar ese número americano y lo empezaron a tocar en las estaciones radiales americanas. Pero entonces, tú sabes, la compañía estaba ya hecha, los “Four Points’, pero el dueño de todo eso era el papá de Marcos. Él era el dueño de todo, él nos financió el trabajo.  Cuando él se metió, alguien le dijo: “Que tantos chavos para eso. Que era demasiado y mucho dinero”.  Y nos quitó los chavos. No había chavos para la promoción y se cayó.

 

Néstor Gómez: ¿Y en aquella época costaba mucho la promoción? Hoy  se habla dizque vale cinco mil dólares.

 

Héctor Rivera: Yo compraba una botellita y se la llevaba a Simphony Sid para que me tocara el disco. Y me lo tocaba mientras yo estaba ahí, pero después, cuando me iba, no lo tocaba más.

 

Néstor Gómez: Hablemos un poquito de una de las actividades en la que usted más se ha destacado, la de ser arreglista. Empecemos por uno de sus grandes amigos a quien le hizo arreglos y ayudó mucho en sus principios: Ray Barreto. ¿Cómo llega a elaborar con Barreto todo un álbum completo en donde todas las canciones son composiciones de  Héctor Rivera y todos los arreglos son de Héctor Rivera?  ¿Además que usted toca el piano en ellas?

 

Héctor Rivera: Ray y yo somos amigos de hace muchos años. Antes de él ser Ray y yo ser Héctor, andábamos mucho para arriba y para abajo en las tiendas de Hi-Fi. Nosotros éramos adictos del Stereo, del sonido Hi-Fi. Éramos locos con las bocinas esas y nos pasábamos oyéndolas ―en esos días era bueno porque no te molestaban. Tú podías poner una bocina y oírla y nadie te molestaba.

 

Néstor Gómez: ¿Ya Barreto era músico?

 

Héctor Rivera: Sí, ya él era músico pero estaba tocando para los americanos.  Estaba tocando para una banda Belmonte, se llamaba Belmonte una orquesta grande.

 

Néstor Gómez: ¿Tocaba congas?

 

Héctor Rivera: Si. Pero yo estaba empezando, no me acuerdo con quien estaba en ese tiempo, a lo mejor con Moncho Leña. Entonces los dos seguimos cada uno su camino. Nos veíamos, no nos veíamos. La última vez que nos llegamos a ver era cuando estaba tocando con José Curbelo. Y un día nos encontramos y me dice: “Oye te estaba buscando, tengo el chanceé de hacer unas grabaciones”. Cuando salió la Pachanga. Y le dije: “Esta chévere eso”.

Me dice: “¿Tú crees que me puedes hacer el álbum”? Y le digo: “Seguro”. Entonces lo dejó en mis manos.

 

Néstor Gómez: ¿Todo?

 

Héctor Rivera: No todo. El buscó a los músicos. Entonces yo busqué los números.  Escribí los números, le hice los arreglos. Los ensayamos  en el estudio y le hice el álbum completo.

 

Néstor Gómez: Cuando usted habla que hizo los números se refiere a que usted elabora la melodía, la letra y además de eso el arreglo. ¿Cuánto tiempo se demora para hacer un tema si se lo encargan? por ejemplo, en el caso de Barreto que fueron diez o doce temas. ¿Qué tiempo le toma hacer ese trabajo?

 

 

Héctor Rivera fue una de las primeras figuras vanguardistas de la Pachanga, el Cha cha chá y el mambo

 

Héctor Rivera: Esos fueron dos semanas porque estaba haciendo dos álbumes al mismo tiempo. Al mismo tiempo, estaba haciendo mi álbum “Viva Rivera”, que era con mi orquesta grande.

 

Néstor Gómez: ¿Eso fue en el año sesenta y uno, no?

 

Héctor Rivera: Pudo ser. Yo no me acuerdo

 

Néstor Gómez: Barreto dice que fue en el año sesenta y uno, para los meses de junio o julio.

 

Héctor Rivera: Él recuerda ese evento más que yo. Yo soy malo para las fechas. Pero hicimos  primero una sesión, sería para probar como sonaba y cosas así. Allí hicimos un jazz pachanga con Erick Davis, quien tenía el saxofón. Entonces algo de pachanga. Los dos eran jazz — pachanga, pachangas en jazz. Eso fueron los primeros que se grabaron. Entonces  hice los dos álbumes. El álbum mió y el de él, en dos semanas.

