Louie Cruz

 

A lo mejor de su conocimiento

 

Una conversación con John Child

Versión libre al español de Israel Sánchez-Coll

 

   

 

A Louie Cruz se le considera como uno de los arreglistas más prolíficos durante el apogeo del sello Fania. En esta entrevista muy profunda y llevada a cabo por el Sr. John Child, Louie comparte sus recuerdos con las orquestas de Willie Rosario, Ray Barretto, La Lupe, Larry Harlow, Johnny Pacheco, Pete "El Conde" Rodríguez, Ismael Miranda, Ismael Quintana, Ángel Canales, Willie Colón, Rubén Blades, Adalberto Santiago, Tito Puente, Héctor Lavoe, Típica 73, Conjunto Clásico, Libre y La Sonora Matancera, entre otros. También habla íntimamente de sus períodos como un pianista con Willie Rosario (1963 a 1967), Ray Barretto (1967 a 1974), Libre (para mediados de 1980) y La Sonora Matancera (1987 hasta la actualidad) además de sus experiencias como líder de cuatro bandas las cuales acompañó de la talla de Ismael Miranda, Raúl Marrero, Vitín Avilés e Ismael Quintana. Resulta particularmente conmovedora las reflexiones de  Louie en torno a Ray Barretto, quien enfermó y murió durante el período en que se dio la entrevista. Todavía está muy activo y con ganas de recibir comisiones para escribir cartas.


 

John Ian Child (JIC): Vamos a comenzar esta entrevista por el principio. ¿Dónde y cuándo usted nació?

Louie Cruz (LC): El 27 de febrero de 1939, en Barrio Obrero, Santurce, Puerto Rico —en el segundo piso de la casa donde vivían mis padres —,  el nombre de la calle es: calle Williams.

Sr. Child, antes de proseguir, me gustaría dar una idea un poco más de mi estilo de vida.

 

LC. Por regla general me considero una persona tímida y bastante reservada, sobre todo en lugares públicos. Sigo las conversaciones, pero casi nunca las comienzo. Soy un desastre con las fechas a menos que sean muy importantes (por ejemplo mis cumpleaños) o las que son repetitivas (el día de las madres, etc.) Yo recuerdo muchas caras y nombres de personas y músicos que he conocido en toda mi carrera musical, pero separados unos de otros. En otras palabras, puedo ver una cara en una foto o ver a alguien en un club que yo reconozco, pero no recuerdo su nombre. O bien, se puede mencionar el nombre de alguien en una conversación y te lo recuerdan, pero no recuerdo su cara. Supongo que esto se debe a que no me mezclo mucho con la gente y el tiempo es el suficiente para  "erradicar" a ellos y sus nombres en mi mente. Nunca he tenido la costumbre de comprar discos de vinilo o CD y los que tengo, me los han regado. La razón por la que te menciono todo esto, se debe a que hay muchas preguntas que la gente considera que debo saber las respuestas pero no puedo responderlas; simplemente porque no quiero o no puedo recordarlas. No puedo recordar todos mis arreglos lo que es una situación complicada. He realizado tantos desde mediados de 1963, que me es imposible hacer coincidir el artista con la melodía, o recordar que fue lo que ocurrió en el estudio el día en que se grabó. Al día de hoy tengo tantos temas que he hecho para muchos artistas y bandas, que no he oído hablar de ellos o no  he visto cristalizados esos proyectos. Por lo que estoy trabajando en hacer una colección de todos esos temas para ponerlos en  varios CDs.


Esta es, probablemente toda la información, pero yo no quiero que la gente piense que soy un muñeco o sufro de Alzheimer,

 

JIC: ¿Explíquenos acerca de su crianza, sus primeras experiencias musicales además de su educación?

 

LC: Mi padre estudió como pudo la secundaria y se graduó de octavo grado. Su madre murió cuando él era muy joven, por lo que su hermano mayor y su esposa, a quien me he referido como mi abuela lo criaron. Él y sus hermanos fueron autodidactas: ejercían de albañiles y carpinteros; yo creo que por este tipo de oficio  se le hizo difícil continuar en la educación.

