Festival de Jazz Borikén

“Nosotros estamos tratando de formar un pensamiento crítico musical”.

José ‘Furito’ Ríos
músico y organizador del festival

 

Desde el  5 y 6 de octubre.

Jazz en el teatro de la Universidad de Puerto Rico

Tras una ausencia de dos años, regresa el Festival de Jazz Borikén, esta vez al Teatro de la Universidad de Puerto Rico.

Por Mariana Reyes Angleró

La orquesta sede servirá de base para la interpretación de los músicos invitados. Jimmy Rivera, en la batería, Raúl Rodríguez y David Marcano en la percusión, Gabriel Rodríguez en el bajo, Yan Carlos Artime en el piano y Ricardo Pons, Angie Machado y Daniel Ramírez en los metales; la banda es un all star intergeneracional de jazzistas criollos. La agrupación, TNAM Boricua, Taller Nacional de Arte Musical, es dirigida por José ‘Furito’ Ríos y será el hilo conductor del Festival de Jazz Borikén el 5 y 6 de octubre.

Los invitados -Alex Acuña, Jerry Medina, David Valentín, Endel Dueño, Luis Marín y Jerry González- llegan de distintos puntos del globo a presentarse en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Tienen tres o cuatro días de ensayos en los que repasan el repertorio que traen los músicos invitados. En esos ensayos establecen el pie forzado sobre el cual improvisan en los dos días de conciertos. Es un proyecto ambicioso que fluye con la cadencia de sus protagonistas.

El festival se planifica en la sala de una casa en Jardines de Caparra. El espacio dobla -para usar la jerga musical- de sala, cuarto de juegos y oficina. Es el área de trabajo del saxofonista José “Furito” Ríos y su esposa, la productora Saudi Morales. Además, es el centro de las vidas de sus tres hijos de 13, 4 y 1 año.

A simple vista el cuadro puede parecer caótico, pero los e-mails fluyen con eficacia, las llamadas se contestan a tiempo y se crea un festival de dos días con un mínimo de trece músicos en tarima. Furito se encarga de todo lo musical, lo conceptualiza, se pone en contacto con los músicos y dirige.

Saudi hace todo lo relacionado a la publicidad y coordinación del evento. Los nenes entregan hojas sueltas en la escuela; es un asunto familiar. “Nosotros estamos tratando de formar un pensamiento crítico musical”, dice Furito sobre lo que les motiva a meterse en el lío de organizar un festival de jazz. El artista plástico Rafael Rivera Rosa se une al equipo con la concepción del arte del festival y la creación del telón de fondo, una pieza de veinte pies.

La historia

Las cuatro ediciones previas se hicieron en la Plaza de la Independencia, que antes se llamó Plaza de las Luces, detrás del Estadio Hiram Bithorn en Hato Rey. Ese esfuerzo surgió una vez terminado el proyecto Jazzeando en la Plaza, en el que Furito llevaba distintos grupos de jazz a las plazas de la capital.

A las primeras ediciones del Festival llegaban unas cinco mil personas cada noche. El evento no se celebra desde 2004. “Se dejó de hacer porque el municipio de San Juan cortó los fondos de la cultura, no había dinero para hacerlo”, explica. “Los gobiernos municipales tienen la obligación moral de habilitar espacios para la cultura, porque eso determina la calidad de vida”.

El 5 y 6 de octubre regresa el Festival de Jazz Borikén, esta vez en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico. “Creemos en esto y nos lo zumbamos nosotros. Es como un compromiso de hacer algo con la música buena en este País”, dice el saxofonista.

El Teatro de la Universidad ha servido de escenario a jazzistas legendarios como Dizzy Gillespie y Tito Puente. “Para mí es un honor poder hacer el festival en el primer centro docente del país”, dice el músico, egresado de la Universidad de Puerto Rico.

