Surgimiento de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM)


El sello Areito
Retos y conflictos

 


 

Por:  ©José Reyes Fortún | La Habana

Tomado de La Jiribilla
http://www.lajiribilla.cu/2004/n150_03/150_05.html

 

 

 

Imposible resulta en este espacio atrapar en su más mínimo elemento la historia que por cuarenta años ha tejido en el panorama musical y discográfico cubano, la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), que por cuatro décadas ha ostentado el protagonismo discográfico al propiciar la difusión del fonograma cubano por el mundo.
 


Imposible resulta en este espacio atrapar en su más mínimo elemento la historia que por cuarenta años ha tejido en el panorama musical y discográfico cubano, la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), desde la producción discográfica amparada por los sellos Areito, Guamá, hasta las grabaciones discográficas con un pronunciado acento cultural.

Por cuatro décadas la EGREM ha ostentado el protagonismo discográfico casi absoluto al propiciar la difusión del fonograma cubano por el mundo. Para ello ha desarrollado producciones discográficas con artistas y agrupaciones de grandes éxitos en ese recurso, y ha promovido con sus discos no solo la nueva música cubana de todos los géneros y estilos creados en el país, sino también lo mejor de la creación de otros tiempos. Por lo que a través de su historia los especialistas de la EGREM han puesto el mayor empeño por combinar repertorios, figuras y agrupaciones en formatos básicos, variables y abiertos, provenientes de la tradición, a los que se unían los nuevos valores: Carlos Puebla, Barbarito Diez, Tito Gómez, Celeste Mendoza, Los Papines, Juan Formell y Van Van, Chucho Valdés, Teresita Fernández, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Amadeo Roldán, Alejandro García Caturla, Harold Gramatges, Carlos Fariñas, Juan Blanco, Leo Brouwer, Frank Fernández, Esther Borja, Rubén González, Francisco Repilado, Beatriz Márquez, Orquesta Sinfónica Nacional, Coro Nacional de Cuba... entre muchos otros.

En las primeras décadas la EGREM contó con una figura inspiradora como Medardo Montero, pieza medular de este tablero, quien gozó de un excelente equipo de realización que sembró sus mejores frutos. Resaltan Tony Taño, Rafael Somavilla, Adolfo Pichardo, Benitico Yáñez, Germán Piniella, María Teresa Linares, Tony Pinelli y otros. En cuanto a la música de archivo la EGREM ha generado importantes muestras discográficas gracias al talento de Jorge Rodríguez y María Elena Mendiola, todos apoyados por excelentes grabadores y editores, entre los que se pueden relacionar a Jerzy Belc, Eusebio Domínguez, Rafael Padrón, Tony López, Ramón Alóm, José Pérez Lerroy, Eduardo Pérez, Orestes Águila y Niurka Lecusay. Como diseñadores y fotógrafos artísticos se pueden destacar a Villa, María Eugenia Haya, Tony Evora, Muñoz Bach, Massola y Santos Toledo. Como fotógrafos, Korda, Ernesto Fernández, Salas, Alderete, Villaverde y Humberto Padrón.

También resulta cierto que a lo largo de sus cuarenta años de vida, la EGREM ha sufrido, como lo ha sentido todo el país, y en todos los órdenes económicos, los feroces embates de una política absurda del Gobierno de EE.UU. hacia Cuba. Para la EGREM eso ha significado la pérdida de sus principales mercados y la falta por años de una certera competencia, que indudablemente influyera hacia una virtual dinámica de desarrollo. En este marco saltan hitos indudables que resultan de obligada relación para los anales de la discografía cubana: su inmenso catálogo que ha estado al servicio de la cultura a través de una industria muy vinculada también con otras expresiones y medios de difusión.

El inmenso y valioso catálogo EGREM se inició por el número 3100, con el LD Mario Paterson y su Orquesta oriental. A este le seguirían Música del maestro Gilberto Valdés (LD-3101); A bailar con la Riverside (LD-3102); Grupo cubano de música moderna (LD-3103); Orquesta Sensación (LD-3104) y Cuba, Praga te saluda (LD-3105).