 

Néstor Gómez: ¿Ústed como compositor – arreglista ha sido más productivo que cómo músico – interprete?

 

Héctor Rivera: Yo creo que igual. Casi siempre me ocurren las cosas juntas. El arreglo, la letra y la música casi siempre me viene todo. Esto me puede suceder, de un pedacito de papel, de cosas. De cuatro compases, uno a veces puede escribir un tema completo.  Le viene la idea de cuatro compases.  Como hice con “Treinta Kilos”. Ton-tin-ton-ton-ton, ton-to-tin-ton-tu, ton-tin-ton-ton-to, esa misma cosa dos veces. De ahí fue que saqué “Treinta Kilos”. (Héctor canta: “treinta kilos y me sobran para vacilar, treita kilos me sobran para vacilar”)

 

Néstor Gómez: ¿Eso es de ústed?

 

Héctor Rivera: Sí  eso es mío.  La composición, la letra, el arreglo, todo.

 

Néstor Gómez: Bueno expliquenos como hizo “Treinta Kilos”.

 

Héctor Rivera: Lo que salió primero fue el guajeo. Eso fue una inspiración, salió. Entonces dije “coño esto esta chévere, puedo escribirle palabras. Salieron las palabras. Bueno ahora que tengo las palabras puedo hacerle  el arreglo y empecé a hacer el arreglo. Y ahí sale todo.

 

Néstor Gómez: Y cuando dice el arreglo significa que usted va distribuyendo…

 

Héctor Rivera: Liquidando todos los instrumentos que van…

 

Néstor Gómez: Cuándo a un arreglista le encargan un trabajo, qué es lo primero que piensa el arreglista: ¿En la sonoridad del grupo? o ¿Para qué tipo de orquesta se va arreglar?

 

Héctor Rivera: Yo diría que después de eso, lo más importante es la melodía. Como va la canción. Y a ver si la canción es suficiente para yo inspirarme. Porque muchas veces te dan una cosa de ocho compases  y tu tienes que hacer algo de ocho compases y no hay nada que te inspire. Tienes que pensar en el cantante, si es para grabar.

 

Néstor Gómez: Después que le dan el formato orquestal. Son tantas trompetas, tantos trombones; o sea la sección de vientos va a ser así, lo demás va a ser así, usted tiene que idearse para repartir la melodia?

 

Héctor Rivera: Eso es así. Todo lo que hacen ellos.

 

Néstor Gómez: ¿Qué  es lo más difícil para un arreglista cuando le encomiendan un trabajo, por ejemplo, un arreglo para un conjunto de tres trompetas y una sección de ritmos?

 

Héctor Rivera: Eso no es difícil

 

Néstor Gómez: ¿Y cuándo es una orquesta, una banda grande?

 

Héctor Rivera: No porque es el mismo trabajo. Es lo mismo escribir para un grupo como el de Joe Cuba  que escribir para una orquesta.  Porque lo que importa son las ideas. Tú te gobiernas por las ideas mías. Entonces el resto es labor. Llenando las voces para las trompetas, para los saxofones. Eso ya es añadir, pero la idea es lo importante.

 

Néstor Gómez: ¿Qué participación tiene entonces el director de la banda?

 

Héctor Rivera: No tiene nada. El paga si puede.

 

Néstor Gómez: Antes una orquesta se identificaba por su sonido. Pero hoy es muy difícil porque casi todas se parecen. ¿Ha habido  retroceso o avance en cuanto a eso?

 

Héctor Rivera: Lo que pasa ahí es que casí siempre cogen el mismo señor para hacer todos los arreglos. Y los arreglistas de hoy en día no tienen imaginación para hacer las cosas diferentes. Una de las  creaciones que a mi me gustaba del tiempo de antes, comparado con el de ahora, es que las bandas grababan los mismos números. Tú tocabas “Bésame Mucho”, yo tocaba “Bésame Mucho”, él tocaba “Bésame Mucho”, pero los tres la tocábamos diferente. No la tocábamos de la misma manera. Tú tenías tu manera de tocarlo. Y así se conocían las orquestas.