Cuando nosotros llegamos a Nueva York desde Puerto Rico, yo no sabía absolutamente nada de inglés, me retrase por un año en la escuela y me frustró mucho. Diariamente él iba a comprar el “Daily News” y El Diario / La Prensa [periódico hispano de Nueva York] yo realizaba la traducción de ambos con un diccionario Español-Inglés; luego ordenaba las oraciones dándole sentido a la traducción. Después de un par de meses regrese de nuevo al segundo grado. Otra de sus manías era la caligrafía. Yo tenía que escribir algunas de las historias de las noticias y si todas las letras no eran del mismo tamaño, me tocaba hacer aquellos ejercicios de caligrafía que eran como unos remolinos entre dos líneas, una y otra vez.

Mi padre era muy estricto, especialmente en público. Todo lo que tenía que hacer era mirarme de cierta manera y enseguida yo le captaba el mensaje. Era hijo único hasta que mi hermana Adriana (que luego llamamos Dee Dee) nació —nos llevamos 18 años— justo cuando estaba a punto de unirse a la Marina.

El me llevó a muchos ensayos y presentaciones del Conjunto Alfarona-X. También me incluyó en las fotos promocionales del conjunto.

En Puerto Rico existió un club a dos casas más abajo de la nuestra, se llamaba El Park Plaza. Vivíamos en el segundo piso y desde mi cama pude ver y escuchar las bandas que allí tocaban. Mi padre tocó algunas veces y después del baile, él y algunos de los músicos venían a ponerle serenata a mi madre frente al balcón. Por cierto, la casa entre la nuestra y el club pertenecía a la mamá de Tite Curet Alonso y sus tres hermanas. Ella fue la mejor amiga de mi madre, sus hermanas [de Tite Curet] llamaban a mis padres tío y tía. Cada vez que las niñas se iban a la calle sin su permiso, su mamá le decía a mi padre: "Trae el cinturón y repréndelas".

 

JIC: ¿Dime cómo comenzaste a tocar el piano y cuáles son tus principales influencias?

 

LC: El primer regalo de Navidad que recuerdo que recibí de mis padres cuando vivíamos en Nueva York  fue un piano rojo, era un piano de plástico que él compró en una tienda llamada Woolworths, le costó $ 1.00 en 1945. Es el único regalo que recuerdo que recibí. Para ese momento estábamos residiendo en la casa de la hermana de mi papá, él estaba desempleado. Toqué tanto ese piano, que un día de año nuevo, podé tocar canciones sencillas como: "Jingle Bells", "Silent Night", "Row, Row, Row Your Boat" y mi favorita, "Chopsticks,"  y todas de oído.

 

Mi padre pasaba la mayor parte de su tiempo componiendo canciones en su guitarra, yo me dedicaba a observarlo y a escucharlo (no había televisión). El no sabía leer música, por lo que inventó su propio sistema utilizando el alfabeto y los números. De esta manera sabía cómo iba a tocar cada nota.  Me gustaría tratarlo de hacer con el piano rojo. Yo he tenído un oído extraordinario para la música y creo que heredé eso de él. Llegué a amar la música, y en especial el piano.  Desde la primera vez que pude recordar mis cosas, me vi rodeado por la música, ya sean bandas, clubes, músicos, danzas, ensayos, etc, etc.

 

No me importaba el almuerzo que nos daban en la escuela católica, por lo que mi padre solía pagar $ 1,00 por día a un amigo suyo que tenía un restaurante al otro lado de la calle de la escuela. Eso fue genial, porque me condicionó a escuchar a Tito Puente, Machito, Tito Rodríguez y todas las principales bandas que se escuchaba en la máquina de tocadiscos.