En el año 1965 y como resultado del rotundo éxito alcanzado por el programa televisivo Álbum de Cuba, se produce un disco de larga duración con el mismo nombre (LP-A-3165). De fina factura y mejor empaque, este larga duración abarcó piezas musicales de la autoría de Ernesto Lecuona, Martha Justiniani, Rodrigo Prats, Fernando Mulens, Urbano Gómez Montiel, Rosendo Ruiz, Tania Castellanos, todos interpretados por la voz exquisita de Esther Borja. Con la dirección musical de Roberto Valdés Arnau, Adolfo Guzmán y Rafael Somavilla, este disco, sin duda, se ajusta a las certeras notas de su contracubierta.

El catálogo EGREM incorporó a sus páginas lo más representativo del arte lírico en Cuba, ausente en las otrora disqueras privadas; exponentes de la talla de Armando Pico, María Remolá, Iris Burguet, Ramón Calzadilla, Alina Sánchez y Raúl Camayd, lograron valiosos espacios sonoros en diferentes discos negros que estamparon profundas huellas en producciones discográficas de gran valor artístico.

Referente a la incidencia del piano en los proyectos de la EGREM –tan pálidamente tratado en las pasadas etapas de nuestra historia discográfica–,1 el sello Areito le produjo discos a los notables pianistas cubanos Nancy Casanova, Ninowska Fernández, Jesús “Chucho Valdés”, Frank Emilio, Ignacio “Bola de Nieve” Villa, Emiliano Salvador, Nelson Camacho, Frank Fernández, Silvio Rodríguez Cárdenas, Pura Ortiz y Rubén González, entre muchos otros. Por tan solo citar algunos ejemplos, Chucho Valdés (LD-A-3345); Frank Fernández-Lecuona-Gershwin, con notas del musicólogo Odilio Urfé; Frank Emilio presenta a Frank Emilio (LD-3473); Bola de Nieve In Memoriam (LD-3978), con excelentes notas de la musicóloga María Teresa Linares...

En 1967 y mediante un convenio, se pusieron en venta en España, por la firma MASFER, varios discos de larga duración del sello Areito, como los grabados a Los Bucaneros, Los Meme, Omara Portuondo, Elena Burke y Celeste Mendoza.2

En 1968 todo el país conmemoró el primer centenario del inicio de nuestras gestas independentistas. A este magno acontecimiento, al que se incorporó toda la vida intelectual y cultural del país, también hubo de sumarse la EGREM, para ello realizó el larga duración Canciones revolucionarias 1868-1968, con notas explicativas en su contraportada del musicólogo Odilio Urfé. Este disco en su propuesta contó con un repertorio musical que abarcó piezas de la mejor cancionística de nuestra tradición, amparadas por la firma de Céspedes-Castillo-Fornari, Federico Arces Núñez, José Marín Varona, Alberto Villalón, Ernesto Lecuona, Luis Casas Romero, Sindo Garay, José Sabín, Obelleiro Carvajal, Manolo Alfonso y Eduardo Saborit. Además de incluir la participación de un selecto elenco: Armando Pico, Esther Borja, Ramón Calzadilla, Hermanas Martí y el Coro ICRT; en un fecundo empeño expresivo por dignificar a la más raigal canción patriótica cubana.

Importantes instrumentistas encontraron espacios ciertos en las producciones discográficas EGREM, los maestros Leo Brouwer, Jesús Ortega, Aldo Rodríguez, Ñico Rojas, Dúo Madiedo-Pérez Puente y Efraín Amador, quedaron registrados para la Serie Guitarra. Músicos de la estatura y talento de Jorge Villafruela, Carlos Averoff, Jorge Varona, Richard Egües, Luis Bayard y Alberto Corrales  encontraron lugar propicio donde exponer una auténtica proyección de realización cultural.

 

Como completamiento a esta loable labor, se suman a los programas de grabaciones, la Orquesta Sinfónica Nacional y la Orquesta Sinfónica de Camagüey, agrupaciones que legaron en discos negros importantes muestras sonoras para el espectro discográfico cubano. También se entran a considerar grabaciones a formatos de cámara como el Trío White. En su totalidad todos estos proyectos expresaron en su realización el amplio desarrollo alcanzado en los niveles educacionales de Cuba, especialmente en lo que respecta a la enseñanza musical en el país.

