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DEL CHANGÜÍ A LA
SALSA Y MUCHO MÁS. GUANTÁNAMO EN LA ORBITA MUSICAL DEL CARIBE
José Cuenca Sosa

Nació en
Guantánamo, Cuba, donde se licenció en Educación Musical por la
Universidad Pedagógica de Guantánamo en 1993. Investigador y
Director-Fundador del Centro de Información y Documentación
Musical “Rafael Inciarte Brioso”. Profesor de Historia y
Apreciación de la Música en la Universidad de Guantánamo.
Miembro de sección de Musicología de la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba (UNEAC), la Unión Nacional de Historiadores de
Cuba, la Sociedad Cultural “José Martí” y la Fundación Nicolás
Guillén. Preside el Comité Organizador del Festival Nacional del
Changüí, en Guantánamo.
Guantánamo,
reservorio de la música cubana, ha estado marcada en su
desarrollo histórico-social por diversas culturas (aborigen,
hispánica, africana, europea y antillana). Esta región fue
escenario de migraciones que del
siglo XVIII a los años 50 del
siglo XX partieron de Haití, Jamaica, Santo Domingo, Puerto Rico
y otros países, y han
contribuido decisivamente a que su música tenga un marcado
acento caribeño. En la actualidad Guantánamo alberga a una de
las mayores colonias de descendientes de haitianos, jamaicanos y
puertorriqueños en el archipiélago cubano, quienes cultivan sus
tradiciones músico-danzarias como el bembé, vodú, gagá,
merengue, reggae, plena y otros.
Entre los aportes
trascendentales de Guantánamo, la tumba
francesa y el changüí ocupan por su singularidad los
lugares principales. Estas
expresiones están unidas en su devenir histórico, social y
músico-cultural, así como en su entorno geográfico. En ambas,
las migraciones haitianas han jugado un papel fundamental, no
por casualidad, descendientes
de haitianos han sido los más destacados cultivadores de estos
géneros.
El fenómeno de las
Tumbas Francesas data de 1790,
con las primeras oleadas migratorias procedentes de
la isla de Santo Domingo, pues
fueron precisamente los esclavos de los colonos franceses los
que organizaron en los cafetales guantanameros estas fiestas,
que con la incorporación progresiva de los criollos cubanos y la
inevitable evolución histórico- social, sin perder su esencia
francesa, se convirtieron
en elementos de un folclor netamente cubano.
En los mismos escenarios guantanameros donde se da el fenómeno
de las Tumbas y en su época de mayor florecimiento, el
siglo XIX, tiene su origen el changüí, reflejo de
importantísimas tradiciones familiares que cristalizan a
lo largo de este siglo.
Las zonas de los
actuales municipios guantanameros de Yateras, El Salvador,
Manuel Tames y Guantánamo, son
la cuna de este género paralelo al son,
que tiene rasgos muy específicos que lo particularizan. Por
esta misma etapa encontramos en Baracoa los
nengones y el
kiribá, tipos de sones muy
antiguos que se tocan con el mismo conjunto instrumental: tres,
bongó, marímbula, guayo (o güiro) y maracas.
A
partir de la década del 20 del siglo pasado,
comienzan a aparecer en los barrios periféricos de la ciudad de
Guantánamo los llamados “focos changüíseros”, casas particulares
donde era habitual la realización de toques de changüí y donde
se congregaban sus más destacados cultores, algunos de los
cuales con el tiempo se convirtieron en figuras emblemáticas.
PRINCIPALES
CARACTERISTICAS DEL CHANGÜÍ
En el aspecto
social es una fiesta campesina que se trasladó a la ciudad y que
puede durar hasta más de una semana. El convite se celebra
generalmente para Noche Buena, Año Nuevo, algún cumpleaños o
bajo cualquier pretexto. Decir en Guantánamo “Vamos a un
Changüí” es el equivalente en otra parte de Cuba a decir “Vamos
a un Guateque”. Pero es en lo
musical donde encontramos lo singular de este fenómeno