 

En 1947, mi madre se sintió nostálgica y se lo dejo saber a mi padre, así que se él le transfirió  Alfarona-X a Pucho Márquez, el trompetista, y nos fuimos a Puerto Rico. Allá mi padre formó una nueva banda y la llamó Marianaxi, entonces mi mamá Mariana y la banda se hicieron bastante conocidas para el público. Alrededor del 49 mis padres decidieron mudarse de nuevo a Nueva York y los músicos de Alfarona-X le pidieron a mi padre unirse nuevamente a ellos, para aquel tiempo tenía tres trompetas.

 

Luego cometió el mismo error de tener su propia banda y reformó a Marianaxi.

 

Mi padre sabía que yo amaba el piano y quería aprenderlo a tocar, pero no podía permitirse uno (pianista). Sin embargo, él era una persona muy querida y tenía un montón de amigos. Uno de esos amigos era una pianista,  se llamaba la señora JosefinaLa Yambo” que tocaba para un grupo de baile y enseñaba clases de piano en su casa. Otro amigo de mi padre que tenía un piano estaba dispuesto a dejarme a practicar en su casa. Fui a la Commander Shea una Escuela Católica entre la calle 111 y la Avenida Lexington. El instructor estaba en la calle 112 con la avenida Madison y el amigo de mi padre con el piano estaba en la calle 116 y Madison, todo a muy poca distancia el uno del otro.

 

Yo tenía 12 años cuando comencé oficialmente mi primera lección de piano, pero no fue de la mejor. No me enseñaron persona a persona. Tampoco me enseñaron la teoría, ni la digitalización correcta de escalas, arpegios, solfeo o ritmo que no fuera 4/4, 3/4 y 2/4. Me enseñaron meramente una cesión de uno de los libros y me dijeron que lo aprendiera para la próxima semana.

 

Una vez me encamine a mi primera lección, me llamaron la atención por el pago. Cuando les dije que no tenía nada para pagarles, me quitaron los libros y mi padre tuvo que comprar unos nuevos. Después de eso, tomé un camino diferente.

 

Desafortunadamente como todo lo bueno dura poco, mi carrera musical llegó a un abrupto final a los ocho meses de haber comenzado. Ocurrió cuando la señora del piano (la maestra) tuvo que mudarse y su nuevo lugar no tenía un espacio para practicar; por otro lado mi papá todavía no tenía el dinero suficiente para comprarme un piano. Yo estaba decepcionado, pero no del todo, porque sentía que lo que me habían enseñado no era lo suficiente para sentirme a gusto con lo aprendido. Huelga decir que, en cualquier lugar en que yo llegaba y había un piano, me sentaba a tocarlo.

 

Cuando tuve los 15 años nos mudamos a El Bronx ya mis padres estaban en una mejor situación financiera. Mi mamá y mi papá estaban trabajando y sus actuaciones le habían permitido juntar una cantidad de dinero.

 

Un sábado el pianista que tocaba para mi padre, Ortelio, vino a nuestra casa y salimos junto con él —tanto mi papá como mi mamá—,  al “dowtown” de Nueva York a buscar un almacén que vendiera piano. Tuve la sorpresa más grande de mi vida compraron un genuino Chickering vertical. Después que el piano les fue entregado, Orteli reconstruyó todas las lecciones para mí. Poco después, un hombre de estudios clásicos el Sr. Wally Jackson que vivía en la calle 47 con Broadway llegó a nuestra casa y habló con mi papá para enseñarme. Tenían entonces dos profesores, uno para canto y otro para piano.

 

La enseñanza del profesor de piano era individual (persona a persona), pero las clases del profesor de canto eran grupales. En mi primera lección aprendí que había una forma correcta de ejecutar las escalas. Estaba sorprendido yo no sabía nada acerca de la teoría, tampoco de lectura y algunas otras cosas. Para aquel momento sólo había tomado dos clases con él, pero luego él reemplazó al profesor de canto quien murió de cáncer.