De muy alta significación resulta la inclusión en el catálogo Areito, de las voces de Elena Burke, Omara Portuondo y Celeste Mendoza.3 Elena Burke dejó con Areito una treintena de discos de larga duración, con los que proyectó para los clásicos soportes negros, una fructífera carrera discográfica que ha quedado como ejemplo cimero de su arte depurado. Algo parecido ocurre con la cancionera Omara Portuondo, artista de una larga y sólida carrera nacional e internacional.

Para la década del 70 la EGREM coadyuvó a la ampliación de notables proyectos culturales del país, al organizar, incentivado por el entusiasmo de su entonces director Medardo Montero, festivales del disco cubano, y la instauración del Premio EGREM, como justo estímulo y reconocimiento, a los valores que en conjunto reuniesen una discografía. Este evento sirvió en mucho para medir la calidad de nuestras mejores producciones.4

En 1972 el diario Granma, en su edición del 21 de noviembre, anunciaba que la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales había impreso, en su condición de Editora Musical de Cuba, un primer grupo de partituras de música cubana que incluía música sinfónica, coral y de cámara, hecho realmente sin precedente en la historia de las publicaciones musicales de Cuba.

Por estos años inició su carrera discográfica Juan Formell y su orquesta Los Van Van.5 El grueso de la producción discográfica de Los Van Van se debe al sello Areito. Con una somera consulta a los listados y catálogos de la EGREM, se puede constatar la abundante obra de esta afamada y excelente agrupación musical.

Para el año 1976 la EGREM abrió una línea de producción de casetes.6 Este soporte aparece en el recurso cubano a consecuencia de la presencia de aparatos reproductores en el país. Con el casete, la EGREM tuvo otra posibilidad para grabar y comercializar al talento artístico que componía su catálogo. En principio las cintas se adquirían en Alemania y las cajas en Japón. El montaje de estos se realizaba en el mismo edificio que ocupan los estudios Areito.

Notas:

1
En los veinte años de la vida discográfica cubana enmarcada en la etapa     capitalista, solo el sello discográfico cubano Panart, dedicó un disco al arte del piano. Este soporte recogió interpretaciones de Paquito Godino con contradanzas de Manuel Saumell y danzas de Ignacio Cervantes (LP-2000) en 10 pulgadas.

2 Granma. 13 de septiembre de 1967.

3 Elena comenzó con el sello Gema en el que grabó cinco discos de larga duración, y que incluye la etapa de nacionalización. En cuanto a Omara Portuondo, su carrera como solista se inició en 1959 con el LD Magia Negra, para el sello Velvet. No sería hasta 1967 que Omara Portuondo, junto al combo de Juanito Marquez, grabaría para el sello Areito, Esta es Omara (LD-3230).

4 El premio EGREM, en gran parte estimulado por Medardo Montero, se prolongaría por varias ediciones hasta el año 1997. En 1998 esta responsabilidad de carácter cultural fue asumida por el Premio Cubadisco, certamen inserto en las actividades de la Feria Cubadisco, auspiciado por el Instituto Cubano de la Música a partir de 1997. En el certamen Cubadisco la EGREM ha sido, a todo lo largo de este evento, la firma discográfica que ha recibido mayor cantidad de galardones.

 5 Los Van Van fueron fundados por Juan Formell el 4 de diciembre de 1969. Pero antes Juan Formell había formado parte de la Orquesta de Elio Revé como contrabajista y arreglista. El sonido Van Van por varias décadas se ha mantenido como vanguardia de las principales corrientes musicales del país.

 6 El casete como soporte reproductor de música fue introducido en el mercado por la firma holandesa Philips en l966. La EGREM montó su línea de producción de casetes en 1974 pero los primeros llegaron a los mercados en 1976. La producción y comercialización del casete en Cuba en gran parte, ha llenado la necesidad de los consumidores de música grabada que no tienen acceso a las producciones en disco compacto. Esta serie de grabaciones constituye una envidiable colección.

 

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