socio-cultural, específicamente en sus instrumentos
principales: el tres, el bongó y la marímbula.
El tres es el
instrumento líder, sin él no
hay changüí. Es quien plantea el tema, da pie a la entrada del
resto del grupo, dobla la melodía que hace el cantante,
realizando los llamados “pasos de calle” (puentes entre una y
otra frase), introduce la descarga y conduce al clímax de
despedida. El tresero changüisero nunca pone acordes, pues su
instrumento tiene esencialmente una función melódico- rítmica.
La segunda punta
del “Triangulo de Oro” del changüí es el bongó de monte, más
grande que el normal y que a diferencia del bongó en el son,
no mantiene un patrón estándar sino que permanentemente ejecuta
repartos y acentuaciones muy similares al toque del Premier de
la Tumba Francesa y a lo que hace el “quinto” en la rumba. En
momentos de clímax, realiza
además, ciertos bramidos
característicos. Para cerrar el triangulo está la marímbula,
casi extinguida en los formatos musicales cubanos y que en el
changüí juega un papel fundamental,
realizando la función de una especie de bajo pero con afinación
indeterminada.
El diálogo
bongó-marímbula, al que se suma
el tres, da al changüí una
riqueza extraordinaria donde la herencia africana es
determinante. Junto a ellos, el guayo y las maracas mantienen un
patrón regular muy cercano al toque del catá de la Tumba
Francesa, como complemento del resto de los instrumentos.
Durante toda esta
etapa que va de finales de
siglo XIX a las primeras
décadas del XX, encontramos
numerosos tocadores, bailadores, cantores, creadores, tanto del
campo como de la ciudad. Este proceso continuaría hasta llegar
a un momento definitorio en la década del 40 con la creación del
Grupo Changüí Guantánamo, agrupación insignia del género,
que ha marcado su devenir histórico y músico-cultural hasta
nuestros días.
El grupo se fundó
en 1945 por los hermanos Latamblé Veranes: Arturo, bongosero y
director, y Reyes “Chito”
(1916-1993), tresero, así como otros músicos, entre ellos Pedro
Speck (1909-2000) y Luís Céspedes (1909- 1991), bajo la
orientación de Rafael Inciarte Brioso (1909–1991),
importante músico santiaguero, radicado en Guantánamo a partir
del año 1927. Con esta agrupación se estabiliza el formato
del conjunto instrumental como lo conocemos hasta hoy y se
agrega una pareja de baile.
Anteriormente, el changüí se
hacía a partir de la presencia de un tresero y otros tocadores
que podían auxiliarse de objetos como el taburete o una botella
de cristal percutida con una cuchara. En ocasiones se han
utilizado también el acordeón, el cuatro y la guitarra, práctica
que no ha llegado hasta hoy.
Con el triunfo de
la Revolución de 1959, a
propuesta de Inciarte, el grupo
es profesionalizado como patrimonio de la música cubana. En los
60 acapara la atención de las instituciones culturales, locales
y nacionales, siendo invitado en 1962 por el musicólogo Odilio
Urfé al Primer Festival Nacional de Agrupaciones Folclóricas
celebrado en La Habana. A partir de aquí,
su presencia será habitual en importantes eventos organizados
en la Isla y en otros países del mundo. El resto de las
agrupaciones de changüí se mantenía en las zonas profundas de la
tradición y el entramado social.
No es hasta finales
de los años 80 y principios de los 90
que podemos hablar de un fuerte y creciente movimiento
changüisero, con la aparición y
permanencia de numerosas agrupaciones en varios municipios y la
incorporación al sistema institucional de la música de los
formatos más destacados.
Con la creación en
diciembre de 1999 del Centro de Información y Documentación
Musical “Rafael Inciarte Brioso”,
la atención a este patrimonio músico-danzario adquirió
organicidad y sistematicidad. La celebración de concursos para