 

El profesor de canto era un señor de nombre Hal Sykes en realidad era pianista, pero no enseñaba piano. Terminamos haciendo lo que hice con mi profesora de piano. Mi tarea fue ir a la tienda de música en Colony, a elegir una partitura de canciones, comprarla, aprenderla, y eso sería mi siguiente lección. Le dije a mi papá que era una pérdida de dinero y tiempo, pero supongo que para justificar la compra de mi piano, me dijo que me quedara con el maestro. Hubo un momento en que casi me sacan porque estaba practicando la canción "Carmen" (de la ópera prima) y algunas notas  de la partitura estaban mal escrita y sonaron mal. Discutimos porque le dije que las notas estaban escritas así, pero él seguía diciendo que estaban mal ejecutadas. Debía escribirle una carta al Sr. Sykes explicando la disonancia. Yo tocaba por primera vez en su espectáculo de Navidad y frente a un público nutrido, toqué "White Christmas" para cerrar el show con la participación del público. Pero yo no todavía no tenía nada claro sobre la teoría musical y el resto de los conceptos básicos; así que dejé de asistir a las clases. Me gradué de la escuela secundaria y me uní a la Marina por cuatro años y no llegué a tocar un piano en todo ese tiempo.

 

JIC: ¿Cuáles fueron las circunstancias de que se mudaran a Nueva York y debido a qué?

 

LC: La vida en Puerto Rico se fue volviendo difícil debido a la Segunda Guerra Mundial. Los buques no se estacionaban en los puerto de allá, por miedo a los submarinos alemanes que patrullaban las costas en el Océano Atlántico. Los alimentos básicos y muchos otros escasearon, lo poco que había era caro o difícil de conseguir. Un amigo de mi papá que era parte de la Marina Mercante le convenció para llevar a su grupo musical a Nueva York ya que la vida allí era mucho mejor y la música era el mejor pasatiempo. Él convenció a la mayoría de sus músicos a tomar el riesgo. Esto tuvo lugar en la primavera de 1945. Alfarona-X fue un gran éxito y en diciembre de ese año nos fuimos, mi mamá y yo a vivir con él.

 

JIC: ¿Háblame de la importante contribución de tu padre Luis Cruz y su grupo Alfarona-X a la historia de la música latina?

LC: Lo que la gente recuerda al principio fue el nombre Alfarona-X, supongo porque no había otro grupo con semejante nombre. Otro hecho se debe al repertorio tan versátil que imprimió mi padre a su banda. Siempre estaba componiendo todo tipo de canciones, pero fue más conocido por sus boleros, sobre todo por su habilidad con las palabras románticas. Luego vinieron los danzones, son montunos, guarachas, guaguancos, etc.  Luego él tocaría otros éxitos populares realizados por otras bandas y fue  a petición popular e incluían danzas, valses y pasodobles.

En el estrado la banda se destaca por ser muy disciplinada, ordenada y un grupo muy profesional serio. El fue una persona muy seria, disciplinada, si alguno de sus músicos llegaba tarde al ensayo era multado y el dinero se usaba para la compra de uniformes porque la pulcritud también se aplicó en Alfarona – X.

Yo solía llamarlo el hispano Arthur Godfrey. Si usted recuerda, Godfrey llevaba varios artistas a su programa de televisión y a muchos de ellos los "descubrió" y los convertio en famosos, muchos de ellos fueron exitosos un tiempo después, como Julius La Rosa y las hermanas McGuire. Algunas de las contribuciones de mi padre fueron Carlos Pizarro, Joe Cuba, Cheo Feliciano y Heny "Hommy" Alvarez.

En los años 50, el periodista Bobby Quintero del diario hispano La Prensa, de Nueva York, otorgaba varios premios anuales. Las boletas se imprimían diariamente y la gente votaba por correo. Mi padre ganó varios premios casi todos los años junto con otros artistas como Tito Puente, Tito Rodríguez, Vicentico Valdés, Machito y muchos otros.