Lo primero que hicieron fue reunirse con los líderes estudiantiles para explicarles el proyecto, que a su vez sometieron para la aprobación de la Junta de Síndicos. Todas las partes estuvieron de acuerdo y el resultado será el regreso del jazz al teatro. Los estudiantes pagarán $25 por función y el público general $35 por noche o $50 por ambas funciones, precios módicos comparados con la norma en estos tiempos. “De esta música nadie se hace rico”, dice Furito. “Si podemos cubrir los gastos, estoy más que satisfecho”.

Una orquesta-taller

“El Taller Nacional de Arte Musical nace de la necesidad de tener una orquesta sede del festival, que agrupara algunos de los mejores músicos del género en Puerto Rico, para acompañar a los músicos visitantes del festival”, explica la productora Saudi Morales. “Surge en 2001 con el primer festival y tenía que ser un escogido de los mejores músicos, porque tocarían la música de todos los artistas del festival con un mínimo de ensayos”. El grupo, comandado por Furito, estará a cargo de la apertura de ambos eventos y además acompañará a los invitados de cada día.

El resultado es una banda, por la cual han pasado muchos músicos, capaz de tocar cualquier cosa en poco tiempo. “En una ocasión el pianista israelí Alon Yavnai, quien vino a tocar en el festival, hizo reverencia ante el grupo, después de terminar un ensayo, y le dijo a un periodista: ‘En Puerto Rico están los mejores músicos del mundo  y yo he viajado el mundo’ ”, recuerda Saudi.

El itinerario

El viernes 5 de octubre se presenta el baterista peruano residente en California Alex Acuña. El músico fue parte de la orquesta de Pérez Prado y después se estableció en Puerto Rico. Pero quizás su trabajo más conocido comenzó cuando se trasladó a Las Vegas, donde tocó con Elvis Presley y Diana Ross, antes de integrarse al grupo de fusión de jazz Weather Report, en 1975. La agrupación fue la primera en su género en vender un millón de copias. Acuña fue nominado al Grammy en el 2000 por su disco ‘Rhythms For A New Millennium’, un viaje percusivo por África y América del Sur.

El pianista boricua Luis Marín también se presenta esa noche. Marín, quien enseña en el Conservatorio de Música, es uno de los mejores pianistas de Puerto Rico y su versatilidad hace honor a la fama bien fundada de los músicos boricuas. Cita a Papo Lucca, a quien en ocasiones ha sustituido en la Sonora Ponceña, a Bill Evans, a Keith Jarrett, Edsel Gómez, Mariano Morales y Eddie Palmieri como sus mayores influencias. El pianista es líder del Luis Marín Trío -Marín, Pablo Rivera y Pedro Pérez.

El flautista puertorriqueño nacido en Nueva York Dave Valentín cierra la primera noche del festival. El jazzista, que se entrenó formalmente como percusionista, aprendió a tocar flauta con el maestro Hubert Laws y continuó especializándose en el instrumento por el cual ha sido nominado al Grammy y a otras distinciones.

El sábado 6 de octubre TNAM acompaña a la enciclopedia del timbal, Endel Dueño. Fue el timbalero de Batacumbele, parte de la orquesta de Eddie Palmieri y en total lleva por lo menos treinta años de trayectoria musical. Además de su sonoridad, a Endel Dueño hay que verlo, porque es un espectáculo en la tarima.

El trompetista y cantante Jerry Medina también toma el escenario del teatro esa noche. Medina, otro miembro del revolucionario Batacumbele, ha recorrido las filas de algunas de las orquestas más importantes del País, incluyendo la de Ismael Miranda. Medina lleva muchos años fusionando el género afroamericano con los ritmos boricuas.

Desde España llega el trompetista y percusionista boricua Jerry González. Fundador del Grupo Folklórico Experimental Nuevayorquino, miembro del Conjunto Libre y, más importante aún, creador del Fort Apache Band. ‘Rumba pa’ Monk’ fue el primero de una serie de discos clásicos de esta banda que cuenta con varias nominaciones al Premio Grammy y que sin duda revolucionó al jazz latino.

 

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