autores y compositores, competencias de treseros, bongoseros,
marimbuleros, regineros (cantantes improvisadores) y bailadores,
ha sido un impulso decisivo
para el género, alcanzando su momento culminante con la
instauración del Festival Nacional del Changüí “Elio Revé”,
que organiza el Centro Inciarte con el auspicio de Instituto
Cubano de la Música y que se realiza cada dos años desde el
2003, e incluye como segmento
teórico el “Coloquio Rafael
Inciarte. Simientes, paralelos
y proyecciones del Changüí”.
DEL CHANGÜÍ A LA SALSA: CHITO, INCIARTE, LILI, REVÉ Y FORMELL
Las décadas del 30
y el 40 del pasado siglo permiten a Chito Latamblé, Rafael
Inciarte Brioso y a Luís “Lilí” Martínez Griñán (Guantánamo
1915–La Habana 1990) consolidarse como figuras importantes de la
música en Guantánamo, alcanzando notoriedad
nacional. Chito despunta como tresero extraordinario no sólo en
el changüí sino también en el son, siendo codiciado por las
principales agrupaciones de la época. Inciarte colabora con
Fernando Ortiz, Odilio Urfé, Argeliers León y otros musicólogos,
en temas como el changüí, tumba
francesa, el
danzón, la
trova y las
estudiantinas.
Lilí en 1945 se
incorpora al Conjunto de Arsenio Rodríguez y perfila en el
piano lo que conocemos como “tumbao”,
en que es maestro y precursor,
reflejando su contacto directo con el changüí, el
nengón, el
jazz y otros géneros
habitualmente interpretados en la región de Guantánamo. También
es pionero en la creación del conjunto como formato
instrumental al fundar en 1943 en su ciudad natal la agrupación
“Rarezas del 43”, donde
aparecen cuatro músicos que dos años más tarde serían fundadores
del Grupo Changüí de Guantánamo: Chito Latamblé (tres),
Arturo Latamblé (bongó), Luís
Céspedes (contrabajo) y Justo
Kindelán (1918–2006) como cantante.
En los 50 Elio Revé
Matos (1930-1997), conocido en
el barrio guantanamero de la Loma del Chivo como Elio “Salsita”,
viaja también a La Habana y funda su orquesta,
llevando a las pailas los toques del bongó changüisero que
aprendió desde niño. Esta forma “rara” de tocar las pailas
todavía hoy no es entendida por muchos, tanto en los círculos de
la música como en los ambientes populares. Revé tuvo en su
orquesta a Juan Formell, quien
después, con los Van Van,
popularizó el changüí más conocido en Cuba y el mundo: “El
Guararey de Pastora”, del
tresero guantanamero Roberto Baute Segarra (1905-1991),
insertando este género en el movimiento salsero.
EL CHANGÜÍ SE DICE ASÍ
Como autentica
música del campo cubano, el changüí tiene su forma de cantarse.
Según los más viejos testigos,
era el tresero quien con su instrumento “cogía un tumbaíto”
(pequeña frase introductoria y reiterativa) y empezaba la
fiesta. Algunos de estos “tumbaítos” han llegado hasta hoy:
“Como baila el león a las doce”, “Yuca pa’ ti mamá”, ”Cada vez
que te miro me vuelvo un dengue”.
En medio del
jolgorio, aparecen los improvisadores o regineros y se arma la
controversia. Se canta desde siempre a la mujer, a la propia
campiña o cualquier otro tema doméstico, social o político.
Los changüíseros
generalmente han cantado en cuartetas. Según el investigador
santiaguero Alberto Muguercia: “Mientras los campesinos de
las regiones centrales y occidentales de Cuba realizaban
controversias intercambiando décimas, los de Oriente, sobre todo
los del sur, aunque no desdeñaban la décima, utilizaban como
metro predilecto a la hora de contrapuntear, la cuarteta”.
Mi apellido es
Latamblé
y Chito me llamo
yo
mi hermano toca el
bongó
y a mí me zumba en
el tré
A su vez,
la doctora María Teresa Linares, en su libro
El punto cubano nos dice:
“Soneros muy ancianos nos comunicaron que a la copla se le
llamaba Regina y que se improvisaba también y se le denominaba