Su Conjunto Marianaxi fue tan popular como Alfarona-X porque se presentó en los mejores de los clubes de Nueva York. También se presentó varias veces en el canal WOR 9 de televisión de Nueva York, en un programa de variedades en español que se transmitía semanalmente en español, el maestro de ceremonias fue Don Passante, y fue quien lo hizo muy popular. Pero creo que lo que más se destacó mi padre fue su personalidad; era sencilla pero rigurosa. Tenía una habilidad con las palabras que él te podra convencerte de cualquier cosa o hacerte llorar.

JIC: ¿Quiénes fueron las primeras bandas con las cuales usted tocó?

LC: Profesionalmente tendría que decir que la primera banda con la que toqué fue la tercera de mi padre, el Conjunto Marianaxi, y fue cuando salí de la Armada en 1961, ya que era uno de sus sueños. (Su primer grupo fue uno que se llamó Los Hijos De Borinquen y lo formó antes de que yo naciera.)

Yo no duré mucho tiempo en el Marianaxi porque toqué para un público mucho mayor y yo, me sentía aburrido y fuera de lugar en los descansos, así que me conecté con Angel Nater (quien tocó la trompeta con el padre de Pete Nater). No duré mucho allí. Luego estuve con el Septeto de Louie Barceló, en 1961. Pero fue tan sólo un septeto, estuve poco tiempo ya que Louie siguió contratando y cambiando de músicos. Louie Barcelo tocaba la flauta y cantaba para Joe Quijano. Este era un grupo divertido con buenos músicos, que tuvo una existencia de un par de años. De allí salió René López (trompetista), Joe Grajales (percusionista), Ralph "Cookie" Cabret (que comenzó como trompetista del pianista Pete Rodríguez del super éxito  "Micaela", y ​​luego se convirtió en un bajista virtuoso), Dave Montañez (vibrafonista y hermano de Monty Rock), "Cándido" (famoso timbalero de los años 60 y 70), Fernando Oquendo (saxofonista quien falleció a temprana edad) y yo. Después me fui a Willie Rosario.

 

JIC: Entiendo que Adalberto Santiago jugó un papel clave en la primera parte de tu carrera. ¿Cómo conoció a Adalberto?

 

LC: Si bien yo le daría a mi padre todo el crédito por haberme involucrado en la música desde mi temprana edad, también tengo que darle una gran cantidad de crédito a Adalberto Santiago, en efecto, por ser lo que soy hoy profesionalmente. Jugó un papel decisivo en involucrarme con las bandas de Willie Rosario y Ray Barretto. Adalberto fue la persona que también propuso mi nombre cuando alguien estaba buscando afanosamente a un arreglista. Cada vez que nos reuníamos en los conciertos o en las fiestas, era el momento propicio para presentarme a los nuevos artistas que yo no conocía y nunca fue una  introducción sencilla. Adalberto es un gran amigo y yo le deseo lo mejor para él y a su esposa siempre.

Adalberto solía tener una banda en la que tocaba el bajo y cantaba así como Oscar D'León. No sé cómo se enteró de mí, pero me llamó para tocar un concierto con él en el Casino Happy  Hills. La mayoría de sus arreglos eran sencillos  por lo que no fue difícil tocarlos.

También cantó y tocó el bajo con la orquesta de Chuíto Vélez , era la banda de la casa en el Club Caborrojeño entre Broadway y la calle 145. Chuíto fue un pianista, pero era muy limitado debido a que su instrumento fue en realidad el acordeón y sólo podía tocar lo que él sabía, sobre todo sus composiciones. El club llevaba a cabo un show los domingos a las 11:00 pm, con atracciones especiales, pero el dueño decidió comenzar a transmitirlos en vivo los domingos por la radio. Adalberto me preguntó si estaría interesado en participar en esa hora por $ 50.00 cada vez que Chuíto no estaba de acuerdo. Por lo que pude porque yo estaba haciendo poco trabajo. Chuíto autorizaba la oferta y cada vez que era necesario.  Llevamos a cabo un ensayo y nos presentábamos.

...Continuará.