Recordando al gran pianista y amigo Charlie Palmieri

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Charlie Palmieri y Joe Quijano

 

 

 

Por. Joe Quijano

Director de la Orquesta Cachana

22 de junio de 2008

Isla Verde, Puerto Rico

Especial para Herencia Latina

 

 

Casi dos meses después del fallecimiento de Charlie Palmieri, decidí llevar a cabo un homenaje póstumo a quien en vida fuera considerado como uno de los pianista más influyente en la música latina.

 

Con el aval de su viuda, Esther y su familia me propuse hacer lo siguiente: busqué y seleccioné un local el cual debía ser amplio y espacioso, y encontré el Teatro Puerto Rico ubicado en la 138 y Brook Ave., del condado del Bronx, de la ciudad de Nueva York.  Su dueño el Sr. Jimmy Sánchez además de su empleado el Sr. Manny Mirabal, me cobraron $3,000 dólares por un teatro con pobre iluminación, yo lo encontré excesivo, ya que, para 1986 le había realizado otro homenaje y recaudación de fondos a Panchito Riset.  Esa vez por el alquiler del Teatro Symphony Space de Broadway ubicado en la calle 95 en Manhattan me cobraron $1,000, además que este teatro tenía mejor iluminación y sistema de sonido.  Recuerdo que al final del evento el Sr. Many Mirabal me cobró los $3,000 con una intensidad, que parecía que no había comido en los últimos años.

 

El público que asistió donó unos $7,000, de los cuales le entregué unos $4,000 a la familia de Charlie para sufragar los gastos que deja una perdida como es la muerte.

 

El evento comenzó con el grupo Unión Boricua —un grupo excelente de Nueva York de bomba y plena— con un coro que decía: «Se nos fue Palmieri, se murió Palmieri, se nos fue pa’l cielo, está tocando la salsa, pa’ todos los soneros», etc.  Después le tocó el turno a un grupo de mambo jazz con un flautista buenísimo, posteriormente siguió un grupo de salsa extraordinario, ellos usaban el saxofón barítono al frente, como hoy lo hace Willie Rosario. Todos estos grupos tocaron sin cobrar absolutamente nada, contribuyeron de manera desinteresada al programa benéfico.  También recuerdo el momento en que Bobby Capo al ver el Teatro que no estaba lo suficientemente lleno, dijo: «Qué cosa más rara para un evento benéfico, en vez del pueblo respaldarlo, van y pagan grandes sumas de dinero para ver un artista extranjero, que ha “payolado” la radio, y le deja miles de dólares de ganancias».  —Yo estoy de acuerdo con lo que expresó Capo, aquí en Puerto Rico, todos los meses se llenan los coliseos de extranjeros, que a su vez, han comprado la radio, los canales de televisión, entre otros medios masivos de comunicación y se llevan grandes sumas de dinero.  Me agradó que por fin al Gran Combo de Puerto Rico le dieron el respaldo hace un año, en su aniversario. . .¡Qué viva El Gran Combo de Puerto Rico, que viva nuestra música!

 

Quisiera señalar que nosotros los músicos que vivíamos de “guiso” a “guiso” a veces el dinero que generábamos no era el suficiente para pagar los gastos diarios de cada día. También existían otros colegas que mantenían su dinero guardado porque generaban más trabajo y sabían administrar lo poco  que entraba.  No como en nuestros días que un cantante de la llamada salsa cobra unos $10,000 a $20,000 ó probablemente más; aunque los regetoneros son los que actualmente están generando los mayores dividendos —además de tocar una música tan pobre.  Debo agregar que en la carrera musical de Charlie Palmieri su mayor responsabilidad era su casa y la crianza de sus tres hijos en unos tiempos nada fáciles.  Pero la mayor riqueza que poseía Charlie, era su extraordinario talento y su don de educador; para mí y quizás para muchos fue el mejor pianista de todos los tiempos en este género de la música latina.

 

Charlie Palmieri fue un músico completo, además de ser pianista —lo mismo le daba tocar una guaracha, un mambo, música típica puertorriqueña, un cha cha chá, un bolero, un tango, una danza puertorriqueña o un son montuno a la perfección, también se destacaba tocando música clásica, realizando arreglos y componiendo—, cuando le sobraba tiempo fungía como profesor de música en diversos colegios de la ciudad de Nueva York.

Y que no se me olvide. . .era un ser humano extraordinario y sincero, de esos músicos que sin aire de superioridad o ninguna presunción acomodaba a cualquiera con su gran talento.