regineros a los soneros improvisadores (...) también en muchos
ejemplos del sucu- sucu y el changüí hemos encontrado décimas”.
Un ejemplo de
décima en el changüí es la dedicada al gran bongosero Andrés
Fistó “Taberas”:
Suena los cueros maestro
Pa’ que
venga el bailador
Hombre
sencillo y de honor
De este
género el más diestro
Este
bongosero nuestro
Hombre
de mano ligera
Que
lleva una vida entera
Dándole
vuelta a los cueros
Fíjense
los bongoseros
Que no
hay dos como Taberas
En el caso del
nengón y el kiribá, el primero tanto en Imías (donde no se hace
kiribá), como en Baracoa, se
canta en cuartetas. El nengón de Imias se hace en forma de ronda
donde intervienen hasta cuatro cantantes,
uno a continuación del otro. No tiene ni guía ni coro, se canta
libre y siempre comienza con la repetición de ¡Ey! o
¡Ay!, lo que algunos estudiosos denominan suspiro
prolongado, llanto o grito, y que se hace también por los
regineros de changüí. En Baracoa,
tanto el nengón como el kiribá tienen un estilo de copla y
estribillo. Ejemplo de nengón:
Pero báilalo (guía)
Para ti nengón (coro)
Pero gózalo
(guía)
Para ti
nengón (coro)
A continuación el
solista improvisa las cuartetas:
Cógelo
pa’ ti nengón
No
quiero parte ninguna
Yo me
quedaré a la luna
Como el
gallo de Morón
El kiribá, que se
canta al finalizar la fiesta por la madrugada, es como sigue:
Kiribá,
Kiribá (coro)
Yo me voy pa’ la
montaña (guía)
Kiribá,
Kiribá (coro)
Y no
tengo mucha prisa (guía)
Kiribá, Kiribá (coro)
Te regalo
una sonrisa (guía)
Kiribá, Kiribá (coro)
Por que a mí tú no me engañas (guía)
Y MUCHO MÁS
Los guantanameros
siempre hemos recibido una gran cantidad de información musical
a través de las emisoras de radio nacionales, del Caribe y
América, a las que se unen las
estaciones de radio y
televisión de la
base
naval norteamericana.
Por Guantánamo y Santiago de Cuba entró la
salsa a nuestro país, a través
de las emisoras Radio Aeropuerto (Venezuela) y CMKC (Santiago
de Cuba). Las músicas del Caribe son parte de la identidad
guantanamera, alcanzando como el merengue, los más altos índices
de preferencia, muchas veces por encima de los géneros locales y
nacionales. Hoy podemos
encontrar agrupaciones que fusionan rap
con kiribá,
changüí con
sucu-suco, con merengue, plena,
danzón y otros ritmos.
Compositores del
ámbito académico como Leo Brower, Pablo Ruiz Castellanos
(1902-1980) y Keila Orozco, han
llevado el changüí y el nengón a sus obras, a los que se une
Conrado Monier con sus arreglos para coros. En el caso del
jazz, ha sido importante el
acercamiento de músicos como el guitarrista norteamericano
Benjamín Lapidus y la flautista canadiense Jane Bunnett.
Estos son los
nuevos tiempos donde tradición y modernidad se dan la mano para
perpetuar LA MAGIA DE LO AUTÉNTICO.
Bibliografía
Alén, Olavo. La
Música de las Sociedades de Tumba Francesa en Cuba.
Editorial Casa de las Américas. La Habana. 1986.
Cuenca Sosa, José;
Yadira Bonome. Grupo Changüí Guantánamo: Música, Historia y
Tradición. Guantánamo 2003. Archivo Centro Inciarte
(documento inédito).
Gómez Blanco,
Ramón; María Josefa Sánchez Heredia. Lilí Martínez: El
Clásico del Son. Guantánamo. Biblioteca Provincial. 1999
(documento mecanografiado).
Inciarte, Rafael;
Luis Morlote. Breve Historia del Changüí y sus componentes.
Guantánamo. 1949. Archivo Centro Inciarte (documento
mecanografiado).
Linares, María
Teresa. El punto
cubano. Editorial Oriente.
Santiago de Cuba. 1999.
Muguercia, Alberto.
“Estribillo, copla y poesía en el Son cubano”. Seminario
del Son 1980. Biblioteca Provincial Guantánamo. (Documento
mimeografiado).
Orozco, Danilo.
“Changüí y Cumbancha: Ahora sí
(changüíseros in memoriam)”. Notas musicológicas al CD
homónimo. Estudios de Grabaciones Siboney. EGREM.
Santiago de Cuba. 2003.
ILUSTRACIONES CUENCA SOSA