 

Néstor Gómez: ¿O sea que el estilo propio de las orquestas se ha perdido?

 

Héctor Rivera: Hoy tienen la misma música, lo mismo de eso. Y de eso, yo no culpo a los arreglistas ni a los músicos, yo culpo a las compañías de discos porque cuando tú vas a grabar  ellos dicen: “Grábame un disco como Bang, Bang. Grábame algo como tal, tal”. Quieren que tú dupliques  lo que hizo alguien. Sabes, y así tú no puedes crear. Tú no puedes crear copiando a todo el mundo, todo el tiempo.

 

Néstor Gómez: Otra agrupación a la que usted, en gran porcentaje, le facilitó el éxito fue a Joe Cuba. ¿Cómo fue esa experiencia de Héctor Rivera con Joe Cuba en cuanto a los arreglos, las ideas y  recomendaciones? ¿Cuáles fueron los primeros números que le arregló?

 

Héctor Rivera: El primer número que yo le hice a Joe Cuba fue un número americano que se llama Tentación. Ese número lo cantaron a dúo  Willie Torres con Willie Bobo. Los dos juntos lo cantaron.

 

Néstor Gómez: ¿Ya tenía vibráfono y todo eso?

 

Héctor Rivera: ¡Oh! Sí, ya tenía vibráfono. Así fue que empezó el grupo. Ellos empezaron como otro grupo, entonces se rompió ese  grupo y Joe Cuba lo cogió y lo levantó.

 

Néstor Gómez: ¿Qué otros números así, más adelante compuso que hayan sido bastante populares, por ejemplo en el úlbum Red Hot Cha Cha Cha?

 

Héctor Rivera: En esos trabajos para el sello Mardi Grass yo no tengo la mano metida.

 

Néstor Gómez: ¿Dónde comenzó  a meter la mano después?

 

Héctor Rivera: Yo empecé con ese Tentación. Entonces seguimos con Ariñañara, Joe Cuba’s Mambo, Mujer Divina, Quinto Sabroso, Galan Galan. . .

 

Néstor Gómez: ¿Qué participación tuvo Héctor Rivera en temas como Bang Bang o El Pito?

 

Héctor Rivera: En esas grabaciones yo estaba en los controles, dirigiendo los controles. Pero en Bang Bang estaban los hijos míos Quique y René cantando coros con el hijo de Nicky (Jiménez).

 

Néstor Gómez: Coménteme sobre las recomendaciones que usted siempre le hacia a Joe y que permitieron darle una personalidad musical propia al grupo. Por ejemplo las ideas que usted traía sobre los cortes y que Joe me decía que, cada vez que le solicitaba un arreglo, se presentaba con esa serie de cortes difíciles

 

Héctor Rivera: Ellos cuando me veían entrar en el estudio  por la puerta  me decían: “¿Qué trajiste ahora?  ¿Qué brake (corte) te inventaste ahora?” Y yo les decía: “No algo fácil”.

 

Néstor Gómez: ¿En qué consistía esa dificultad de los cortes?

 

Héctor Rivera: No eran difíciles para tocar. Eran diferentes. Y por eso es que. . .

 

Néstor Gómez: Porque Joe me hablaba de los golpes “Intrínsecos”, creo que era, los golpes sincopados.

 

Héctor Rivera: Si, tú los puedes oír, están en los discos. Yo siempre trataba de hacerle cierre para distinguir los números diferentes. Eso es lo único que lo hace sonar diferentes.

 

Néstor Gómez: Por ejemplo el álbum El Alma Del Barrio, dice que tuvieron que hacerlo en una semana. Y que en un cuarto se encerraba Henny Alvarez con Héctor Rivera y en otro se encerraban Jimmy Sabater con Nick Jimenez y todo el mundo a hacer temas.

 

Héctor Rivera: Por eso a mi me encanta el álbum ese que tiene el bolero Si Te Dicen. Ese número yo lo hice de una noche para la mañana. Él me llamó a las once de la noche, que necesitaba un número más para grabación del próximo día, como a las doce o una cosa así. Yo tuve que hacer ese arreglo en ese corto tiempo.

 

Néstor Gómez: Muchas gracias maestro.

 

Edición Febrero - Marzo de 2006

 

 

 

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Herencia Latina

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