 

Yo conocí a Charlie para 1950 cuando su padre tenía un “Candy Store” [tienda de ventas dulces] en la avenida Longwood con la calle Kelly en el Bronx.  Yo tenía 14 años de edad y escuchaba en la vellonera del negocio, las grabaciones que él había realizado con Tito Puente, Mambo Diablo, sino me equivocó, y muchas piezas más.  Yo asistía a la escuela PS. 52 (Thomas Knowlton Junior High) de la calle Kelly y cuando pasaba hacia mi casa paraba y escuchaba esas grabaciones.

 

En el año de 1956, después de un viaje que realicé a Cuba, entre otras cosas, fui a proponerle matrimonio a Celia Cruz, pero Pedrito ya la tenía tomada de la cintura en un show de la Sonora Matancera el cual aprecié en Radio Progreso.  De regreso a Nueva York llevé conmigo 100 arreglos musicales que compré junto a un quinto —hecho por la familia Vergara, del barrio Las Marías—, unas maracas socatas, un güiro macho y unas pailitas estilo sonora que aún conservo.

 

Empecé a formar mi conjunto Cachana y al necesitar un arreglista, quien mejor que Charlie Palmieri.  En Cuba yo había escuchado al grupo de Senen Suárez que usaba una combinación de trompeta y flauta, y a mi me gustó ese sonido.  Cuando me tocó grabar, le pedí a Charlie que instrumentara esa combinación, pero que los ensamblara juntos o sea, la armonía de las dos trompetas con la flauta, después le agregué un coro al estilo de la Orquesta Aragón y un timbalero tocando al estilo charanga.  En efecto, así nació el sonido de mi Conjunto Cachana, además de los arreglos de Bobby Valentín —que era el trompetista de Cachana para ese tiempo— también estaba un muchachito talentoso, el trompetista Hermán González, Chiky Pérez, Luis Goicoechea en la sección de ritmos y Paquito Guzmán cantando.

 

Recuerdo que cuando fui a su casa para recoger varios arreglos de unas grabaciones (que se hacían para las compañías: Tee Jay y Spanoramic) y otra para el álbum que se tituló La Pachanga se baila así —que se prensó en la CBS—, fuimos inspirados por la confusión que había en el ambiente musical del Barrio, acerca de la Charanga y la Pachanga —bueno muchos de ustedes lo sabrán—, establecimos la diferencia, la Charanga era la orquesta y el baile la pachanga, el cual estaba de moda (1959 – 1963).

 

Mucho le debo a ese gran ser humano por su dedicación y tiempo, por la amistad que me brindó durante mi carrera musical.  Tuve también la felicidad que tocaba con mi orquesta —también tocaba con Orlando Marín, Joe Cuba, Johnny Colón, etc—, él estaba disponible para todo aquel que lo llamará a tocar, además de los «guisos» que realizaba con su orquesta la Duboney.   Charlie leía los arreglos de primera vista era muy ágil, también tuvo una oficina de producción con Tito Puente.

 

 

En noviembre 6 de 1988 en el Teatro Puerto Rico desde las dos de la tarde hasta la seis, asistieron sus amigos —cerca de cien— que lo admiraban y estaban muy compungidos con su muerte. Asistieron a darle su últimos adiós: Gilda Miros, el periodista Max Salazar, el Sr. Mike Amadeo, el cantante puertorriqueño Bobby Capo, el conguero Joe Cuba, el flautista y director de la Orquesta Broadway Eddy Zervigón; el profesor Joe Torres, los pianistas, Javier Vazquéz, Paquito Pastor, Joe Santiago, el bajista Victor Venegas; los saxofonistas, Bobby Nelson, Pete Miranda, Al Acosta, Ray Santos, entre otros; las trompetas, Agusto Onna, Pete Nater, Roy Román, Héctor Colón, Hernán González, entre otros; los timbaleros, Orlando Marín, Kako Bastar, Jimmy Sabater (quien también cantó), Roy Román, Joey Pastrana, Tony Pastrana, entre otros. . . el gran Tito Puente que llegó a tiempo, con la ayuda de Leo Casino y ofreció un solo de película.  Los congueros, José Clausell, Willie Villegas, entre otros; también estuvieron cuatro bongoseros; Yomo Toro en el cuatro.  Los cantantes Yayo El Indio, Bobby Capo, Willie Torres, Tito Allen, Caito —el de la Sonora Matancera—, Víctor Velazquez, Eddie Rivera (quien imitó a Barry Rodgers en el trombón en un solo de “boca”) y Adalberto Santiago que salvo el día cantando el número que nos compuso Tite Curet Alonso —de un día para otro—, un número apropiado para tan dolorosa ocasión.  Tuve suerte que Don Tite Curet se encontraba en Nueva York para ese día y nos cedió su composición de manera desinteresada.

 

 

El Tema de Charlie

Composición de Tite Curet y arreglos musicales de Ray Santos

(Guaracha mambo)

 

Coro: El piano de Charlie fue brillante como el reflejo,

de un arte que es el espejo, para el que busque sabor.