Las
migraciones procedentes de Haití, Jamaica, Santo
Domingo, Puerto Rico y otros países, han contribuido
decisivamente a que la música guantanamera tenga un
marcado acento caribeño.

En la actualidad sólo existen Tumbas
Francesas en las ciudades de Guantánamo (A) y Santiago
de Cuba (B) y en el poblado de Bejuco, municipio Sagua
de Tánamo (C), provincia de Holguín. En la provincia de
Guantánamo, las principales zonas changüiseras se ubican
en los municipios de El Salvador, Yateras, Manuel Tames
y Guantánamo (D); el Nengón y el Kiribá se cultivan
fundamentalmente en los municipios de Baracoa e Imías
(E).

Foto 127.
Instrumentos de la Tumba Francesa, de izquierda a
derecha, Tambora, Catá y las tres tumbas
denominador común que se da a los tambores principales
(Bulá, Premier y Bulá segón). También se emplean unos
sonajeros de lata llamados chachás. (Foto. Archivo
Centro Inciarte).

Rafael
Inciarte Brioso, fue quien primero transcribió al
pentagrama los toques de la Tumba Francesa. (Documento
original, Archivo Centro Inciarte).

Foto 128.
Instrumentos del Changüí: bongó, maracas, guayo, tres y
marímbula. (Foto: Ileana Pinedo, Archivo Centro
Inciarte).

Foto 129.
Grupo Changüí Guantánamo en el Festival Nacional de
Agrupaciones Folklóricas. La Habana 1962. De izquierda a
derecha: Arturo Latamblé (bongosero y director), José
“Nino” Olivares (marímbula), Pedro Speck (cantante y
maracas), Carlos Borromeo Planche “Cambrón” (guayo y
cantante principal), y Reyes “Chito” Latamblé
(tresero).Foto: Archivo Centro Inciarte

Foto 130.
José Luís Céspedes Fournier. Contrabajista, bongosero y
bailador fundador del grupo Changüí Guantánamo; el
famoso “Pepe Luís” del son “Guantánamo”, interpretado
por el Septeto Habanero y Abelardo Barroso. (Foto:
Archivo Centro Inciarte)

Foto
131.Miguelito Cuní y Reyes “Chito” Latamblé, descargan
en casa de este último, en ocasión del Festival Nacional
del Son, Guantánamo 1980. (Foto: Barbán. Archivo Centro
Inciarte)

Foto 132.
De izquierda a derecha: el gran tresero cubano Francisco
“Pancho” Amat, el trovador guantanamero Lorenzo “Topete”
Cisneros y Reyes “Chito” Latamblé (Tresero Mayor del
Changüí). Foto: Barbán. Archivo Centro Inciarte.

Foto 133.
Rafael Inciarte Brioso, compositor e investigador,
rescató importantes expresiones del patrimonio
músico-danzario guantanamero y cubano, como la Tumba
Francesa y el Changüí. (Foto: Barbán. Archivo Centro
Inciarte)

Intercambio entre los músicos de Puerto Rico y Cuba.
Carta del músico puertorriqueño William Manzano a Rafael
Inciarte Brioso.
Original.
Archivo Centro Inciarte.

Carta del
músico puertorriqueño Rafael Elvira a Rafael Inciarte
Brioso.
Original.
Archivo Centro Inciarte.

Foto 134.
Luís Martínez Griñán “Lilí”, el gran pianista sonero
cubano que llevó a sus interpretaciones las células del
changüí y el nengón. (Foto: Archivo Centro Inciarte).

Foto 135.
Elio Revé Matos, llevó a las pailas los toques del bongó
changüisero. (Foto: Archivo Centro Inciarte).

Foto 136.
Roberto
Baute Segarra, tresero y autor de “El Guararey de
Pastora”, el changüí más conocido en el mundo. (Foto:
Barbán. Archivo Centro Inciarte).

Foto
137.:
Pastora Lluany Chauyous (1916), mujer que inspiró este
changüí. (Foto: Archivo Centro Inciarte).

Foto 138.
Pablo Ruiz Castellanos quien llevó el changüí al ámbito
sinfónico, aquí junto a Rafael Inciarte Brioso. (Foto:
Archivo Centro Inciarte).

Foto 139.
El Centro de Información y Documentación Musical “Rafael
Inciarte Brioso”, de Guantánamo, radica en la casa donde
vivió el insigne músico e investigador. (Foto: Archivo
Centro Inciarte).

Foto 140.
Inauguración de la Casa del Changüí “Chito Latamble”, 14
de febrero de 2007, barrio “Loma del Chivo”, ciudad de
Guantánamo. (Foto: Anónimo Corpus. Archivo Centro
Inciarte.)

Resultados de la investigación “Un
acercamiento a las preferencias musicales del
guantanamero”. (Autora, Lic. Dismary Frómeta Asín,
Centro Inciarte, 2003).
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