 

Las teclas negras guardan luto en ese piano, que un amigo y ser humano hace un tiempo abandonó.

 

Hay un receso de argumentadas armonías que suenan

disminuidas en clave fa y clave sol.

 

Y es que las manos de Charlie ya no están sobre el teclado,

con el brillo acostumbrado que en la tarima sonó y en las

melodías se nota como una ausencia.  Y el silencio es diferencia que estrangula el corazón.

 

Y entre los tambores hay la fuga fugitiva que es el adiós,

¡es un viva! al pianero* que pasó.

 

Y es como el reflejo que nunca se pondrá viejo, porque

servirá de espejo, al que procura sabor.

 

 

 

*Nombre dado a los pianistas que pasaron por la orquesta del gran Frank Machito Grillo.

 

 

 

En la grabación que se hizo después en los estudios de Luis Perico Ortíz en Nueva York, participaron los cantantes: Jimmy Sabater, Yayo El Indio, Augusto Onna, Víctor Velázquez, Willie Torres, y yo (mis excusas a Vitín Aviles, Julito Vidot y Meñique que también fueron cantantes de la orquesta de Charlie Palmieri pero no los pude contactar a tiempo).

 

El día del teatro y cuando se interpretó ese número, al llegar el montuno y las inspiraciones, a mí personalmente se me pararon los pelos ya que daba la impresión que Charlie Palmieri estaba allí con nosotros descargando y a la vez tocando.  El tema de Charlie iba volando tal como en las descargas que hizo con la Cesta All Stars.

 

Que en paz descanse Charlie   Palmieri, un gran músico y un gran ser humano.  Espero que mi desinteresada acción sea bienvenida por todos mis lectores, ya que este evento lo realicé sin pensar en ningún lucro personal, es más, yo aportaba de mi dinero para hacer estos actos.

 

De este evento existen tres videos, uno realizado por Joey Omar Quijano, otro de Ernie Ainsley y el de Bill Pacheco.  La cajera del Teatro Puerto Rico fue Grace Pérez Quijano.

 

Cuando yo comenzaba en este género, había y lo hay, un director de uno de los conjuntos más antiguos de Puerto Rico cuyo nombre es: Johnny Seguí y sus Dandys, ese señor me daba arreglos musicales, me daba la oportunidad de subir a la tarima (Charlie Palmieri fue su pianista en el Caborrojeño en Nueva York) y cantar «La Gloria eres Tú» (imitando a Vicentico Valdés) y haciendo el “plante” de cantante —con solo 18 años— levantaba las mujeres del lugar que gustaban de los músicos.  Con todos estos bellos recuerdos de juventud que están fijos en mi memoria y para reciprocarle todo lo que hizo por mí Johnny Segui.  El domingo 28 de septiembre del presente año a las dos de la tarde y en el Edificio ILA, de la avenida Kennedy en San Juan, Puerto Rico voy a realizarle un homenaje en grande a ese magnifico ser humano.  Músico, Director, bajista y corista de su inigualable conjunto que todavía toca y suena con un «masacote inigualable».

 

En ese evento participará su ex-timbalero, Willie Rosario y su Orquesta, Nacho Sanabria y su Conjunto, el Septeto Puerto Rico y el Conjunto Cachana.  Voy a dedicarle exclusivamente al padre de Gilberto Santarrosa su número favorito: «El Retrato de María».

 

(Para información de esta actividad favor llamar a Joe Quijano al teléfono: 939-645-8930)

 

 

 

Comunicado del evento a Charle Palmieri

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     

 Para su inmediata publicación

 

 

 

Evento: En Memoria  Charlie Palmieri

Fecha: 6 de noviembre, 1988, 12 M a 4:00 PM

Lugar: Teatro Puerto Rico, 138 ST and Brook Avenue, Bronx, NY.

 

Una presentación de Directores de Orquestas, Músicos, Colegas y Amigos del desaparecido Charlie Palmieri (1927 - 1988) a beneficio de su viuda.  La función benéfica se llevará a cabo en el Teatro Puerto Rico, que se encuentra en la 138 ST y  Brook Avenue, Bronx, NY., el 6 de noviembre, 1988, desde las 12 M a 4:00 PM.

 

 

Los gastos del alquiler del Teatro Puerto Rico, la iluminación y el sonido se sufragarán con su contribución.  El valor de la función es de $10.00 por persona.  El que este evento sea un gran suceso depende de usted.  Por favor colabore para que esta noble causa sea un total éxito. Además, yo le estoy agradeciendo a todos los músicos que me conocen que traigan sus instrumentos a esta función y toquemos todos juntos, como un mensaje de amor para nuestro amigo que ahora descansa en paz en el cielo.

 

Joe Quijano.

 

 

 

 

 

 

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